Paisaje otoñal en la Barrosa. |
El pasado fin de semana, tal como
había anunciado con anterioridad, abrí por primera vez el jardín de la Barrosa
al público para que todos pudieran disfrutar de los colores del otoño. Mi
intención principal era dar a conocer la singularidad y la belleza de los arces
japoneses, que en esta zona de la montaña asturiana son bastante desconocidos
para la mayoría de la gente. Para ello había preparado una muestra didáctica
con algunos paneles con información sobre estos árboles y su importancia y
significado en la cultura japonesa, una muestra de arbolitos de bonsáis y arces
germinados de semillas, tipos de sustratos para utilizar con estas plantas y
hasta una pequeña venta de semillas con instrucciones claras para su germinación.
Contraste entre el dorado del Acer palmatum Sango Kaku y Bloodgood en rojo. |
El sábado hice una charla
coloquio a la que asistieron un grupo pequeño de personas interesadas en éstos
árboles, y a la tarde visitaron el jardín un buen número de personas de varias
partes de Asturias. Me sorprendió que algunos de los visitantes se desplazaron
desde Gijón, Pola de Laviana y otros pueblos de Asturias. En contraste no hubo
mucha asistencia de los pueblos de los alrededores, que era de donde más
visitas esperaba. Quizás no se enteraron o el mal tiempo desanimó a mucha
gente. El domingo abrí el jardín durante la mañana, y a pesar de que llovía a
chuzos también se acercaron un buen número de personas, la mayoría también de otros
lugares.
Muestras de hojas de los arces de la Barrosa. |
Este año el calor de las dos
semanas anteriores no fue muy bueno para la coloración de las hojas y, de
alguna manera, ha distorsionado el proceso normal de cambios de color, ya que mientras
en algunos arces las hojas se secaron antes de tiempo, otros permanecían aún verdes como si estuviéramos en verano. Está
claro que el cambio climático está influyendo en muchos de los procesos
normales de las plantas, desde las floraciones hasta el reposo antes del
invierno. No tengo ni idea que puede pasar dentro de unos años. Los arces
japoneses llevan evolucionando durante siglos y están acostumbrados a una
climatología determinada. Son árboles bastante resilientes pero el calor les
afecta sobremanera y llevan muy mal la subida de las temperaturas. Hace unos
pocos años, un verano extremadamente cálido en Inglaterra, hizo que las hojas de
miles de arces se secaran en pleno Agosto dejando los árboles casi desnudos pero,
por lo que he leído, parece que la mayoría se recuperaran bastante bien al año
siguiente.
Quiero dar las gracias a todos los que se acercaron por aquí este
fin de semana y espero que hayan disfrutado de la belleza de estos arbolitos símbolo
de la cultura japonesa. Os dejo unas fotos de la Barrosa en estos días. Espero que
os gusten.
Arce y Crisantemos. |
Exposición de pre-bonsáis y arces de Semilla. |
El Gingko comienza ahora a cambiar de color. |
El segundo Acer palmatum Sango-kaku al lado del tejo en forma de pirámide. |
Hojas rojas en entre la hierba. |
Parterre circular del cedro. |
Vista parte central del jardín. |
Muestra de sustratos para cultivo de arces. |
Paneles con información sobre los arces japoneses. |
Desde el mirador. |
Mirando hacia la montaña. |
Pequeño arce de semilla en la pumarada. |
Desde la terraza. |
Blanco, amarillo y rojo. |
A través de las ramas de arce. |
Hojas de Osakazuki. |
La fuente de las caras. |
Cornus controversa variegata. |
El estanque. |