miércoles, 18 de diciembre de 2024

Un poco de nieve antes de la Navidad y los mejores deseos para estas Fiestas.

 


Un poco de nieve en la Barrosa antes de Navidad.

La semana pasada la Barrosa se cubrió de una ligera capa de nieve antes de la Navidad. Hacía bastante tiempo que esto no ocurría. La última vez fue una nevada en Noviembre que destrozó decenas de árboles frutales y causó un auténtico desastre en el jardín. Esta vez ha sido una suave nevada que espolvoreó el jardín y las montañas de una manto de azúcar y apenas duró un par de días. Lo suficiente para transformar el paisaje y soñar con aquellos años de la infancia en que lo común eran esas navidades blancas que ya parecen un recuerdo tan lejano, que uno duda de que haya sido real alguna vez. El cambio climático ha cambiado tanto las cosas como la vida en general. En un tiempo donde las mentiras y los bulos campan a sus anchas en todos los ámbitos de la sociedad, uno empieza a dudar hasta de sus propios recuerdos. Lo cierto es que en mi memoria si hay muchas navidades blancas por mucho que se empeñen algunos en decir que las cosas siempre han sido así.

 

Se acaba un año más para el recuerdo. La Barrosa ha sobrevivido como todo lo demás, con sus días buenos y otros no tan buenos. El jardín ya parece tan viejo como quien lo cuida. Esa es la realidad. No hay reemplazo y el jardín se convertirá algún día en una selva sin control, como casi todos los prados que lo rodean. La naturaleza ocupará de nuevo su lugar. Algunas plantas sobrevivirán y muchas otras no en la dura pelea por la existencia. Es algo inevitable.

 

Este año abrí por primera vez la Barrosa al público en otoño, para que la gente pudiera contemplar el colorido de los arces y de otros árboles y arbustos. No fue tan brillante como esperaba, en parte debido al mal tiempo y también porque los otoños tampoco son lo que eran. Los cambios de color de las hojas cada vez se retrasan más. Nada es previsible y mucho menos en jardinería. Aún sigo con la misma ilusión que cuando comencé, a pesar de que las cosas en el mundo de la jardinería en este país apenas cambian. Ya han comenzado a abrirse al público otros jardines privados en Asturias; dos o tres.  Son jardines de grandes mansiones que se visitan con guía. Algo es algo. La Barrosa es solo un grano de arena en ese mundo.

 

En cuanto al mundo de los blogs de jardinería, la mayoría han desaparecido, aquí y en todas partes. Se han quedado viejos y anticuados. La gente ya solo quiere ver videos cortos que impacten, o todo lo más unas pocas fotos en Instagram. Ya no hay tiempo o interés para más. Lo cierto es que no me importa demasiado. Si algo te enseña la jardinería es a ver el mundo de otra manera: a ser paciente, a tener ilusión en el futuro, a fijarte en las cosas pequeñas, a disfrutar cada momento, a ver el sol y el paisaje que cambia cada día, a ser consciente de tus propios límites y en última instancia a ser consciente de la transitoriedad de todo lo que existe. Pero también nos enseña de que al final del invierno siempre hay una primavera. Un gran consuelo y una dicha nadie te puede quitar. Felices Fiestas a todos los que os acercáis por aquí y espero que 2025 os traiga lo mejor que podéis desear. Pronto llegará la primavera.



!Que tendrá la nieve que tanto transforma el paisaje!.


Con la nieve se puede apreciar la extraordinaria belleza de las ramas de los arces japoneses.




Los dos grandes cedros sobresalen sobre el resto de los árboles.


La nieve añade quietud y misterio al paisaje.




Una de las razones por las cuales mantengo siempre los magnolios podados en forma de bolas es por la nieve que suele romper con facilidad sus pesadas pero frágiles ramas.




Los arbustos con hojas suelen doblarse pero rara vez se rompen.





La montañas y los prados frente a la Barrosa están preciosos con el manto de la nieve. 





En el invernadero  que se ve al fondo, la vida es muy diferente.


Cactus de navidad en flor y otras plantas crasas.


Los geranios continúan floreciendo sin inmutarse y hasta el limonero sigue dando fruta. Es asombroso lo que un pequeño invernadero puede hacer en un jardín del norte.



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