martes, 22 de mayo de 2018

Viajes en el pasado. Amazonia 2. De Manaos a Santarem. Brasil 2011

Puerto fluvial de Manaos. En uno de esos barcos haré el primer tramo del viaje hasta Santarém.

El "Cisne Branco" donde viajé durante tres días.
Como ya dije en la entrada anterior el gran río Amazonas es la autopista de la selva. Diariamente salen decenas de barcos en todas las direcciones: hacia arriba, hacia las frontera con Perú, Bolivia y Colombia, o hacia abajo, en dirección a Belem y el océano.

 Navegan las 24 horas del día y  en el recorrido van parando en diferentes poblaciones para cargar materiales y personas. No esperéis algo lujoso. La mayoría de los barcos son muy similares unos a otros, y la gente viaja en grandes cubiertas abiertas al exterior donde cuelgan sus hamacas y sus equipajes. Algunos barcos llevan camarotes cerrados pero, hace tanto calor dentro y son tan incómodos, que la hamaca en cubierta resulta la opción más razonable y la más fresca. Rodeado de gente por todas partes que come, duerme y contempla el paisaje del río, es, sin lugar a dudas, la mejor opción para "vivir el gran río". De camino, continuamente se acercan embarcaciones pequeñas que vienen a vender o a comprar algo. Se adosan al costado del barco y lo siguen durante un tiempo. A veces el río es tan grande que parece que navegas en el mar y no ves las orillas. Otras, el barco discurre por canales más estrechos desde donde puedes ver las cabañas entre la vegetación o los pequeños pueblos. El barco suele llevar su propio restaurante, donde puedes comer, pero son tantas las ofertas de comida del exterior, que casi no te hace falta. He decidido hacer el viaje en dos tramos. Tres días hasta Santarém, donde pararé durante un tiempo para recorrer los alrededores y un segundo tramo de otros tres días hasta la ciudad de Belem en la desembocadura del Amazonas.

Ruta de Manaos a Santarém por el río Amazonas, unos 800 km.
Así viaja la gente, incluido yo. Cada uno con su hamaca colgada en una de las cubiertas.
 
Salida de Manaos

La ciudad de Manaos desde el río Amazonas.

Durante el viaje paramos en las poblaciones de Parintins, Yurutí , Santana y alguna más.


Otra pequeña población en la ruta.

Vendedores tomando el barco por asalto para vender comida.

Puerto fluvial de Parintins.

Típica población de las orillas del Amazonas.

Antes de llegar a Santarém, el gran río se divide en cientos de canales, lagos y diferentes ramales. El barco navega más cerca de la orilla. Cabañas en un ramal del río.



Llegada a Santarém en plena noche.
A pocos kilómetros de Santarém, unos 30 km. río arriba, se encuentra Alter do Chao, un lugar insólito, donde el gran río Tapajos, un afluente de aguas azules y transparentes se une  con el Amazonas dando lugar a un paisaje de dunas, playas e islotes tan singulares, que uno parece estar en la costa del Caribe. Son las conocidas playas del río Amazonas a donde acuden miles de turistas locales a pasar sus vacaciones de playa a miles de kilómetros del mar.


Pasaré unos días en este pueblo  y luego me dirigiré a la "Reserva do Tapajos" donde me alojaré con una familia durante un par de días para explorar la selva de los alrededores. Una semana después continuaré la ruta en barco hasta Belem y la desembocadura del Amazonas.

Escena de playa en Alter do Chao. Playas del Amazonas.

Embarcadero en Alter do Chao.

Niños jugando.

Podría ser una playa del Caribe pero es una laguna formada por el río Tapajos, afluente del Amazonas.

Resultado de imagen de Alter do chao
Alter do Chao desde el aire a mediados de verano con el agua baja. Foto tomada de Internet

Cuenca del Tapajos vista desde una colina en "Ihla Do Amor". Es la misma vista un poco más lejos.

El río Tapajos se une al Amazonas y en algunos sitios su anchura llega a los 45 klm.

Orilla del río Tapajos.

De viaje hacia el poblado con un par de turistas más.


Parada para un baño.

Yo al lado del río.

Aquí vamos a pasar unos días con una familia.
Una de las "suites" privadas.

Parte del pequeño poblado de la reserva.

 
Nuestro anfitrión recolectando latex de uno se sus árboles de caucho y una de sus hijas haciendo la cena.


Una paseo por los alrededores.


Eso es una tarántula, en una de las paredes de madera de la casa. Mejor no tocarla.
 

Una serpiente arborícola deslizándose sobre nuestras cabezas.

Nuestro  guía orgulloso de su barco y algunos compañeros de viaje.

Atardecer al lado del poblado. Río Tapajos.


No es el horizonte del mar sino el gran río Tapajos, un afluente del Amazonas.
De vuelta. La catedral de Santarém desde el río.



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