miércoles, 17 de mayo de 2017

Viajes recientes. Caminando por el Parque nacional de Corcovado en Costa Rica






Todo el mundo sabe que Costa Rica es uno de los países con el mayor número de parques y reservas naturales del mundo con relación a su tamaño y población. La conservación de la naturaleza y de la diversidad biológica ha sido, entre otras cosas, clave para su éxito como país y uno de los bastiones de su economía actual. Este sistema de parques y reservas naturales es sin duda ejemplar, además de ser el atractivo principal para el turismo que llena sus hoteles.
 
Hoy me vais a permitir que en esta entrada tenga tanta importancia la fauna como la flora, ya que en el parque nacional de Corcovado abundan los animales salvajes y es fácil encontrarse con ellos. Corcovado es sin duda el parque más grande en extensión de Costa Rica y el más diverso biológicamente. Conserva una de las mayores superficies de bosque primario húmedo de toda la costa del Pacífico, así que los árboles son espectaculares. También tiene planicies, manglar, bosque de montaña, ríos y una gran extensión de costa. Allí vive una enorme variedad de flora y fauna, especialmente de animales en peligro de extinción como el jaguar o el tapir. No he visto jaguares, por poco, pero si tapires en varias ocasiones y algunos otros que os muestro en las fotografías.


Al amanecer, dirigiéndonos hacia la entrada del parque. Nos esperan 20 km. de caminata.

No es un parque para el gran público ya que hay que visitarlo con guía y, tras una larga caminata, hay que hacer noche en uno de las estaciones de Guardaparques. La caminata es extenuante, ya que la temperatura y la humedad ambiental son muy altas y el sendero tan pronto sigue el interior del bosque como cruza extensísimas playas de arena gris donde se hunden los pies. También hay que cruzar ríos y arroyos donde no es raro encontrarse con cocodrilos y caimanes -para eso llevamos un guía delante-, pero creo que la experiencia merece la pena. Mi equipo fotográfico es mínimo así que las fotos de animales no son muy buenas, pero a pesar de todo creo que merece la pena contemplarlas.


Dos águilas negras de gran tamaño vigilan nuestro paso por la playa.


Playas interminables de arena gris por las que hay que caminar.


Un coati buscando algo que comer.


Preciosa mariposa azul y pasiflora.

Un tamandúa (oso hormiguero) nos contempla desde un árbol.

Gigantesco Ficus macrophylla al lado del camino.



Danta (tápir de Baird) tiene el tamaño de un becerro y es un animal extremadamente tímido
.



Estas gigantescas raíces sirven para soportar el peso y equilibrar la mayor parte de los árboles de gran tamaño.



Nuestra guía contemplando un gran ceibo.


Víbora cornuda, una de las más venenosas. ¡Menudo susto!


Otro gigante cubierto de lianas: Ficus macrophylla o baniano.



Este árbol suena como si tuviera agua en su interior y es abombado y gigantesco
.



Otro tamandúa (oso hormiguero)



Monos carablanca o capuchinos.



Caminando por otra playa interminable.


Una gran iguana sobre un tronco. Tiene cara de pocos amigos.


Al atardecer, sobre el agua cientos de pelícanos pescando.


En este río suele haber cocodrilos y garzas. Mejor esperar a que cruce el guía. Sí, hay uno agazapado en la orilla pero según el guía este no muerde.


 

Charca y garza.


La ultima playa antes de la puesta de sol.


Pradera justo antes de la llegada a la estación de Guardabosques donde pasaremos la noche.



Una ultima foto antes de la puesta de sol
.



Puesta de sol frente al lugar donde pasaremos la noche.



A la mañana siguiente parada para el desayuno.


Camino de vuelta a Puerto Jimenez.


El mar es un volcán de espuma. Muy peligroso bañarse.




Liana ahogando un árbol joven.



Un perezoso en un árbol junto a la playa.



Esta familia de mapaches anda a lo suyo que es buscar comida.



Difícil camino tras un corrimiento de la ladera.


La marea está subiendo y hay que apresurarse.


Un guacamayo de color rojo llamados "lapas". Es de los mayores que existen.
 

4 comentarios:

  1. Vengo verde de la envidia del blog de Mario y me encuentro esto..., me vuelvo a mi pequeño y humilde jardín. Es broma, qué suerte conocer esos lugares de vegetación exuberante. Es precioso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por los comentarios, Mónica. Viajar es una la mejor forma de darte cuenta de lo pequeños que son los mundos privados de cada uno. Saludos

      Eliminar
  2. que sitio mas feoooooooooo como has ido jajajjaja la proxima vez si tienes hueco en la maleta... adoptame y voy a sufrir contigo por esos sitios...

    Precioso lugar y bonitas instantaneas.

    saludos

    ResponderEliminar
  3. No te quejes que acabas de volver de un viaje. La última vez que estuve en Marraquech fue hace 20 años más o menos y viaje en Alsa desde Oviedo a Marraquech directo. Todavía recuerdo al conductor con el que pase de charla todo el viaje y que me recogió a la vuelta muy contento. La luz de Marruecos en Mayo y Junio es preciosa,
    Saludos

    ResponderEliminar