lunes, 20 de marzo de 2017

Deshielo en las montañas y narcisos en la Barrosa


El fin de unos de los inviernos más cálidos de estos últimos años en la cordillera cantábrica es ya inevitable. Esta semana ya ha comenzado el deshielo en las montañas cercanas a la Barrosa y en los calveros que va dejando la nieve, levantan sus cabezuelas amarillas y aterecidas unos narcisos pequeños, de apenas 10 cm. Es casi un mes antes de lo habitual, pero el cambio climático nos está acostumbrando a estas situaciones de adelanto y de descontrol en las tareas habituales que uno realiza en cada estación.

Apenas 10 kilómetros más abajo en el jardín de la Barrosa los narcisos, tulipanes, magnolios y alguna planta o arbusto más están en plena ebullición, casi dos semanas antes de lo esperado. Los arbustos y pequeños árboles se ha llenado de yemas y de pequeñas hojas, y las tareas de poda de árboles frutales que no había podido completar antes del viaje ya no son posible ahora. Demasiado tarde. Aún puede venir  una nevada tardía o un enfriamiento repentino del tiempo, pero la efervescencia de esta primavera adelantada es ya imparable y nada puede echar atrás la fuerza arrolladora de la savia que inunda  los troncos de árboles y arbustos pujando por convertirse en flores y hojas. Los ganaderos y agricultores se quejan de que no ha habido tiempo para renovar los acuíferos y si este verano viene muy cálido, faltará agua, incluso aquí en la montaña asturiana, donde rara vez nos hemos preocupado de ello.

Mientras llega o no llega ese verano caluroso, o incluso una nieve tardía, es un placer caminar por el jardín y contemplar las brillantes trompetas de los narcisos. Las nuevas variedades  ya empiezan a llegar a las grandes superficies y las plantas dobles de sutiles blancos, amarillos o rosas ya asoman en muchos jardines. Son tan fáciles de cultivar que uno se olvida de que existen hasta que han salido de la tierra. Después de la floración conviene no cortar las ramas de inmediato y dejar que vayan poco a poco desapareciendo, ocultos bajo otras plantas. Espero que os gusten estas fotos.


Paisaje en las montañas cercanas al Puerto de San Isidro

Cabañas en el Fielato.



Cabañas en el "mayau" de la Capilla.

Narcisos en los calveros que deja la nieve.

Capilla en las faldas del Pico Torres (San Isidro)

Invernadero y huerto en la Barrosa.

Primeros narcisos.


Magnolio Soulangena en flor.


Hidrangeas aún sin podar, con las inflorescencias del año anterior.

Narcisos y Sedum.

Bergenias en el estanque.


Forsythia.


Mahonía a punto de florecer.

Prunus pissardi (ciruelo japonés rojo)

Primaveras y helechos.

Narcisos y tulipanes.

Primaveras.
Prunus y Nandina.

Ciruelo en plena floración.




4 comentarios:

  1. Pero qué precioso está el jardín de La Barrosa.
    Ese magnolio es una verdadera joya.
    Felicidades!!!

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  2. Gracias Mónica. Las floraciones de primavera levantan el ánimo de cualquier jardinero después de meses de inactividad. Los magnolios crecen muy rápido en Asturias y éste ya va necesitando una poda severa.
    Saludos

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  3. esta primavera "emburria" con fuerza ya, pero no nos confiemos... Que bonito empieza a ponerse el jardin J.Antonio, seguro que estas disfrutando de lo lindo con esas floraciones.

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