domingo, 5 de abril de 2020

Los jardines, una tabla de amparo en tiempos de coronavirus.


La aldea de Cuérigo entre cerezos en flor.


En estos tiempos de tanta zozobra deberían permitir que la gente caminara de uno en uno y, guardando las distancias, por parques y jardines. Se les llenaría el alma y el espíritu de un poco de belleza y tranquilidad. Claro que los españoles no nos conformaríamos con caminar tranquilamente y de forma individual, como harían tal vez los nórdicos o los coreanos. Lo nuestro es caminar en grupo y comentando en voz alta todo lo que vemos o experimentamos, aunque no sé si el tópico es tan cierto como se suele decir. Muchos comentaristas achacan la alta mortalidad en Italia o España a nuestro modelo social y a nuestra forma de convivir en familias fuertemente conexionadas, pero ¿acaso no es eso a lo que aspira el resto del mundo? Muchos europeos envidian nuestra forma de socializar y de vivir, aunque intenten aparentar lo contrario. Desgraciadamente cada vez que hay una crisis del tipo que sea, tengamos la culpa o no, la razón parece estar de su parte. En el 2008 fue por endeudarnos y gastar como si el dinero creciera en los árboles. Ahora es por vivir todos juntos y andar todo el día visitándonos unos a otros, pasar la vida en los bares o ir de manifestaciones. Sea como sea la historia nunca parece estar de nuestro lado. Hagamos lo que hagamos, cada cierto tiempo, inevitablemente, ocurre alguna desgracia que da al traste con nuestro destino y modelo de vida. Y alguien nos echará la culpa por ello.


Tulipa viridis "Purísima" y Euphorbia myrsinites

Los tulipanes alegran estos días los parterres.

Si en las ciudades impresionan las calles vacías en los pueblos impresiona aún más el perverso silencio, hasta el punto de que el ruido de un tractor o de la furgoneta que trae el pan, hace que levantes la mirada y atisbes entre los árboles intentando vislumbrar ese espejismo. No sé por qué parece que este año hasta los pájaros están más silenciosos de lo normal. Tal vez sea porque el tiempo no acompaña y los días luminosos y cálidos son escasos. Sin embargo, la primavera continúa su camino imparable. 


Nunca la había vivido como este año, día a día y casi minuto a minuto. A veces te desespera la lentitud con la que crecen las semillas o los esquejes, acostumbrados a verlos de semana en semana. Observas cada floración recién nacida, los cambios de los tulipanes con la luz del amanecer y del atardecer, la explosión de luz de los frutales en flor y piensas que, en realidad, es la primera vez que lo haces después de años de cuidar de este jardín. También tienes tiempo para hacer todas esas cosas, principalmente reparaciones, que han ido posponiendo durante años. Por primera vez desde que lo construí he tenido tiempo para limpiar las paredes y tejado de policarbonato del invernadero y ahora parece que se ha hecho la luz dentro, y las plantas lo agradecerán. También el huerto está impecable y ya he sembrado patatas, cebollas, guisantes, lechugas y varias cosas más, por si acaso las rutas comerciales de hortalizas se colapsan.  Si, también he comprado plantas por Internet en un vivero francés. No lo pude evitar. Sin novedades en jardinería parece que la vida se estanca. 

También dedico mi tiempo a ver videos y programas de jardinería de otros países, ya que aquí no existen. Hay una dirección de internet, para aquellos que entiendan el inglés, que tiene una enorme colección de videos de programas de jardinería (además de otras cosas) hdclump.com que es realmente magnífica. Os animo a que la visasteis. Por lo demás el tiempo avanza con bastante lentitud. Ha vuelto a caer nieve en las montañas y se ha vuelto a quitar. Me encantaría volver otra vez a caminar por el monte, pero no se puede hacer. No debería quejarme ya que son muchos los españoles que apenas disfrutan de 60 metros cuadrados para pasar la mayor parte del día. Aquí os dejo unas fotos de esta semana para que al menos os alegren un poco la vista de una primavera atípica en que nada fue igual.



Al amanecer contemplo la aldea vacía desde la Barrosa.

Primero florecen cerezos y perales, luego los manzanos.



En el césped sin segar un manto de margaritas.

En la Barrosa hay varios arbustos de lilos "Syringa vulgaris". La mayoría de esquejes que crecen en los huertos del pueblo.

Clematis montana, creciendo sobre una valla.

Las flores de los lilos tienen un fuerte perfume por eso hay un par de ellos cerca de la casa.





Esta combinación de Evónimos rastreros y tulipanes en torno a un magnolio, hace año s que florecen al mismo tiempo, pero creo que  ya es hora de cambiar los tulipanes que están muy envejecidos y tiene poco espacio.


Tulipanes y Spiraeas.

Tulipanes tardíos "Alicante".

Tulipa viridis "Purísima".

Un único tulipán frente a una Spiraea "Goldflame" y un Cornus controversa.





Eléboros.

Cornus alba sibírica.

Acer palmatum "Umoyama". Abajo unos días más tarde. La coloración de la hoja es espectacular en primavera y otoño. Uno de los mejores arces japoneses en la Barrosa.

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Lilos, potinias y los últimos narcisos en flor.


El estanque aún sin limpiar, pero los nenúfares ya empiezan a crecer.

A la entrada Lilos y bolas de diversos arbustos.

Un rincón  nuevo aún sin terminar.

Este macizo, cerca del invernadero, es nuevo este año.


Iberis semprevirens, una rastrera no invasiva y con  una larga floración. 

6 comentarios:

  1. el mayor riesgo que tienes en la barrosa es la oledada de "madrileños" entiendase como veranenantes, turistas o asturianos que viven fuera que ante el virus vuelvan a los pueblos y que desoyendo recomendaciones extiendan lo que no deben....

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    1. Si es cierto y han llegado algunos, pero se mantienen en sus casas después de alguna visita de la Guardia Civil como precaución. Esperemos que esto acabe pronto.
      Saludos

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  2. Ha sido todo un placer este paseo primaveral por la Barrosa, impecable y bello como siempre es habitual amigo Jose por un año más, ¡pero un año tan distinto! parece que no llegó la primavera.
    Dices bien, seguramente daríamos un paseo conversando y algo juntos, somos así y no nos cambia nadie.
    A pesar de ciertas críticas, nuestra forma de vida es envidiable por muchos países y creo que tenemos la mejor calidad de vida con mucha diferencia.
    Los últimos diez años de mi vida laboral estuve trabajando en Benidorm en el Hotel Meliá, conocí muchísima gente de otros países y nos tenían envidia, decían, que no sabíamos apreciar el país que tenemos y en eso creo que llevaban toda la razón.
    Un abrazo amigo José

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    1. Estoy de acuerdo en todo lo que dices. La mayoría de los europeos adoran nuestra forma de vida, pero de ahí a ser solidarios hay un abismo. Les encanta venir aquí y beber y comer mucho más barato que en sus países porque los salarios de la hostelería son de hambre, pero no quieren gastar ni un duro más en mantener esa "forma de vida" que tanto les conviene para sus vacaciones y su ocio.
      Un abrazo.

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    2. Tienes razón amigo Jose, pero yo hacía referencia entre otras cosas al clima de ciertas partes de nuestro país y la forma de vida que normalmente se suele dar en familia, acompañado de nuestro carácter acogedor y amigable. En lo que tu apuntas evidentemente existe de todo, aunque sean los menos también existe un turismo de calidad con un buen poder adquisitivo y no tienen reparos en gastar y disfrutar.
      Un abrazo amigo mío.

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  3. Tienes precioso el jardín. Un beso.

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