miércoles, 8 de octubre de 2025

El Caribe más luminoso. Ciudad de San Felipe de Puerto Plata. Rep. Dominicana 2025

 


Glorieta de Roderick Arthur, construida en 1885.

Durante mi reciente viaje a la Rep. Dominicana pasé unos días en la ciudad de Puerto Plata, en el norte de la isla. La ciudad se fundó poco años después de la capital, Sto. Domingo. El mismo Cristóbal Colón eligió el lugar como puerto principal de la isla la Española. Dicen que el nombre se lo dio Colón por la niebla plateada que casi siempre cubre el Monte de Plata, mas tarde de Isabel de Torres, justo detrás de la ciudad. Con el fin de defenderla de los continuos asaltos de los corsarios en 1549 se inició la construcción de la fortaleza de San Felipe que aún se conserva hoy en día. Sin embargo, unos años después, en 1605 Felipe III ordenó la completa destrucción de la ciudad, con el fin de acabar con las incursiones de los piratas ingleses y franceses que la venían asolando de continuo.



Típica casa de época Victoriana.

Cien años después se volvió a repoblar con agricultores procedentes de Canarias que poco a poco fueron restaurando la actividad económica y portuaria. Las llegadas de inmigrantes europeos en los años siguientes supusieron un gran auge de la economía basada en la producción y comercio del tabaco, cacao y azúcar que se exportaba a todo el mundo. A principios del XIX su puerto era uno de los más florecientes de todo el Caribe y la ciudad, que había sufrido un gran incendio con anterioridad, se renovó arquitectónicamente con la introducción del llamado “estilo victoriano” que aún hoy pervive en muchos de sus edificios, y que dan un aire único a la ciudad.



Las primeras casas victorianas llegaban a la ciudad empaquetadas en barcos procedentes de Estados Unidos. Más tarde arquitectos locales y artesanos comenzaron a construir casas similares inspiradas en catálogos importados de este país. Este estilo de construcción se extendió por todo el Caribe adquiriendo carácter propio. Los edificios se construyen de madera ensamblada. Una característica de este estilo arquitectónico es la rica ornamentación utilizada en todas las construcciones, donde se destaca la madera entablada y labrada en forma artística. Se caracteriza además por sus múltiples extensiones en balcones, galerías, ventanas salientes, torres, y escalinatas de acceso al frente y en los laterales. (Folleto turístico)



Fachada de casa de un barrio humilde.

Caminando por la ciudad es una delicia ver estas casas de colores pastel. Dicen que quedan aún unas 300 de estas casas en pie, aunque hay muchas en mal estado que necesitan restaurarse con urgencia. Algunas han sido convertidas en museos o en hoteles. Este estilo de construcción se extiende incluso en los barrios más humildes dando color y luminosidad a toda la parte vieja de la ciudad. Gracias a esto Puerto Plata se ha convertido en un destino turístico importante, sobre todo de cruceros. Incluso se ha construido un puerto especial para ellos. Afortunadamente todas esas hordas de turistas desparecen al atardecer y la ciudad recupera la calma. Las familias y los niños salen al parque, y las plazas se llenan de niños comiendo helados y viejos leyendo periódicos o jugando al ajedrez, una costumbre muy común en muchas calles de este país.



Mujer vendiendo flores.

Desafortunadamente casi todo el frontal marítimo está muy contaminado ya que la mayoría de las aguas fecales de la ciudad van a dar directamente al mar. Parece que llevan años tratando de solucionar el problema que aún persiste, así que las playas y el paseo marítimo resultan poco aconsejables.

Os dejo unas fotos de esta ciudad de cuento que parece casi irreal algunas veces.


Exterior del fuerte de San Felipe.


Torres y defensas del fuerte.





Fachada marítima de la ciudad






Calles de la ciudad con casas típicas.


Heladería holandesa que lleva en pie desde el siglo XIX.


Teatro Curiel en Puerto Plata.





Tiendas de souvenirs en edificios antiguos.



Paseo de Doña Blanca, homenaje a la fundadora del primer hotel de la ciudad.



Al fondo la catedral nueva. La anterior se quemó en el XIX.



Las galerías de arte abundan en la ciudad.





La calle de San Felipe o de las sombrillas se ha convertido en un gran atractivo turístico.




Museo del Ámbar ubicado en una casa victoriana..


Gran pieza de ámbar dominicano que se exhibe en el museo.



Casas coloniales en un barrio humilde de la ciudad.


En los barrios humildes el deterioro de estas casas es más que evidente.





Fachada artísticamente decorada de una casita de barrio.



Parque y casa de bomberos del del siglo XIX.






Parque central de la Independencia.






Kiosco y casas en torno al Parque de la Independencia.








Logia masónica a la que pertenecieron varios personajes y políticos ilustres de la ciudad, entre ellos el general Gregorio Luperón, prócer de la Independencia del país.




Interior de la Logia donde me recibieron con mucha amabilidad y me contaron infinidad de historias de algunos de sus miembros famosos.




martes, 30 de septiembre de 2025

La Barrosa a finales de Septiembre


Aster, Nepetas y Cosmos aguantan bien la sequía.

    Tras un verano extremadamente seco se adelanta el otoño y apenas ha caído nada de lluvia. Mientras la tormenta Gabrielle inunda gran parte del este del país con cantidades torrenciales de lluvia, en Asturias luce el sol y tan solo han caído unas gotas. Parece que aún no toca. Lo que si se ha confirmado es que este ha sido el verano más seco en Asturias desde los años 60, cuando comenzaron a tomarse datos. Al menos dos grados y medio por encima de la media. La situación no parece que vaya a cambiar durante el otoño, en lo que se refiere a las lluvias, aunque las temperaturas han descendido bastante, lo cual es algo.


Paisaje otoñal a finales de verano.

    En la Barrosa la sequía ha sido feroz y a pesar de que he regado todo lo que he podido, el jardín ha sufrido bastante. Algunos arces japoneses se han quemado bastante, auqnue espero que se recuperen el próximo año, el verde de la hierba ha desaparecido en las partes más expuestas al sol y la mayoría de las floraciones se han agostado antes de tiempo. También han sufrido bastante los frutales. Dos manzanos grandes se han muerto, al igual que mi precioso manzano inglés (Malus John Downey). Supongo que el culpable es algún tipo de virus acelerado por la sequía. La fruta se ha caído antes de tiempo y apenas sirve para nada. Por primera vez en muchos años no habrá manzanas para hacer sidra. Toca poner buena cara al mal tiempo y pensar que tal vez el próximo año no sea igual o que tal vez habría podido ser peor con todos esos incendios recorriendo el país.

 


Ultimas floraciones de Helenium y Echinacea purpurea.

    Muchos árboles y plantas perennes presentan ya coloraciones de otoño. Los Aster, una planta todoterreno a la que le encanta el sol, han florecido antes de tiempo y están esplendidos. La mayoría de los arces japoneses que crecen bajo la sombra de otros árboles, no han sufrido gran cosa, y ya empiezan a cambiar de color. Las temperaturas han bajado mucho durante las noches, lo que ha incrementado la humedad y el rocío mañanero. El jardín ya no va a dar más de sí, por lo que es el momento para empezar a podar y cambiar plantas de sitio o modificar algún parterre. He decidido aumentar el tamaño del último de los parterres, en la parte baja del jardín, y disminuir la parte de césped. Está claro que es más fácil mantener parterres con plantas de bajo consumo de agua, que tener partes de césped expuestas al sol que se queman a medio verano. Está claro que los Sedum, Salvias y Aster son las plantas que mejor aguantan la ausencia de agua y que mejor se mantienen en los veranos secos. Lo mismo sucede con algunas gramíneas ornamentales. Los Helenium y algunas Echinaceas tampoco necesitan mucha agua para sobrevivir en buenas condiciones. En cuanto a las plantas de temporada, los Cosmos parecen ser los que mejor aguantan la sequía. No hay duda que para que el jardín sobreviva con dignidad a los tiempos que se avecinan, habrá que cambiar algunas plantas y poner otras más resilientes.


Ampliando el último de los parterres.

    Me preocupan algunos arces japoneses que están más expuestos al sol. He notado que algunos de los más viejos dejan caer una parte de las hojas, especialmente del interior del árbol, cuando el verano es seco, manteniendo las exteriores verdes y brillantes. Tal vez sea su forma de responder a las sequías. Son árboles muy antiguos y muy adaptables, así que espero que sobrevivan si no los ataca alguno de esos virus mortales que pululan por ahí cebándose con los árboles que están débiles.

Aquí os dejo unas fotos de la Barrosa esta semana justo cuando acaba de comenzar el otoño.



Vista general del jardín.



Salvia Amistad y Aster novi-belgi.


Sedum telephium.



Bajo un arce, Clorophytum comosum y helechos.


Sedum telephium y Aster ericoides.






Gaura y algunas dalias aún en flor.


Salvia Royal Bumble y Physocarpus Little devil.



Salvias, Aster y otros.


Gramíneas, Arce y Asteres.



El Acer palmatum Sango Kaku ya comienza a cambiar de color




El Árbol pagoda mantiene su impecable color a pesar de la sequía.


Cabezas de Rudbeckias.



Macetas con plantas crasas junto a la casa.






Ambiente otoñal.


Los Asteres no solo invaden todo el espacio disponible, sino que se mezclan y polinizan y al final parece una única especie, cuando todos eran diferentes.



Las Gramíneas y los Aster combinan muy bien.




Cosmos y Asteres son las estrellas de Septiembre.



Las hojas aceleran el cambio de color.








Salvias.





Praderas blancas al fondo.



Este parterre casi dobla ahora su tamaño.