martes, 13 de octubre de 2020

Pueblos de Aller: El Pino, un pueblo cargado de historia.

El Pino cuenta con un buen número de hórreos de gran antigüedad lo que atestigua la feracidad y abundancia de sus vegas.

De todos los pueblos, aldeas y caseríos del concejo de Aller, tal vez sea este del Pino uno de los más hermosos y más favorecidos por la naturaleza y la historia, y sin embargo, en este país damos tan poco valor al pasado que, al final, no queda más que lamentarse de lo que ya irremediablemente está perdido.


Situado en una frondosa vega al lado del río Aller, y escoltado por las altas montañas del Puerto de San
En estas dos fotografías de Aureliano del LLano (1926) se
 ven aún  dos de las casas solariegas del Pino antes de
ser reformadas
.


 Isidro, la Parroquia de San Felix del Pino comprende tres núcleos de población: La Pola Vieja, El Pino y Felechosa además de algunos caseríos. Los tres pueblos a muy poca distancia unos de otros. En el primero de ellos, la Pola Vieja, se creó en el siglo XIII la Pola de Aller por concesión del rey Alfonso X, pasando a ser un concejo de realengo, aunque hacía ya más de dos siglos que toda la zona alta del concejo estaba ocupada por núcleos de población que vivían de la agricultura y de la ganadería, dada la gran abundancia de pastos en los puertos de montaña. La Pola Vieja, capital del concejo durante varios siglos, nunca alcanzó ni el tamaño ni el estatus de muchas otras “polas” o “pueblas” de Asturias, que si se convirtieron en ciudades pequeñas o medianas. Ni la Pola ni el Pino llegaron a tener nunca más de 400 habitantes cada una. Sin embargo sí tuvieron su momento de gloria en la Edad Media, cuando el reino asturiano se traslada a León en el siglo X, a la par que se extiende la reconquista y expulsión de los musulmanes hacia el Sur. En ese momento los pasos de la montaña central entre Asturias y León, como eran Vegarada, San Isidro o Pajares se conviertieron en un importante lugar de tránsito de mercancías y viajeros. Son muchos los nobles que quieren acercarse a la corte y venden sus tierras en el centro o en la costa para comprar otras en los cabeceros de Asturias, o ya en León. Por otra parte el crecimiento de la ganadería, que se convierte en el principal motor de la economía medieval, conlleva una enorme revalorización de los pastos de montañas. Nobles y grandes monasterios como el de Arbás, compiten por los pastos para sus rebaños de vacas y merinas. Hasta bien entrado el siglo XVIII la Parroquia del Pino se embolsaba todos los años más de 4.500 maravedíes tan solo por el alquiler de los pastos de los puertos, a los rebaños de merinas de Castilla. Durante esa época hubo en este pequeño pueblo cuatro grandes casas señoriales, la mayoría de los Ordóñez del Pino, con sus escudos y pequeñas tropas de guardia. Sus nombres aparecen citados en varios documentos. También se mencionan al menos dos pequeños castillos o torres de defensa en esta parroquia guardando el paso desde la meseta hasta Oviedo.



Una de las ventanas medievales de la Casa del Patio
que aún perviven
Tomo esta cita de Luis A. de Carvallo (1561-1635): "Encargó el rey Bermudo la crianza de su hijo Don Alfonso a Don Álvaro Ordoñez del Pino, hombre de mucho valor y principal de Asturias, el cual lo crió en su casa dándole el pecho su mujer y así se nombró a Alvaro Ordóñez, Amo del Rey, en un privilegio del mismo Don Alfonso que tiene la Iglesia de Santiago, año 1019". (Antigüedades y Cosas memorables del Principado de Asturias). No es la única vez que aparece citado un caballero de esta familia asentada en esta población. Años más tarde pasó por aquí el rey Alfonso VII cuando vino a combatir al conde asturiano Gonzalo Peláez que se había declarado en rebeldía. También se dice que la reina doña Urraca pasó un tiempo en esta casa (su abuela era pariente de los Ordóñez del Pino). Entre el siglo XV/XVI la llamada Casa del Patio, cuna de estos hidalgos, era una enorme construcción cuadrangular con recias ventanas y arcos de piedra con asentamiento para la tropa en la parte baja. Justo enfrente, otro miembro de esta familia construye algo más tarde otro palacio en torno a una torre circular con su capilla, cuadras, molino, etc. Casi todas estas grandes casas que aún estaban de pie a principios del siglo XX, están hoy en ruinas o se han modificado de forma irreparable. Lo que pudo haber sido un gran atractivo turístico para estos pueblos, además de la preservación de una parte importante de la historia de este concejo ya no lo es. El Pino es hoy otra aldea más que pierde población a pasos agigantados y es probable que en estos momentos apenas sobrepase los cien habitantes. No todo está perdido. El Pino aún conserva un buen número de hórreos de gran valor, y algunas casas se han restaurado con acierto. La iglesia tiene uno de los mejores retablos barrocos de Asturias. El turismo de montaña en torno a las llamadas “Foces del Pino” (en el camino al Puerto de Vegarada) atrae a un buen número de visitantes (especialmente desde que las visitaran los reyes justo antes de casarse). También el turismo de nieve que va a la estación de Fuentes de Invierno. Se ha construido un hotel rural, “El Fundil”. Lástima que de esa historia medieval, tan importante para el concejo, se haya dejado en el olvido. Es la misma historia repetida en muchas partes de este país. Aquí os dejo unas fotos para que os hagáis una idea de este precioso pueblo.



Capilla de la Casa de la Torre en completo abandono

.
La Casa de la Torre con sus escudos y detalles ornamentales de época anterior está muy deteriorada 
y amenazando venirse abajo.



Una interpretación peculiar del escudo de los Ordóñez.



Detalle de una columna de piedra.




Esta fachada moderna de ladrillo sustituyó a la torre medieval en el siglo pasado.



Vista de la tierras de la Casa de la Torre desde una de sus ventanas.



Puerta de entrada a la capilla de la Casa de la Torre.



Corredor moderno de una casa local.


Típica quintana con el hórreo, casa y cuadras.

Casa muy antigua con paredes de cebatera.


Puerta de esta casa con las cruces de marca de algún cantero.






Los hórreos están construidos de tablones enteros de castaño encajados sin clavos. Dado el grosor de algunos de éstos se puede deducir el gigantesco tamaño de los árboles. Su construcción suponía un gran esfuerzo que a veces debía hacerse entre varias familias. De ahí su partición y el que a menudo tengan varias puertas.


Cuesta imaginar que esas dos casas dispares son una parte de la llamada Casa del Patio, la casa familiar de los Ordoñez del Pino y una de las mayores construcciones medievales y con más historia de este concejo. Aún se puede ver el arco de una puerta entre las dos casas.


Parte posterior y lateral de la misma casa que da idea de su gran tamaño.

Ventanas medievales de la Casa del Patio que aún subsisten.



Interior de una parte de esta misma casa. En la parte baja había sitio para una pequeña tropa militar y sus caballos. 



Casa llamada la Rectoral. La única que se han mantenido hasta nuestros días.




Bonito corredor de una casa del pueblo.


Niños debajo de una panera.


Las Paneras son más grandes que los hórreos y tienes seis patas en vez de cuatro. A menudo solo las familias más pudientes podían construirlas. Esta esta frente a la Casa del Corralón.

Casita bien decorada con macetas.



Fotografía antigua de la Casa del Corralón, otra de las grandes casas solariegas muy deteriorada en la actualidad


Fachada lateral de esta misma casa.

En el escudo de esta casa dice (icose año 1463 -reedificose año 1663). Parte del escudo representa a la familia delos Ordóñez del Pino.





No faltan hórreos en todas las esquinas, aunque su conservación no es muy buena.


En Asturias los corredores de las casa dan paso a las galerías a principios de siglo XX. Son muy eficientes para conservar el calor del sol durante el invierno y permitir el paso de la luz a la parte superior de la casa.

Otro hórreo de grandes dimensiones .




Los gatos adoran los hórreos para dormir y tomar el sol.



La carretera hacia el Puerto de San Isidro cruza la parte superior del Pino.




La iglesia de San Félix sirve de parroquia a otros dos pueblos. Se construyó en 1762 y en su interior hay buenos retablos barrocos. Fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1973.


Retablo barroco de Domingo de Nava.


Una vista de la vega del Pino.




5 comentarios:

  1. Precioso pueblo y maravillosas vistas. Como tantas veces ya hemos comentado amigo Jose, es un disparate dejar casas de tanta trascendencia histórica a su suerte y que llegue un momento que se derrumben y se pierdan o aquellos que las transforman en edificaciones modernas cambiando toda su fachada histórica. Desgraciadamente no tenemos arreglo. Todos los edificios importantes deberían ser protegidos y restaurados, pero España es España amigo. Es un trozo de su historia que se pierde cuando podría ser bien tratado y acondicionado para poder disfrutar e incluso en plan turístico. Es una verdadera pena que tanta belleza no sea bien cuidado y aprovechada.
    Un abrazo y buena semana.

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  2. Tienes razón de que no tenemos remedio en lo que se refiere a cuidar de nuestro pasado. En Asturias se están cayendo decenas de palacios y casas históricas que la iniciativa privada no puede mantener. Necesitamos una especie de National Trust parecido al de Inglaterra, que ha salvado cientos de jardines y propiedades históricas que pasan a ser propiedad del estado o de fundaciones mixtas y luego se abren al público. Pero aquí nadie quiere oír hablar de ello. Tenemos otras prioridades económicas dicen, pero nadie se plantea la cantidad de beneficios económicos que a la larga eso trae. Somos un país que rara vez copia buenas ideas de otros. Somos demasiado "diferentes" se justifican y así tenemos una jaula de grillos (o de fieras) en vez de un país.
    Un abrazo Juan

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  3. iva a comentar algo pero tu comentario ha sido bastante similar a lo que yo pensaba, ¡más razon que un santo!

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  4. Te agradezco que estés de acuerdo. La realidad es la que es.
    Un saludo

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