Una vista delo Coto Bello donde abundan las setas en sus praderías y bosques. |
La tradición de recoger setas
nunca fue muy común en Asturias. De hecho, siempre existió una especie de tabú
sobre utilizar las setas como fuente alimenticia. A muchos campesinos les aterrorizaban,
y preferían pasar hambre antes que comerlas. Sin embargo, en otras regiones de
España, como Cataluña o el país vasco, la recogida de setas era una tradición
bien arraigada desde hacía siglos. Porqué en unas zonas si y en otras no tiene
difícil explicación. Está claro que el conocimiento de las setas, las que son comestibles
y las que no, no se adquiere de un día para otro y no es tan sencillo como parece
a simple vista. Yo empecé a recoger alguna seta después de un viaje a Francia
en mi juventud. Allí aprendí a identificar algunas y allí compré mi primer
libro de setas. Desde entonces ha pasado ya mucho tiempo y las cosas han
cambiado exponencialmente. Ahora mismo hay en Asturias decenas de Sociedades micológicas
y algunos restaurantes, como el que tenemos aquí en Cuérigo, Cal Xabú,
organizan sus jornadas de las setas que incluyen salidas al campo a recogerlas
guiados por especialistas, conferencias, y luego una buena degustación de sus
platos con setas. Eso fue la semana pasada. Yo suelo acompañarles, más que nada
para hacer fotos y aprender algo con los especialistas que acompañan los
grupos.
Identificar con claridad una seta
comestible de otra potencialmente peligrosa no es cuestión nimia y todos los
años unas cuantas decenas de personas mueren o se intoxican por comer la seta equivocada.
Dependiendo de las condiciones climáticas, del lugar donde crece, de la exposición
al sol o del momento en que se encuentre en su desarrollo, el aspecto de una
seta puede variar significativamente. La identificación de una seta se hace por
un montón de factores que a la gente común se le escapan con mucha facilidad:
no solo influye el color o la forma (que es lo más visible) sino otros factores
como el olor, la forma de las láminas, si tiene o no anillo, la forma del pie,
incluido los dibujos de su superficie, los cambios de color de la carne al
cortarla, si tiene o no volva, los cambios en la superficie del sombrero (que
puede variar mucho de una seta joven a otra adulta), etc. Es también
fundamental tener en cuenta el lugar (prado, bosque de castaños, roble, pino,
haya, etc.) para tener una idea de la seta que podemos encontrar en cada
ecosistema. Hay que tener en cuenta que algunas setas como los boletales,
microrrizan con las raíces de ciertos árboles y es ahí donde debemos buscarlas.
Dicho esto, mi consejo es que se aprenda a identificar una o dos setas de cada
vez y que solo cojamos esa seta durante un tiempo hasta que podamos añadir una
nueva especie. Hay unos pocos cientos de setas comestibles, pero decenas de
miles de variedades de setas, así que no podemos ir cogiendo setas al azar
esperando que sea una “buena”, Un buen libro de setas ayuda, pero a menudo las
fotografías están hechas en un momento dado de la vida de la seta y las setas
cambian mucho de aspecto según envejecen. Hay que leerse muy bien la descripción
y comprobar paso a paso con la seta en la mano si la descripción encaja con esa
seta específica. Y ante la más mínima duda consultar con un especialista o
desecharla. La mayor parte de las muertes por setas venenosas en España se
producen por comer la Amanita phalloides o la Amanita pantherina, dos setas de muy
fácil identificación por sus colores (verde y pardo verdosa con puntos blancos)
y con todas las características de las peligrosas Amanitas. Parece imposible
que se pueda cometer un error tan de bulto, pero así son las cosas.
Arboles de Otoño y la nieve en el Pico Torres, el más alto del concejo. |
Las fotografías os traen unas vistas del paisaje de Aller donde recogimos setas: el Coto Bello, Santibañez de la Fuente y mi casería de la Corraina el Quentu. Los ejemplos de setas son tan solo un pequeño muestreo de las setas que crecen estos días por estos bosques y prados.
Flores de Centaurea nigra creciendo al lado de dos Lepiotas. |
Lepista panaeoulus o seta pardina un excelente comestible. No confundir con otras lepistas muy similares pero tóxicas. |
Los Crocus florecen al mismo tiempo que crecen las setas con sus delicadas flores azules. |
Boletus pinicola creciendo bajo un roble, toda una sorpresa. |
Bosque de Haya y Abedul. |
La Amanita muscaria es una de las setas más bonitas y venenosas que se pueden contemplar. |
Paisaje en el Coto Bello con bosques de acebos. |
Setas creciendo en tronco de un árbol cubierto de musgo |
En el Coto Bello abundan los bosques de haya y abedules. Al fondo Peña Mea. |
Amanita virosa, otra seta muy peligrosa. |
Abedules y Acebos. |
Paisaje de bosques y prados en Santibañez de la Fuente. |
Bosque de robles muy atractivos para toda la serie de Boletus. |
Boletus eryothropus. |
Casería en Santibañes de la Fuente. Al fondo el Puerto de Vegarada. |
Boletus edulis, uno de los mejores boletales comestibles. |
Seta leñosa de la familia de los Iononotus creciendo en un tronco.
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