jueves, 5 de diciembre de 2024

Fin del otoño en la Barrosa.

 


Las hojas del Gingko bilowa cubriendo el suelo del jardín.

    Han pasado casi un mes desde que abrí el jardín de la Barrosa durante un fin de semana, para que la gente pudiera contemplar el colorido otoñal de las hojas de los arces, que cada vez se retrasa más. Aquél fin de semana algunos arces ni siquiera habían comenzado el cambio de color, que se ha ido alargando durante toda esta quincena con un clima suave y sin apenas heladas en todo este tiempo. Por fin parece que llega el invierno de verdad y es probable que este fin de semana algunos copos de nieve lleguen a cubrir la Barrosa. Esperemos que sea verdad porque hace ya bastantes años que lo de la nieve en Navidad parece ser un recuerdo lejano de la infancia más que otra cosa.

 


A pesar del clima cálido y la falta de heladas, que mejorarían ostensiblemente la acción de la antocianina, poco a poco todos los arces, ginkgos y otros arbustos han ido cambiando de color y las hojas rojas, amarillas o naranja han ido cubriendo la hierba y el paisaje, lo que hace más intenso el disfrute del jardín antes de la llegada del invierno. Mientras, he ido retrasando la poda de plantas perennes y de algunos arbustos de cara al invierno. Si bien son muchos los que aconsejen mantener los tallos muertos de las plantas perennes hasta la primavera, yo suelo eliminarlas a lo largo del invierno por una serie de razones básicas. La primera es que es el momento para cambiar de sitio, renovar o dividir muchas plantas perennes, y para eso necesitas eliminar las ramas y tallos. En segundo lugar es el momento de poner en la tierra las plantas bianuales como las Digitalis, algunos Dianthus barbatus, Delfinium, y bulbos de toda clase. Finalmente he comprobado por experiencia que el viento, la nieve o las heladas fuertes pueden tumbar e incluso sacar de sus raíces algunas plantas perennes, así que lo mejor es que estén protegidas bajo un mantillo de hojas o ramas que las protegerán de estas inclemencias. Dicho esto, no hay duda de que el invierno es el mejor momento para ver con claridad la estructura o lo que llaman los “huesos” del jardín para planificar cambios y mejoras.

 


Acer palmatum en plena coloración otoñal.

Este año hemos tenido una enorme cosecha de manzanas de sidra y durante todas estas semanas apenas hemos hecho otra cosa que recoger manzanas para transformarlas en mosto, que dormirá en las barricas durante unos meses. Y esta misma semana la sidra se ha convertido en “Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad”. Es una buena noticia para esta región y para este producto tan intrínseco en estos pueblos de la montaña asturiana. Tal vez el “dios de la sidra” decidió por adelantado favorecernos con esta cosecha tan memorable para animarnos a continuar con esta tradición.

Espero que os gusten estas fotos de un otoño que ya desparece entre los villancicos de una Navidad  más.

 


Acer palmatum "Sango Kaku y otros.



Cornus controversa variegata y Gingko bilowa.


Parrotia pérsica y Acer palmatum Ki Hachijo.


Acer palmatum Sango Kaku, Prunus pissardii y Parrotia persica.


Acer palmatum "Ueno yama"



Yucca, Salvia y cerezo japonés enano.


Contrastes y sombras.


Círculo del Gingko.


Acer palmatum Ueno Yama, el último en cambiar de color.



Parrotia pérsica.


Gramíneas y hojas de gingko.



Contraluces.



Acer palmatum Bloodgood y otros arbustos.





Arce y Magnolio Liliflora nigra.





Los últimos Crisantemos.


En primer término Salix caprea Kilmarnock recién podado.


Tres hayas silvestres y Yucca.


Malus John Downie.



Acer palmatum Seiriyu.




Arbusto de Weigela variegata y ultimas hojas de los arces.



Acer palmatum Seiriyu entre Spiraeas.


En el estanque las grandes hojas de las Colocasias aún se conservan bien a la espera de la primera helada.

3 comentarios:

  1. Precioso tu jardín en otoño, es un sueño ver la magia de esa estación reflejada en el paisaje, el suelo lleno de hojas de gingko es de gran belleza visual aunque reconozco que recogerlas es árdua tarea para tí.
    Muchos besos.

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  2. Gracias Montse. El otoño es sin duda uno de los momentos que más me gustan del jardín, aunque luego, como bien dices, hay que mantenerlo y limpiar las hojas.
    Un abrazo.

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  3. esta precioso, paradojicamente como dices cada año el invierno llega antes y la navidad empieza antes... turrones y lotería en agosto... con un poco de suerte lo uno se atrasara tanto y lo otro se adelantara tanto... que volverá a ser en su momento... Reflexión tonta a parte es cierto que los cambios del clima se notan... los llamemos como los llamemos y lo niegue quien lo niegue... Brindemos con sidra por la sidra astur!

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