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Bosque de hayas (fayeu) |
En las parte alta del concejo de Aller y cerca del Jardín de la Barrosa, son comunes los hayedos en la parte sombría de las laderas de la montaña. En general las hayas en estas latitudes, suelen crecer a partir de los 600 metros de altura y llegar hasta los 1.400 metros. Por debajo de ese nivel lo común son los bosques de castaño o de roble. El haya (Fagus silvatica, "faya" en asturiano) crece bien en toda la cordillera Cantábrica y en los Pirineos siendo más escasa en el resto del país.
Es un árbol que puede alcanzar gran altura, mas de 40 metros, y un tronco considerable, a menudo retorcido por las
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Fagus silvatica atropurpurea en mi jardín. |
inclemencias del tiempo. En zonas húmedas crece con bastante rapidez y sus raíces se extienden, bastante superficiales, por debajo del mantillo de hojas, incluso en terrenos bastante pobres. Los bosques de hayas suelen tener un sustrato bastante ácido, lo que impide que crezcan otras plantas en el sotobosque, todo lo más musgos y helechos, así que son fáciles de caminar. Tienen un encanto difícil de resistir, especialmente en otoño, cuando uno camina sobre el mullido lecho de hojas y los rayos de sol penetran las copas doradas, pero también en los días de niebla y lluvia cuando las formas de los árboles se difuminan y parecen flotar con una misteriosa luz interior. Conviene no meterse en solitario en uno de estos bosque ya que es muy fácil extraviarse en el interior. Se pierden muy pronto las referencias y pronto todos los árboles nos parecen iguales.
Las hayas se utilizan en jardinería de muchas maneras: como setos, como árboles recortados o ejemplares únicos de gran tamaño e incluso bonsáis. Se adaptan con bastante facilidad a cualquier terreno. En los países de Centroeuropa los setos de haya son magníficos y necesitan muy poco mantenimiento. También hay hayas con hojas variegadas o de color púrpura, lo cual añade atractivo para diferentes usos.
La madera de haya es suave y ligera, de color claro. En esta zona se ha utilizado tradicionalmente para la fabricación de madreñas (zuecos de madera que aún se usan diariamente en muchos pueblos), yugos, utensilios de cocina o muebles. No aguanta muy bien la intemperie así que no se utiliza en el exterior. En la actualidad apenas se utiliza comercialmente más que para leña de chimeneas (IKEA se ha comido la mayor parte de las mueblerías que trabajaban esta madera) lo cual es una pena pero tal vez por eso se conservan hoy en día decenas de hectáreas de estos bosques.
Hace unas semanas acompañe a unos amigos que recogían setas en un bosque de hayas cerca de Cardeo, y aunque yo solo conozco unas pocas variedades de setas y además no había muchas, el paisaje recompensa la caminata. Aquí os dejo algunas fotos.
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Un haya de buen tamaño al fondo en el jardín. |
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Las tres hermanas. (hayas recortadas) |
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Dos aprendices de bonsái (fagus silvatica)
Dentro del bosque
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Las setas crecen con rapidez en los troncos muertos y el lecho de hojas caídas. |
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Recogiendo setas. |
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Seta no comestible entre musgo. |
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Setas no comestibles. Desconozco la especie. |
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Tronco cubierto de líquenes.
Cabaña para el ganado.
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