miércoles, 25 de octubre de 2023

Viajes en el pasado: Rio de Janeiro. 2007

 


 


La ciudad de Rio de Janeiro desde el Corcovado

En el verano del 2007 hice mi segundo viaje a Brasil. Esta vez comencé en Rio de Janeiro e hice un largo recorrido circular a lo largo de casi dos meses que incluyó las ciudades coloniales del oro y los diamantes: Ouro Preto y Chapada Diamantina. Luego crucé todo el país de este a oeste hasta el Pantanal. Mas tardé descendí hasta Iguazú para luego subir por la costa, visitando varias islas hasta terminar de nuevo en Río de Janeiro. Fue un viaje extremadamente largo, casi todo por tierra o en  barco, pero de una gran belleza. En aquél momento Lula da Silva, al igual que ahora, era presidente del país y se respiraba un gran emoción por el cambio, por las conquistas sociales que se avecinaban y por un brillante futuro. La moneda, el real, estaba fuerte y miles de brasileños llenaban los lugares de vacaciones mientras el turismo extranjero era aún bastante escaso. Aquel brillante futuro se vino abajo con la crisis económica del 2010 y los años que siguieron fueron más bien de retroceso que de avance.

 


Jardines en la Praça París (Rio de Janeiro)

Rio de Janeiro, como todas las grandes ciudades brasileñas, impone bastante por su enorme tamaño y por las múltiples “leyendas urbanas” de violencia e inseguridad para el visitante, pero lo cierto es que los pocos días que pasé en un hotel de Ipanema y los recorridos que hice por la ciudad, casi siempre en transporte público, no tuve ningún contratiempo y más bien me pareció una ciudad amable y de una enorme belleza. Eso sí, fui bastante cauto y no me alejé de los lugares turísticos recomendados. Tampoco estuve mucho tiempo: un par de días a la llegada y otros dos al regreso. En aquella época aún no había nacido mi interés por la jardinería así que ni siquiera visité su Jardín Botánico que es uno de los mejores de América. Una pena. Hice los recorridos habituales del Pan de Azucar y el Corcovado con sus magníficas vistas de la ciudad y sus diferentes barrios. Visité un par de museos, el centro histórico, algunas de las playas y paseos y creo que no tuve tiempo a más. En el viaje anterior había conocido a una pareja joven de médicos portugueses que trabajaban en Río, conducían un todo terreno blindado por miedo a los secuestros y me llevaron a cenar a uno de los lugares más lujosos de la ciudad. Me bastó un día para ver con mis propios ojos el abismo que separa la gente pudiente del resto, por no decir del millón y medio de personas que viven hacinados en las favelas que envuelven toda la ciudad, incluyendo los barrios más ricos.

 


En el mirados del Pao de Azucar

A día de hoy Río sigue siendo la segunda ciudad más grande del país y se les estiman unos 14 millones de habitantes. Fundada en el siglo XVI, fue la capital del país durante el imperio portugués desde 1808 a 1822 y luego capital de Brasil hasta 1960 cuando se trasladó la capitalidad a Brasilia. A pesar de que su crecimiento se detuvo un poco durante el cambio de capital, Rio continúa siendo uno de los principales centros económicos, culturales y financieros de Brasil constituyendo el segundo mayor aporte al PIB del país.

 


Copacabana.

A pesar de la belleza de la ciudad, Brasil es mucho más que sus grandes ciudades, y uno se encuentra mucho más a gusto y mucho más seguro en cualquiera de sus pequeños pueblos o ciudades de provincia, bien sea en la costa o en el interior, además de visitando sus grandes paisajes naturales. Dos días después salía para Ouro Preto a 400 kilómetros de distancia, y a siglos de distancia en todos los aspectos.



A la llegada aún época de lluvias, la playa de Ipanema vacía.


Desde el hotel en Ipanema, se aprecian las favelas en la colina 


Visitando el Museo de Arte Contemporáneo Niteroy, de Oscar Niemeyer.


Para visitarlo hay que ir en barco al otro lado de la bahía.




La ciudad desde el barco.


Teleférico al Pao de Azucar.




Vista desde el Pao de Azucar.


Vistas de diferentes barrios de la ciudad.




Iglesia de Nuestra Señora del Buen Suceso, barrio centro.



Palacio Museo de Bellas Artes.



Centro histórico de Rio de Jnaeiro con grandes edificios coloniales y del XVIII.



Rascacielos al lado de casas del XIX.





Catedral Metropolitana de Rio de Janeiro del arquitecto Edgar de Oliveira de Fonseca, construida en forma de pirámide de 96 metros de altura. 


Interior de la moderna catedral


Parque en el centro de la ciudad.



Subiendo al pequeño tren que lleva al Corcovado 


Vistas desde el Corcovado.




Estatua del Cristo Redentor en la cima del Corcovado de 36 m. de altura y mil toneladas de peso fue construido entre 1926 y 1931 por el ingeniero Heitor da Costa Silva.


Playa de Ipanema.


Paseo de la playa de Ipanema.


Al regreso la playa está a tope en un día de sol.




martes, 17 de octubre de 2023

Jardines de la Bahía de Singapur: Invernadero “Flower Dome”.



Extraordinarios ejemplares de Dasylirium y Agaves en la parte superior del invernadero "Flower Dome"

El invernadero llamado “Domo de las Flores” es una gigantesca estructura de cristal de 1,2 hectáreas, el más grande del mundo en estos momentos, y alberga la colección de plantas de climas secos y templados. Incluye cientos de especies de la zona mediterránea, regiones tropicales y zonas semiáridas del mundo, recreando un ambiente entre los 23 y los 25 grados, aunque también hay plantas de regiones mucho más cálidas. El diseño de esta gigantesca cúpula tiene forma de huevo, alcanza una altura d 38 metros y no tiene soportes adicionales en el interior. La rigidez necesaria para que se sustente la estructura está dada por una malla de acero que lleva más de tres mil paneles de un tipo de vidrio especial que atrapa el exceso de energía solar. Una red de tuberías que trasportan agua fría pasan por debajo de los paneles, enfriando el aire y contribuyendo a crear un espacio interior casi 15 grados más frío que la temperatura del exterior, con una gasto mínimo de energía.

 

Adamsonia gregorii (baobab australiano).

Otra característica importante del “Flower Dome” es que, mientras en los invernaderos tradicionales de los jardines botánicos, las zonas climáticas están físicamente separadas, por tabiques y puertas, con el fin de  mantener un microclima propio en cada habitación y así los trópicos secos están separados de los húmedos, los desiertos de las sabanas y marismas, y las palmeras crecen  separadas de las azaleas, aquí se mantiene el principio de separación, pero no hay particiones interiores. El microclima necesario para cada zona es individual: tanto en lo que se refiere a la temperatura como la humedad. Esto se consigue colocando las plantas a diferentes alturas y creando espacios diferenciados en cada nivel.

En general las plantas se distribuyen en varios jardines diferentes y están representadas regiones como Sudáfrica, California, España e Italia, Australia y Nueva Zelanda y varias islas repartidas en diferentes partes del mundo.

En la parte superior de la cúpula crecen una gran variedad de plantas crasas además de árboles propios de climas semiáridos como pachypodiums, brachychitons, nolinas, agaves, etc. Según uno desciende aparecen Baobabs, árboles botella, ceibas, eucaliptos y plantas típicas de Australia o Sudáfrica, para terminar en la base de la cúpula con plantas y árboles de origen mediterráneo como olivos, cipreses y numerosas plantas de flor típicas de estos países. Sorprende ver gigantescos olivos centenarios creciendo en forma de bosque como si siempre hubieran estado ahí.


Troncos retorcidos de olivos centenarios.

En la base de la cúpula se sitúan también las exposiciones temporales que por lo general están dedicadas a alguna festividad o evento memorable. Son también una muestra de la multiculturalidad de un país donde conviven una docena de confesiones religiosas y tradiciones culturales, entre ellos la china, india, europea, malaya, japonesa, armenia, rusa, etc. En esta ocasión, la exposición está dedicada a las celebraciones del nuevo año 2023. En ella hay guiños a la tradición china (comienza el año del “conejo”) y a la europea entre otras.



Muestra artística de un dragón en el entorno apropiado.

Otro aspecto a notar, son las numerosas esculturas y obras de arte relacionadas bien con las tradiciones de algunos de los países de donde proceden las diferentes colecciones botánicas, o con escultores  propios de esos lugares. Sin duda este invernadero es un lugar extraordinario para dejarse sorprender  por unos ejemplares botánicos magníficos así como por un entorno cultural y artístico notable. Espero que os gusten estas fotos.

 



Vista general de la parte superior del invernadero, con plantas de clima semi-árido.


Expresión artística.


Flora típica del desierto californiano.



Arboles botella y plantas crasas.



Baobabs y otra plantas 


Arboles y plantas de Nueva Zelanda.


Drago canario, Yucas y árboles botella.


Árbol botella (Brachychiton) y Agaves.


Expresión artística y flora de algún lugar de Sudáfrica.



Mirando hacia la base del invernadero.


Flora de Australia.




Palmeral templado.


Bosque mediterráneo.


Exposición temporal celebrando el nuevo año 2023


Palmeras y dragos.


Bosques de olivos y plantas mediterráneas.




Ejemplares de olivos de grandes dimensiones.


Huerto mediterráneo.


Aquí se aprecian los diferentes niveles de altura (y de climatología) dentro de la cúpula.


Arboles frutales y flores de temporada. 


Dalias, Crisantemos, Orquídeas y pabellones chinos para dar la bienvenida al nuevo año.



Mezcla de plantas como símbolos culturales de diferentes países para el nuevo año.


Linternas chinas.