martes, 10 de junio de 2025

Jornada De Puertas Abiertas en el Jardín de la Barrosa 2025

 Dentro de un par de semanas, el Jardín de la Barrosa se abrirá al público durante el Sábado y Domingo para que quien quiera pueda visitarlo. Os dejo una copia del programa.




El Jardín Botánico de Edimburgo, Escocia, UK.

 


Inverleigh House

    Acabo de regresar de una visita por Escocia y mi primera entrada tiene que ser para El Jardín Botánico de Edimburgo, el segundo más antiguo de Inglaterra y, sin duda, uno de los más atractivos. No tan grande como El Kew Garden de Londres, pero más manejable y asequible, ya que la entrada es gratuita y se puede llegar en autobús en unos minutos desde el centro de la ciudad. Desgraciadamente, los grandes invernaderos estaban cerrados por obras.  Estas gigantescas estructuras de hierro y cristal, de la época victoriana, necesitan un enorme y costoso mantenimiento cada cierto tiempo y ahora le ha tocado al de Edimburgo. Aún así hay muchas cosas para ver ya que el jardín de 23 hectáreas, tiene múltiples secciones que en esta época tiene un gran interés, como la Gran Rocalla, los macizos de Meconópsis y Prímulas de diferentes especies, o la gran variedad de Rododendros y Azaleas en plena floración. Sin duda, para los aficionados a la jardinería es un jardín magnífico para pasar todo un día o más. Yo intenté volver al día siguiente pero estaba cerrado por el viento. Dada su gran extensión he decidido dividir la entrada en tres partes, que para mí son las más significativas a finales de primavera.




La Gran Rocalla

    Ciertamente nunca había visto con anterioridad, una rocalla tan extensa y bien cuidada como esta. El origen es distinto al del Botánico, ya que en un principio formó parte de un Jardín experimental de Exhibición de la “Caledoniam Horticultural Society” fundada en 1823. Tras la desaparición de ésta, el jardín y los edificios de la sociedad pasaron a formar parte del Real Jardín Botánico de Edimburgo en 1864. El director de la época William Mc Nab cuenta así su construcción.

“Some years ago the removal of a high wall which separated the Botanical Garden from the old Experimental Garden here became necessary, to throw the two establishments into one. To utilize this large portion of old building material I commenced what I call a Rock Garden” (McNab 1871).”

    La Rocalla nació con la intención de mostrar plantas alpinas de todo el planeta. Especialmente de las colonias inglesas en Asia, América, Australia Y Nueva Zelanda. Al principio y,  según el estilo victoriano, las plantas se compartimentaron en diferentes secciones bien delimitadas con el fin de estudiar su crecimiento y propagación. En 1887 Isaac Bayley Balfour reformó totalmente la Rocalla, dándole un aspecto más natural, introduciendo cursos de agua, creando nuevos montículos, más similares al ambiente original de crecimiento de las plantas, introduciendo árboles y arbustos apropiados como complemento, etc. La rocalla que vemos en la actualidad es muy similar a la creada entonces y sin duda el resultado es magnífico.
















Los Parterres de Meconópsis y Prímulas.

    El Jardín Botánico tiene numerosos parterres a veces bordeando zonas de arbustos o bosques, otras como el Gran Parterre, siguiendo longitudinalmente otras estructuras. Pero justo en estas fechas destacan los grupos de estas dos flores que menciono en el título. La Meconópsis Betonicifolia, o legendaria “amapola azul del Himalaya”, es una de las flores más hermosas que uno puede ver en su vida, además de ser una de las plantas más difíciles de cultivar en el jardín, ya que necesitan de un ambiente húmedo, frío y sombrío además de un terreno ácido. Esta planta fue descubierta en 1913 por el Coronel F.M. Bailey en el Tíbet, donde se la considera un símbolo de la serenidad, paz y belleza espiritual. En cuanto a las Prímulas destacan las asiáticas, sobre todo las Candelabra, muy diferentes a las que estamos acostumbrados a ver.











Azaleas, Rododendros, bosques y otras partes del jardín.

    Dado que estamos a mitad de Junio es el momento ideas para ver Rododendros y Azaleas en flor y la colección del Botánico cuenta con más de 800 variedades de esta especie. Algunas cubren la ladera dedicada a China, otras crecen bajo los bosques de árboles más grandes. Hay muchas cosas más que ver en este jardín, como el gigantesco seto de haya de principios del siglo XX y que sirve de pantalla para proteger al Gran Parterre y al jardín de la casita llamada "Botanic Cottage", construida en 1764 como vivienda para el Jardinero jefe y que se hallaba en el primer emplazamiento del jardín Botánico y fue trasladada, aquí piedra a piedra, no hace mucho. Hay muchos árboles y arbustos raros en el Arboretum. Sorprende la enorme cantidad y tamaño de las Hostas. Sin duda es uno de los botánicos mejor cuidados que he visto hasta ahora. Si tienes oportunidad no dejes de visitarlo.


Garden Cottage.


Estanque del Jardín Chino.


Pinus Wollemii, de la familia de las Araucarias, descubierto en 1994 y antes considerado extinto.




Azaleas y Rododendros




Magníficas Hostas.


Gigantesco Cedrus Deodara, el más alto del jardín destruido por una tormenta este invierno.





Deutzia "Chardonnai Pearls", muy rara, me encantaría conseguirla.



Cypripedium Calceolus, un tipo de orquídea que estuvo cerca de la extinción.


Huertos en el Cottage garden.



miércoles, 21 de mayo de 2025

El Jardín Botánico Nacional de Santo Domingo. República Dominicana.

 


.Plaza central. Jardín botánico de Sto. Domingo

    Muchos jardines botánicos de países pequeños y con pocos recursos suelen ser a menudo decepcionantes, en gran parte por falta de mantenimiento debido a la escasez de personal, pero tengo que reconocer que este de Sto. Domingo me sorprendió bastante. Es un jardín relativamente reciente, inaugurado en 1976 y que lleva también el nombre del Dr. Rafael María Moscoso, el primer botánico dominicano que catalogó la flora de la isla Española (Catalogus Florae Domingensis).       .

    Está considerado, por su tamaño, uno de los más grandes jardines botánicos de América latina con alrededor de 2 millones de metros cuadrados, de los cuales un 40% es selva sin modificar.  Con anterioridad, la zona fue un campo de entrenamiento militar. Sin duda es un gran pulmón verde para la capital de la R.D. y al mismo tiempo un lugar de conservación y estudio de la flora  de esta isla. En su interior alberga un museo, herbolarios y un centro de Educación ambiental, botánica y horticultura.


Una vista de la zona de flora nativa de la isla.

     Al ser un jardín tan extenso no resulta fácil de visitar, a pesar de que un pequeño tren lo recorre de una punta a otra, pero solo para en un par de lugares y durante poco tiempo, así que hay que armarse de paciencia. Aún así la parte más interesante es la más cercana a la entrada principal. Aquí se encuentra el gigantesco reloj de plantas, museo y herbolario, fuentes, estanques y algunas de las secciones más representativas: orquidario, zingiberáceas, bromeliáceas, helechos, plantas acuáticas y una buena representación de plantas y árboles nativos.


Orquídeas.

    El tren bordea el cauce de un río que discurre por uno de los lados del jardín, la más selvática. La primera parada la hace en el “Jardín japonés”. Un jardín de buen tamaño con varias lagunas y una decoración similar a la de un jardín oriental con zonas de bambú y araucarias, pero muchos otros árboles y plantas son nativos de la zona. Es curioso y agradable por las vistas y la decoración, incluido un puente torii de rojo brillante, aunque resulta un poco extraño en pleno trópico. A continuación el tren circula a lo largo de un gran Arboretum, una extensa zona de Palmerales y otra aún mayor, una Cañada  de selva virgen, pero no se detiene, con lo cual es difícil de visitar, a no ser que lo hagas a pie y decidas caminar varios kilómetros por tu cuenta.


Helechos.

    De regreso a la Plaza Central visito la zona de Helechos y la de Plantas Exóticas y Canastas donde se cultivan diversas especies de Caladium, Dracaenas, Philodendron, Spatiphillum, Araceas, algunas en grandes macetas colgantes. Es bastante agradable y el conjunto está bien diseñado. También los estanques con plantas acuáticas. Hay algunas zingiberáceas en flor, pero Enero no es el mejor mes para ver plantas tropicales en flor. La mayoría de las plantas tropicales florecen al inicio de la temporada de lluvias que ocurre entre mayo y octubre en Centroamérica. El jardín está muy bien cuidado, con mucha limpieza y plantas saludables, lo cual es un punto a su favor. Las fuentes y elementos decorativos están hechos con gusto y complementan la vegetación. Incluso hay un buen café con un surtido decente de comida y bebida. Sin duda una visita que merece la pena en una ciudad todavía poco visitado por el turista en general que apenas sale aún de las zonas de costa.

 


Aula de Educación ambiental.




El gran reloj floral. Uno de los mayores del mundo.


Plaza central con estanques, fuentes y muchas palmeras nativas.



Pabellón de los helechos con esculturas modernas.


Helechos y Zingiberáceas.




Hay varios estanques con nenúfares pero no están en reposo en Enero.


Un gigantesco baniano con multitud de plantas trepadoras.


Colocasias y Philodendrum.


Alpinias en flor



Pabellón de los helechos



Dicksoniana.


Pabellón de las orquídeas.



Orquídeas de exterior.







Caesalpinas.



Puerta Tori de entrada al jardín japonés.


Estanque principal rodeada de Araucarias y Bambú.




Puente japonés del estanque central


Arbustos recortados en forma de nube.



Gigantesco árbol nativo en el jardín japonés.





El café en medio del bosque.


Alpinias y Bromeliaceas.