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La torre medieval de Soto esta semana. |
El año pasado escribía en este
mismo blog una entrada sobre este conjunto medieval, el único que queda en el
concejo de Aller, y de cómo la ruina y el derrumbe parecían inminentes, después
de que las muchas negociaciones realizadas por la alcaldía y la administración durante los últimos años con
los propietarios del castillo resultaran infructuosas. Esta vez, por fin, justo
en el último minuto, las negociaciones parecen haber dado resultado y, al menos
de momento, un exiguo presupuesto de 275 mil euros se propone salvar de la
ruina esta joya del medioevo.
Lo cierto es que nadie parece
saber con claridad si es que la propiedad ha pasado a ser pública o de cuáles fueron los acuerdos con los propietarios. Varios alcaldes después
de que se iniciaran las primeras negociaciones, apenas hace dos semanas, la
torre se cubrió de andamios y los obreros han sacado la estructura de su tumba
de maleza. El presupuesto es tan exiguo, que parece que tan solo cubrirá una
mínima reparación de los muros existentes y un pequeño anclaje de la
cimentación de la torre que ha sido la culpable de que esta se viniera abajo un
par de veces. También está pendiente una excavación arqueológica más amplia, ya
que la única que se realizó en el lugar data de los años 90 y apenas se rastreó
el subsuelo del derrumbe de la torre, donde se encontraron algunas monedas que
van desde Fernando IV (1295 a 1359) a Carlos III. También se encontraron
muestras de cerámica, cristal y restos óseos, algunos humanos, además de vigas quemadas y cimientos de diferentes épocas. La torre y la
muralla defensiva pasó por diferentes etapas de reconstrucción y destrucción. En
su momento, estaba a la orilla del río y parece que la cimentación no era muy
estable, excepto en la parte en que se apoya en un promontorio rocoso, lo que dio
lugar a sucesivos derrumbes, el último en pleno siglo XX.
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Bodega en el interior de la casa derrumbada.
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Una de las grandes puertas interiores. |
La torre formó parte del sistema
defensivo de entrada al reino de Asturias y se dice que de aquí salieron tropas
asturianas para le reconquista. Parece que el primer propietario fue Pedro Díaz
de Aller, hijo del conde de Oviedo, en el 1100 y, según algunas crónicas, aquí
tuvo lugar el romance entre Alfonso VII y la hija de este conde, Doña Gontrodo.
De ese romance nació Urraca la Asturiana, que más tarde se casó con Sancho rey
de Navarra y terminó siendo reina de Asturias por orden de su padre. Si bien
durante esos siglos oscuros, la leyenda y la realidad se entremezclan en la
historia de este castillo, desde el siglo XIV la torre pasa a ser propiedad de
la poderosa familia Bernaldo de Quirós, quienes son también propietarios de
varias torres más en la zona de Quirós, Lena y Aller, entre ellas la de Mieres
y la de Olloniego. Esa familia se especializó en el cobro de pontazgos y el
control de las salidas hacia la meseta. Durante varios siglos fueron dueños de
grandes extensiones de terreno en el centro de Asturias, con los que crearon
varios mayorazgos y recibieron diferentes títulos nobiliarios, entre ellos el
de marqués de Camposagrado. Con las
torres de Aller y Lena, Sebastián Bernaldo de Quirós el Viejo creó un mayorazgo
a nombre de su sobrino Felipe Bernaldo de Quirós y Benavides y serán los
descendientes de esta familia, los poseedores de esta torre y castillo hasta la
desaparición del mayorazgo tras las leyes de Desamortización en el siglo XIX. Durante los siglos
XIV y XV los Bernaldo de Quirós afianzaron las murallas que rodeaban la torre y construyeron
algunos edificios anexos, tal vez también parte de la vivienda en ruinas que aún queda
en el interior y que sufrió numerosas reedificaciones y modificaciones a lo
largo del tiempo. Entre 1888 y 1962 un descendiente de esta familia, conde de
San Antolín del Sotillo, reconstruyó por última vez la torre mixta (cuadrada y
curva en uno de sus lados). La torre se derrumbó al poco tiempo durante una tormenta,
por fallos en la cimentación. En unas fotografías que realiza el fotógrafo catalán
Arxiu Mas a principios de siglo, parte de la torre está derrumbada y cubierta ya de maleza. También
desaparece o queda totalmente en ruinas, la antiquísima capilla de San Miguel que se encontraba dentro del patio del castillo y que él fotografió ese año.
A
finales de los setenta, y con mi primera cámara fotográfica en ristre, recuerdo
haber visitado la torre y hablado con dos ancianas que residían en el lugar,
quienes me permitieron hacer fotos en el interior, pero los restos de la
capilla estaban cubiertos de maleza y apenas se distinguían. Aquellas fotos en blanco y negro se
perdieron en alguno de los muchos traslados de casa que hice a lo largo de los
años, pero guardo una imagen borrosa de ellas, especialmente de los grandes
corredores de tablones agujereados, los arcos de piedra de las puertas
y un salón oscuro y tenebre. Este fin de semana me he colado en el interior de
la torre y he fotografiado esos interiores derrumbados que guardaba en la
memoria. En el fondo son casi iguales a los que yo recordaba. Quería
compartirlos con vosotros. Tan solo espero que la torre aguante unos cuantos
siglos más. ¡Me alegro tanto de que se haya salvado!
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Entrada trasera al castillo. |
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Entrada al interior de la casa en la parte baja.
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Interior del primer patio. |
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Aquí en el primer patio estaba la escalera que fotografió Arxiu Mas a principio de siglo y que comunicaba con la torre y varias estancias en forma de L a lo largo del patio.
Fotografías de Arxiu Mas de la citada escalera y uno de los corredores que yo fotografié también de muchacho.
Interior de uno de los corredores
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Arcos medievales de varias puertas en los paredes de los dos pisos |
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Paredes exteriores donde se asentaba la vivienda y restos de otra torre redonda caída. |
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Otra parte de la vivienda y torre. |
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La casa se asienta sobre la parte de las murallas al lado del río. Tenía varios balcones y estrechas ventanas sobre el agua. |
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Los corredores en torno al primer patio están caídos. |
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Otra de las estancias interiores.
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La torre posee 4 niveles y varias ventanas en cada uno. La parte derrumbada era redonda al contrario que la que queda en pie que es cuadrada. |
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Restos de la parte redonda de la torre.
Capilla y torre tal como la fotografió Arxiu Mas a principios del XX. |
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Restos de la capilla de San Miguel desaparecida. |
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Entrada al castillo y muro defensivo en la parte del pueblo. |
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Aquí se aprecian bien los restos de la parte redonda de la torre así como la puerta de entrada al primer nivel. |
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Salida al exterior del segundo patio de la casa. |
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Este balcón sin duda debió de ser muy posterior a las estrechas aspilleras en la muralla bajo el mismo. |
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El hórreo en el interior del castillo también está en restauración. |
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Una última vista de la torre y casa desde la base donde estaba el río, antes de construir la carretera nueva que pasa justo al lado del castillo. |