Viajes en el pasado: Guatemala 1991.



Vendiendo flores en el mercado de Chichicastenango.

De aquellos viajes de los años 90 hay uno que perdura en el recuerdo con una especial luminosidad, Guatemala. Pocos países hay tan hermosos y tan pobres. Tan llenos de un pasado glorioso y tan mezquino en aquel presente de los años 90, después de decenas de años soportando el peso de guerras, levantamientos militares, grupos guerrilleros revolucionarios de diferentes siglas, milicias paramilitares, y en medio, como siempre, una población aterrorizada por ambos bandos, una ficha más en el tablero de las grandes potencias que en los ochenta se juegan su poder e influencia en los pequeños países de Centroamérica (Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras, más tarde Colombia, etc.).

Volcán del Agua, cerca de Antigua desde el avión.

Cuando yo la visité en el 91 hacía poco más de un mes que un gobierno civil había asumido el poder por primera vez desde hacía mucho tiempo, pero aún persistían grupos guerrilleros en el Quiché y había zonas muy poco seguras (Unos pocos años antes milicias paramilitares habían asesinado a dos sacerdotes asturianos, uno de ellos de Cuérigo, el padre Juan, al que yo había conocido de niño. También había ardido la embajada española con decenas de campesinos refugiados en su interior. Era un país que daba un poco de miedo). Sin embargo la vida parecía transcurrir con bastante tranquilidad. Apenas había un puñado de turistas, la mayoría en la ciudad colonial de Antigua o en las ruinas de Tikal. En el resto del país había que caminar con cierto cuidado, especialmente porque los campesinos recelaban de cualquier extranjero que hablara español (al que identificaban con paramilitares). Aún así fue un viaje casi sin incidencias y me dejé arrebatar por la absoluta belleza de un país tan hermoso que recordaba el paraíso.

Ventana en Antigua

Guatemala es un país pequeño en extensión, pero con una población de casi 18 millones de habitantes, el 40% de los cuales es indígena. Solo Bolivia tiene unas cifras mayores de población indígena. Eso prueba que a pesar de la larga colonización española el pasado de la cultura maya está aún muy presente y perdura en su cultura y costumbres. En Guatemala aún subsisten más de 14 lenguas diferentes, hay un importante sincretismo religioso y la forma de vestir y vivir de sus habitantes muestra rasgos distintivos característicos de las culturas pre-coloniales. Las ruinas arqueológicas de Tikal, en la selva del Petén, son uno de los mayores centros urbanos de la cultura Maya, con más de 90.000 habitantes en su apogeo en torno al siglo VIII y más de 3.000 estructuras de piedra, la mayoría aún sin excavar. Durante la colonización española fue sede del Reino de Guatemala que se extendía desde Méjico hasta Costa Rica. Allí se fundó la ciudad de Santiago de los Caballero (la actual Antigua) una de las ciudades coloniales más ricas y suntuosas, con decenas de iglesias, monasterios, palacios y una estructura perfecta en forma de parrilla. La ciudad fue destruida por varios terremotos en los siglos XVII y XVIII, hasta el punto de que se decidió trasladar la capital a la actual Guatemala. El país se independizó de España en 1820.

Guatemala es un país lleno de volcanes y lagos, pequeños pueblos en las montañas y algunos de los mercados indígenas más hermosos que uno pueda ver en este planeta. En el 91 gran parte de la población rural aún viste sus coloridas ropas tradicionales a diario, o para ir al mercado. Su artesanía es una de las mejores de América. La ciudad de Antigua, a pesar de que algunos de sus conventos y palacios están en ruinas, es una de las más hermosas ciudades coloniales de la América española y será declarada, años más tarde, Patrimonio de la Humanidad. Las ruinas de Tikal impresionan con sus enormes pirámides surgiendo de entre los árboles de la selva. Hay decenas de ciudades menores y ruinas esparcidas por todo el valle del Petén que se pueden visitar a través de los ríos. Hoy Guatemala es un país mucho más seguro para visitar. Su infraestructura hotelera ha mejorado notablemente e incluso se están promocionando zonas de costa en el Caribe y en el Pacífico. Las fotos de esta entrada, al igual que las de viajes anteriores, son escaneados de diapositivas, de no muy buena calidad, pero espero que os den una idea de la belleza de este país y os animen a visitarlo.

 

La catedral de Antigua destruida por el terremoto de San Miguel de 1717.

Interior de la catedral de Antigua.

Iglesia de la Merced. Antigua.

Convento en ruinas. Antigua.

Uno de los arcos distintivos de la ciudad. Llegó a haber 9 de estos arcos.

Hospital de San Pedro. Antigua.

Patio de la Universidad Real fundad en 1676, la 3º más antigua de América.

 

 

Estación de autobuses de Chichicastenango.

Mujeres en el mercado de Chichicastenango.

Mirando vasijas en el mercado.

Mujeres vistiendo el traje típico de Santiago de Atitlán.

Máscaras en el mercado de Chichicastenango.

Mujer con incienso a la entrada de la iglesia de Chichicastenango.

Ceremonia en la iglesias de Chichicastenango.

 

 

Mercado en el Quiché.

Esperando el autobús.

De camino hacia el cementerio donde se hacen a menudo ritos chamánicos.

Ritos pre-coloniales en las afueras de Chichicastenango.

Sincretismo religioso en la región de Atitlán.

El área en torno al lago Atitlán es de una gran belleza.

Yo en una barca cruzando el lago Atitlán.

Llegada del barco a Santiago de Atitlán.

Paisaje en torno al lago.

Dos niñas posan en una barca.

Los niños ya visten ropa europea, no así las niñas.

En las ruinas de Tikal.

Pirámides mayas de Tikal emergiendo de entre la selva.

Templo IV en Tikal.



Ruinas de Ceibal, una ciudad Maya en medio de la selva.

El hijo de nuestro guía posa en las ruinas de Ceibal.