Rincón de Espinareu con un hórreo de buena factura y típicas casas de piedra. |
La mitad de los hórreos
asturianos se han perdido en los últimos 20-30 años. Según un recuento del 2020,
quedan unos 20.000 hórreos en Asturias. Parecen muchos, pero eso no evita la
enorme pérdida cultural y paisajística que supone la desaparición de miles de
estas construcciones de madera, en muchos casos de hace cientos de años, por
dejadez de la administración, de los dueños y porque inevitablemente se han
hecho obsoletos y han perdido el uso y la función para la que fueron
construidos. Todos los que vivimos o hemos vivido alguna vez en un pueblo de
Asturias, hemos visto cómo en el espacio de nuestras vidas, la mitad o más de
los hórreos que existían cuando éramos niños han desaparecido.
Una de los enormes paneras de Espinareu propiedad de varias familias.
Como casi todo el mundo sabe, los
hórreos son graneros, principalmente de madera, construidos a modo de palafitos,
para el almacenamiento de cereal y otras cosechas. Su función principal era conservarlas
secas y fuera del alcance de roedores y otras alimañas. Su forma y uso se extiende por muchas zonas
del mundo, siendo muy común en los países del norte de Europa, incluida España.
Lo curioso es que este tipo de construcción adopta formas muy diferentes en
cada zona y para muestra basta ver la diferencia entre los hórreos asturianos y
los gallegos, dos zonas muy cercanas geográfica y culturalmente. En cuanto a su origen,
el hórreo es probablemente anterior a la época romana, donde ya aparecen
estructuras redondas con techo de paja y patas de madera o piedra en algunos
castros. En Asturias alcanzan su máximo apogeo entre los siglos XVI y XIX,
cuando el cultivo de maíz y patatas traídas de américa, se convierten en el medio de vida y base de la alimentación de
la región. En el XVII y XVIII los hórreos aumentan de tamaño y se construyen
enormes estructuras rectangulares, con seis o más patas a las que llaman
paneras, ya que en Asturias es costumbre llamar pan a cualquier cereal que se
utilice para ese fin. La construcción de estos enormes hórreos o paneras era a
menudo comunal y en ella participaban varias familias, por eso muchos hórreos suelen tener varias puertas, ya que cada familia utilizaba una parte del
edificio. Su construcción estaba muy tecnificada. Se hacían con madera de
castaño o roble y casi nunca se utilizaban clavos. Todo se hacía encajar con tornos
de madera ya que el hórreo debía poder desmontarse y transportarse a otro lugar
en caso de necesidad. Muchos se construyeron en lugares públicos de las aldeas,
con lo cual sus dueños no son propietarios del terreno, lo que ha creado
numerosas dificultades y ha influido notablemente en su desaparición. Algunos
hórreos están decorados con pinturas o tallas de madera propias de los
artesanos de cada zona o época.
Decoración con cenefas de pintura roja y negra en un liño, característico de estilo primitivo, probablemente del siglo XVI
Fabas en rama puestas a secar colgando de gavitos, uno de los usos tradicionales del hórreo. |
En Asturias, desde el 2001,
exista una Ley de protección del hórreo que declara Bien de Interés Cultural
los hórreos anteriores a 1900 y establece algunas ayudas económicas para su
mantenimiento, pero al mismo tiempo restringe su uso y su construcción –solo vinculados
a viviendas y con los mismos usos tradicionales-. Desde que salió la ley
probablemente han desparecido otros diez mil hórreos. Las causas principales
son el abandono de los pueblos y de la agricultura tradicional, la propiedad
compartida de muchos de ellos, la escasa cuantía de las ayudas y el enorme
coste de la reparación a la manera tradicional, la falta de uso o la
imposibilidad de darle otro uso más adecuado al momento presente, el poco
interés de la administración en su conservación y en buscar soluciones a su
abandono, etc. No sé cuántos hórreos sobrevivirán en los próximos 20 años.
Quizás menos de la mitad de los que hay ahora. Al menos quedan pueblos como
este de Espinareu, donde se pueden contemplar algunos de los mejores hórreos y
paneras que aún permanecen en pie en Asturias. El único problema es que estos
pueblos se están convirtiendo casi en museos etnológicos y, según van
desapareciendo las personas de cierta edad que aún cultivan la tierra y viven
al modo tradicional, los hórreos acaban siendo tan solo elementos decorativos
del paisaje, ligados a segundas residencias. Ese es su futuro. Mientras, la
polémica sobre el cambio de uso de estos preciosos edificios de madera, es un
tema de discusión bastante común en los bares asturianos.
Espinaréu está a unos 50 klm. de Oviedo, en el Concejo de Piloña. Es uno de los pueblos con los hórreos mejor conservados de Asturias. Cuenta con unos 20 hórreos y 6 paneras. |
Iglesia de Espinaréu al otro lado del río. |
En algunos lugares o plazas hay hasta 4 o 5 hórreos, uno al lado del otro. |
Muchas casas tienen preciosas macetas y plantas. |
Panera a la salida del pueblo con dos puertas. |
Las casas de piedra con corredores son muy comunes. |
El pueblo se extiende a ambos lados del rio en torno a una fértil vega. |
Pequeño restaurante con un hórreo como comedor. |
Las begonias crecen con profusión al lado del río. |
Los corredores se añadieron a los hórreos con posterioridad, para facilitar el transporte de las cosas. |
Curioso corredor circular. |
Gigantesca panera rectangular con varias puertas. El tamaño de las tablas de más de un metro de línea, da idea de los enormes árboles que debieron talarse para construirla |
Hórreo rodeado de hortensias y plantas en macetas. |
El pueblo está muy bien cuidado con pequeñas zonas ajardinadas y numerosas macetas con flores. |
Begonias y geranios en los corredores. |
Otro grupo de hórreos cerca de la carretera. |
Casas típicas por todas partes. Muy bien cuidadas. |
Vista de la vega y del entorno del pueblo. |
Grupo de casas en la parte alta de la aldea. |
Bosque a pocos kilómetros de Espinarèu. |
Esta área recreativa llamada de la Pesanca es un lugar precioso, rodeado de robles, castaños y árboles de ribera. |
Está a poco más de 1 klm, del pueblo, al lado del río y es un sitio muy agradable para pasar un rato. |