domingo, 2 de agosto de 2020

Viajes recientes. Dos playas del Sur de la India: Palolem y Gokarna.

Amanecer en la playa de Palolem (Goa)


El sur de la India tiene un buen número de playas de arena dorada y palmerales, especialmente en los estados de Goa y Kerala, que poco a poco se están convirtiendo en grandes competidores en el mercado mundial del turismo. Su momento álgido son los meses que coinciden con el invierno occidental, de Enero a Marzo. En esos meses las temperaturas en torno a los 25-28 grados, los días luminosos y el mar en calma son un reclamo para un buen número de turistas y para los propios Indios, cuyas vacaciones escolares suelen coincidir con estos meses. No esperemos grandes desarrollos turísticos al estilo de Benidorm o de la costa española, sino un ambiente que recuerda un poco la España de los años 70.

Barcas de pescadores en la playa de Gokarna (Kerala)

 Hace muchos años que la costa de Goa se hizo popular entre los jóvenes europeos, especialmente los hippies de la época, atraídos por el ambiente relajado, la cultura exótica y la mística religiosa.  Aún quedan algunas playas donde sobreviven un buen número de ellos, pero en la mayoría, el turismo de invierno es de jubilados occidentales y jóvenes europeos que se han tomado unos meses de descanso. Últimamente abunda el turismo ruso que ha popularizado algunas playas como lugares de diversión y descanso muy adecuados a su bolsillo, ya que los precios son bajos en comparación con los europeos, pero hay tantas playas y tan diferentes que es probable que cada uno encuentra un lugar donde sentirse a gusto. Hoy os presento dos de estas playas en las que pasé unos cuantos días el pasado invierno, cada una muy diferente de la otra, pero ambas son seguras, tranquilas, de aguas limpias y excelentes para pasar unos días de descanso y empaparse de la cultura y la gastronomía de la India.

Palolem (Goa).

Si hay una playa en Goa que aún no ha sucumbido al turismo de masas y al ruido del ambiente nocturno esta es Palolem Beach. Una playa relajada y tranquila, llena de jubilados, mochileros, algunas familias indias, barcas de pesca y vacas. Las vacas de Palolem se han hecho famosas porque nadie ha sido capaz de echarlas de la playa por muchos turistas que haya. Al atardecer salen de los palmerales y en fila vienen a tumbarse en ciertos lugares de la playa donde la brisa les debe resultar extremadamente agradable. Dormitan un par de horas y poco antes de la puesta del sol se van tranquilamente por donde vinieron. Es lo que llevan haciendo desde siempre, desde mucho antes de que hubiera turistas y hoteles en Palolem. En Palolem no hay grandes hoteles sino grupos de bungalows, la mayoría de madera, que se montan y se desmontan cada año en primera y segunda línea de playa. Tienen todas las comodidades y se agrupan en torno a restaurantes y bares con jardines interiores y palmerales. Hay que reconocer que son agradables, y suelen tener precios muy competitivos. Al anochecer la mayoría de los restaurantes montan decenas de mesas sobre la misma playa y se cena tranquilamente bajo las estrellas. Abunda el pescado y las carnes a la brasa además de todas las especialidades de la comida india. Uno de los mejores lugares para disfrutar de la gastronomía del país a excelentes precios. Un ejército de mujeres con escobas y cestas se dedica mantener la playa en perfecto estado convirtiéndola en una de las playas más limpias de este país. El agua, a pesar del gran número de barcas, está limpia y transparente. Es un placer bañarse y nadar. Sin duda una de las playas más recomendables del sur de la India.

Restaurante en la playa de Palolem.

Bungalós y barcas de alquiler.

Un trozo de la playa de Palolem.

Vacas y turistas en la playa de Palolem.



La playa a media tarde.



Aspecto de la playa en su momento de mayor ocupación.

Bungalós y palmeras.



Barcas llegando al atardecer.



Puesta de sol en la playa de Palolem.


Gokarna (Kerala).

Barcas en la playa de Gokarna.
En los últimos años Gokarna se está convirtiendo en uno de esos lugares que los turistas independientes recomiendan de boca en boca. Es una playa inmensa y muy poco desarrollada , donde conviven algunos de los últimos hippies con turistas de mochila, jubilados occidentales y, durante el día, familias indias que vienen a visitar algunos de los templos sagrados del pueblo, además de toda una flota de pescadores que llenan con sus barcas partes de esta interminable playa. Una docena de hoteles con cabañas y bungalós se esconden entre los palmerales y los huertos cercanos a la playa. Se llega a ellos a través de pistas de tierra, ya que la carretera termina en el pueblo. Cada hotel tiene su propio restaurante porque no hay otros sitios donde comer excepto en el centro del pueblo. La playa es tan extensa que apenas se ve gente, excepto delante de los hoteles. La mayor parte de éstos ofrecen clases de yoga y meditación, tratamientos Ayurveda y, en general, hay un ambiente de cierto misticismo. Es un lugar muy relajado para caminar y disfrutar del mar y de unos amaneceres y atardeceres interminables. El pueblo se anima bastante durante el día, cuando llegan decenas de autobuses con peregrinos. Curiosamente a los occidentales no se les permite visitar los templos. Muchos de los extranjeros que hay en esta playa suelen pasar temporadas largas, a veces de varios meses. Es un lugar recomendable para descansar y olvidarse del tiempo, leer, pasear, aunque también hay algo de vida nocturna y, en algunos restaurantes, hay conciertos de música y sesiones dedicadas al jazz o a la música india. También hay buena comida, sobre todo pescado y productos de los huertos cercanos. Sin duda un lugar diferente que también merece la pena conocer.



Camellos para pasear a turistas locales.


La enorme playa de Gokarna a cualquier hora del día.



Algunos turistas occidentales en la playa de Gokarna.

Poblado de pescadores en una parte de la playa de Gokarna.

Trabajando las redes en la playa.





Una vaca paseando por la playa.

Huertos en la parte posterior de los hoteles.

Frondosidad de los huertos detrás de la playa.




Interior del pueblo de Gokarna.

Un grupo de visitantes de los templos delante de un carro ceremonial.

Una calle de Gokarna.

Atardecer en la playa de Gokarna.


4 comentarios:

  1. Da gusto ver esas playas tan vírgenes y la sensación de relax y tranquilidad con esos hermosos atardeceres. Ojalá sepan cuidarlas y exonerar de edificaciones que es lo que suele traer el turismo y cambiar por completo el paisaje. Como tu bien citas amigo Jose ya no solo en Benidorm sino en todo el litoral de costa de Alicante y provincia recuerdo lo que era en los años 70 y lo que es hoy día, un gran esperpento.
    Antiguamente, desde la huerta alicantina separada algo de las playas, con el silencio de las mañanas se oían las olas cuando rompían en la orilla eso era una gozada.
    Un abrazo y gracias por compartir esos viajes.

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  2. Tienes razón que el turismo todo lo cambia. No se si estas playas serán igual dentro de 10 años. Al final la masificación que trae el turismo acaba con gran parte de la belleza de estos lugares. Cada vez quedan menos en este planeta nuestro asé que es un placer disfrutarlo sabiendo que en poco tiempo ya nada será igual como esas huertas alicantinas que mencionas al lado de las playas.
    Un abrazo.

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  3. Hermosas esas playas y esos lugares tan encantadores como alejados de nuestras costas.
    Un abrazo.

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  4. Gracias Montse. Sin duda son diferentes de las nuestras pero igual de bonitas.
    Un abrazo.

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