jueves, 3 de julio de 2025

Jardines de Inverewe, un milagro en una de las regiones más inhóspitas de Inglaterra.

 


Primulas en el jardín de Inverewe.

Los jardines de Inverewe, situados en uno de los lugares más inhóspitos de la costa norte de Escocia, son uno de los jardines históricos más conocidos y populares de Inglaterra. No hay duda de que los ingleses a veces obran milagros en el mundo de la jardinería. Este jardín, en el mismo meridiano que la bahía de Hudson en Canadá, parece un auténtico milagro de la naturaleza, pero es en su totalidad la obra de un hombre, Osgood Mackenzie, empeñado en construir su paraíso en una rocosa península batida por los vientos helados del norte. Mackenzie era el tercer hijo de Sir Francis Mackenzie, jefe de uno de los clanes más famosos de Escocia ya desde el siglo XV. Dado que su hermano mayor heredó la finca familiar, Osgood, con la ayuda financiera de su madre, compró 50 acres de una península rocosa sin apenas valor en 1862 y decidió construir su casa en medio de esa nada en la que crecía un solo árbol.

 


La casa de Inverewe

Empeñado en una tarea casi titánica, Osgood comenzó a transportar tierra de diferentes lugares, incluso desde Irlanda, en barco, con el fin de mejorar el terreno, al mismo tiempo que iniciaba la plantación de miles de árboles para crear un cinturón vegetal en torno a la casa que parara el constante viento glacial del norte. Al principio se decidió por el pino escandinavo “Pinus silvestris” que crece más rápido, pero más tarde amplió la cubierta vegetal con pino rojo y sequoias de la costa de California y luego árboles más exóticos traídos de Australia, Nueva Zelanda o Sudáfrica.  Poco después inició la construcción del jardín en terrazas frente a la casa, en terreno ganado al mar. Rodeó el jardín de altas paredes de piedra que absorbieran el calor y mejoró la tierra experimentando con algas secas recolectadas del mar. Su éxito al crear una especie de microclima en torno al jardín, fue clave en la adaptación de miles de plantas de ambos hemisferios y de latitudes mucho más lejanas y cálidas. Sin duda sorprende ver arbustos de Aeonium, nativos de las islas Canarias en una de las terrazas. Lo mismo ocurre con decenas de otras plantas de todos los lugares del planeta. Durante mi visita a principios de Junio, las floraciones de este jardín eran casi las mismas que las de la Barrosa, que está 3000 kilómetros más al sur.



Aeonium en una de las terrazas del jardín


A la muerte de Osgood en 1922 heredó el jardín su hija, la cual siguió cuidando de él hasta 1953 en que lo cedió al “National Trust for Scotland” a perpetuidad.

El jardín es lo suficientemente amplio como para estar todo un día recorriéndolo. Gran parte del jardín es un enorme bosque con especies de todo el planeta. Entre los árboles crecen decenas de rododendros, azaleas y otros arbustos. Pintorescos caminos bordean la costa y llevan a varias pequeñas playas. En los claros entre los árboles hay lagunas y estanques rodeadas de Prímulas y bulbos de Iris en flor. La parte más importante de este jardín es sin duda su famoso jardín cerrado en terrazas frente al mar. Aquí las paredes de piedra almacenan el calor lo que permite el crecimiento de decenas de arbustos exóticos, plantas Vivaces, bulbos y herbáceas de diferentes lugares del mundo. También hay terrazas con cultivos muy productivos. La casa ya no es la original, ya que ésta se quemó y tuvo que ser reconstruida. Su interior está tal como lo dejó su hija Mairi, quien vivió en la misma hasta su muerte. Alrededor de la casa hay zonas de rocalla con exóticos y retorcidos eucaliptos plantados por Osgood. Sin duda es un jardín que merece la pena visitar y que demuestra que ene jardinería todo es posible si uno pone el suficiente empeño y conocimiento.

 


Paisaje escocés cerca de Inverewe.


Entrada al jardín de Inverewe.


Rocalla con plantas crasas y Aeonium.



Iris sibirica





Ceranium.


Alchemila, Digitalis y Clermatis.


Arboles frutales en la parte superior de la terraza.



Huerto.


Nuestro grupo siguiendo al guía.


Jardín vallado frente a la casa.


En el bosque crecen ejemplares de helechos arbóreos semitropicales.


Varios ejemplares de Pinus Wollemi.



Esculturas de ramas.


Rododendros.


Extraordinario ejemplar de roble variegado.






Vista frente a la casa.



Paseo de los rododendros.


Estanques con Gunneras y Rodgersias.





Prímulas japónicas.


Un banco frente a una de las playas.


Los rododendros rosados se han naturalizado en muchos bosques de Escocia. 



Azaleas y Rododendos.




Mirador cerca de la casa.



Plantas de Nueva Zelanda.



Araucaria


miércoles, 25 de junio de 2025

Día de Puertas Abiertas en la Barrosa 25.


Delfinios y Clemátide.

El pasado fin de semana abrí de nuevo el jardín de la Barrosa al público. Es la cuarta vez que lo hago y como en los años anteriores hubo un goteo constante de gente durante la tarde del sábado y mañana del domingo. Esta vez no pudieron venir los ancianos de la Residencia de Felechosa, debido a un brote de gastroenteritis y fue una pena porque llevaban meses esperando esa salida.



La Barrosa (de un fotógrafo visitante)

Este año, debido a mi viaje a Escocia, retrasé la visita una semana y se ha notado, ya que el clima ha sido nefasto durante todo el mes de Junio con temperaturas muy altas para esta época, por encima de los 30 grados, lo que me obligo a regar constantemente durante todos estos días para mantener las plantas lo más lozanas posible. Aún así el jardín no tenía la frondosidad de otros años y algunas floraciones como la de las Dedaleras, los Delfinios o los Sisyrinchium ya estaban empezando a desvanecerse, al igual que algunas rosas. También cambió algo el público asistente, ya que esta vez vinieron un buen número de jardineros, muchos de los cuales tienen sus propios jardines. Me visitaron una buena parte del grupo de “Dedos Verdes”, del cual formo parte, y fue un placer recibir a tanta gente que sí entiende de jardinería. Vinieron además varios propietarios de jardines de Gijón y Oviedo y, por sorpresa, mi amigo Mario, profesor de jardinería, desde Palencia. Les agradezco mucho estas visitas ya que en este país la jardinería aún es una actividad tan minoritaria y tan poco valorada, que uno tiene la impresión de estar construyendo castillos en el aire. Por mucho que en estos últimos años la jardinería parece que comienza a despegar un poco, y ya se abren al público 3 o 4 jardines, para la mayoría de la población es una afición totalmente minoritaria y propia de extranjeros o gente con dinero que manda cuidar su jardín. Este año hubo menos visitas de le gente de los pueblos de los alrededores, tal vez porque era el Corpus en algunos pueblos o tal vez porque ya han perdido el interés. No lo se.



Plantas crasas en el patio.

Nada que ver con el Reino Unido, de donde acabo de regresar hace poco, donde hay al menos 4 programas semanales sobre jardinería en el "prime time" de TV, incluida la BBC, más de tres millones de jardines privados y un buen número de grandes jardines públicos de la Royal Horticultural Society que reciben millones de visitantes cada año. A esto hay que añadir los Jardines Botánicos de casi todas las ciudades importantes y de numerosas universidades. Por otra parte, decenas de Universidades públicas y privadas ofrecen Grados y Masters en "Jardinería y Paisajismo" y la rama relacionada con esta actividad en Formación Profesional es una de las más concurridas, dado la facilidad para encontrar trabajo. Y qué decir de la feria de Chelsea, la mayor feria de jardinería del mundo, visita obligada para la realeza, políticos, artistas y cualquiera que cuente algo en Inglaterra. Al contrario en este país el popular programa de jardinería y bricolage tan popular años atrás, hace tiempo que desapareció y no ha habido sustituto porque alguien ha decidido que es mejor promocionar cocineros y futbolistas, sin duda.



Ante toda esta infraestructura relacionada con la jardinería, común en muchos otros países europeos, el nuestro parece poco más que un desierto. Encontrar a alguien que sepa trabajar en un jardín y hacer algo más que cortar el césped o podar un árbol, es una tarea poco menos que inútil. ¿Cambiarán las cosas en el futuro? Tengo mis dudas. Hace tiempo que llevo esperando ese cambio y este no parece llegar nunca.

Mi idea de abrir mi jardín una vez al año, al público, es algo que hacen casi todos los jardines ingleses. Una actividad extremadamente popular en primavera, al igual que asistir a las numerosas ferias de plantas que hay en todas partes. Apenas una gota de agua en medio del desierto. Aun así, creo que seguiré haciéndolo en el futuro. Quién sabe si algún día prende la chispa. Gracias a todos los que visitasteis este jardín el pasado fin de semana.