miércoles, 27 de septiembre de 2023

Jardines de la Bahía de Singapur: Invernadero tropical (Cloud Forest)

 


La gran cascada del Invernadero del Bosque Nuboso.

La gran atracción de los jardines de la Bahía de Singapur son sus dos gigantescos invernaderos. Uno dedicado al mundo de las plantas tropicales y el segundo al de las plantas de clima templado. Los dos invernaderos fueron diseñados y construidos por la firma Wilkinson Eyre Architects y su diseño es un gran ejemplo de arquitectura sostenible, ya que sus paneles de vidrio permiten obtener el máximo provecho de la luz solar gracias al cristal especial de sus paneles, el cual deshumidifica el aire y mantiene la temperatura ideal en cada cúpula, reduciendo el consumo energético hasta en un 30%.  Por otra parte la energía acumulada en los super árboles también se utiliza para el mantenimiento energético de los invernaderos y el control de la temperatura de los mismos.



Tapiz de fucsias colgantes.

El que vamos a ver en esta entrada es el llamado Invernadero del Bosque nuboso (tropical rainforest), un bioma que se extiende por los países tropicales del planeta desde los 1000 metros sobre el nivel del  mar a los 3.000. Tiene un tamaño de unas 0.8 hectáreas y recrea las condiciones húmedas y frescas propias de las zonas tropicales con cierta altitud sobre el nivel del mar. En su interior encontramos el “Cloud Mountain”, una compleja estructura de 43 metros, a la que se asciende en un ascensor, con una enorme cascada en la parte central y recubierta de todo tipo de plantas epífitas, como orquídeas helechos, bromelias, anthuriums, musgos, etc... Desde arriba, uno va descendiendo por un sistema de pasarelas circular, que rodea la montaña, mirando con asombro la enorme variedad de especies vegetales que recubren la construcción. Cada uno de los niveles está inspirado en un tema diferente: El Mundo perdido. La Caverna. La vista de la cascada. La Montaña de Cristal. La Galería del bosque nuboso o El Jardín secreto.

 


Interior de la montaña

Por si esto fuera poco mi visita coincidió con la ambientación relacionada con la reciente película “Avatar” (Avatar experience). Quizás la ambientación distrae un poco del interés botánico de todo el invernadero, pero lo cierto es que está tan bien hecho que uno casi no se da cuenta y, con un poco de imaginación, uno casi puede pensar que está dentro de la película. Lo que más sorprende es la enorme belleza de todo el conjunto, el perfecto crecimiento de las plantas en ese mundo irreal creado de forma artificial. La niebla que producen cientos de aspersores es tan perfecta que casi te engaña.  He caminado bastante por bosques tropicales nubosos en muchos países desde Costa Rica o Brasil a Indonesia o Laos, por mencionar solo algunos, pero tengo que reconocer que este invernadero te atrapa y, durante unas horas, te llena de felicidad y belleza, así que disfruto haciendo fotos y recreándome en la hermosura de tantas plantas extrañas en floración. Si algún día os acercáis por Singapur no dejéis de visitar estos jardines. Si os gustan las plantas y la naturaleza, en pocos lugares del mundo os sentiréis más felices que aquí. Os lo aseguro.

 



Escena de la película Avatar en la parte baja del invernadero.


La montaña y una de las pasarelas.


Bromelias, Helechos y esculturas en la parte baja.


Otra escena de Avatar.


Las pasarelas circulares recorren la montaña a diferentes alturas.


Tapiz de plantas en flor recubriendo la montaña.



En la parte superior de la montaña hay un gran espacio lleno de plantas epífitas, bromelias y plantas carnívoras de una gran belleza.







Scutellaria costaricana


Tecoma stans, un arbusto del continente americano.



Cada pocos minutos los aspersores crean un ambiente de niebla que contribuye a resaltar la belleza de las plantas.


Anthurios, Begonias  y otras plantas tropicales.




Hojas de Anthurium veitchii


Interior de la montaña.


Cascada desde el interior de la montaña.


A media altura, las copas de los árboles y grandes helechos de la parte baja del invernadero.


Decoración relacionada con la película Avatar colgando de las pasarelas.


Inmejorable concentración de plantas tropicales colgando de una de las paredes de la montaña.


Plantas de flor como las Impatiens o Fucsias combinadas con helechos, begonias  y plantas de grandes hojas crean excelentes tapices de vegetación tropical.


Escultura de madera escondida entre la vegetación.


Begonia luxurians, también llamada Begonia de hoja de palma, es una gran planta espectacular, muy poco conocida.



Jardín Secreto.



En la parte baja uno cree estar en una auténtica selva tropical.


Mirando hacia la montaña.



Bosque de helechos arbóreos.



En el teatro del subsuelo hay varias montajes visuales con escenas de la película, muy realistas y de una gran belleza.

domingo, 10 de septiembre de 2023

Jardines de la Bahía de Singapur, el mayor complejo de jardines tropicales del mundo.

 

 


Uno de los lagos. Al fondo, el edificio Marina Bay.

Desde su fundación por los británicos a comienzos del XIX, Singapur tuvo la intención de convertirse en la ciudad jardín por excelencia, creándose al poco tiempo uno de los primeros jardines botánicos de Asia y poniendo especial empeño en rodear la ciudad de jardines y de naturaleza. Esa idea inicial de los fundadores de la ciudad, ha ido creciendo a lo largo de los años hasta culminar en el último decenio en la construcción de uno de los mayores complejos de jardinería del mundo. Los llamados “Jardines de la Bahía” comenzaron su construcción tras un concurso internacional de ideas en 2006, en la zona frontal de la ciudad. Se utilizó para ello terreno ganado al mar y una zona de marismas, en total unas 110 hectáreas. En realidad, son varios jardines que se fueron desarrollando por etapas y que se pretende seguir ampliando de cara al futuro. Entre el 2011 y el 12 se abrieron la parte central de los jardines con dos grandes lagos, los llamados superárboles, y dos gigantescos invernaderos dedicados a dos tipos diferentes de biomas: el tropical de montaña y el mediterráneo y árido. Más tarde se abrió un tercero con exposiciones de plantas en flor de todo el planeta.

 


Las cúpulas de dos de los grandes invernaderos sobresalen sobre los árboles.


Ventana en el jardín chino.

Dado que, como podéis comprender, el conjunto de jardines y viveros es inmenso, y se necesitan varios días para visitarlo en su totalidad, voy a dividir la información en tres entradas, comenzando esta en plan general y siguiendo con la visita a los dos grandes biomas. Ciertamente para los que nos gusta la jardinería y las plantas, hay pocos lugares como esta ciudad para quedarte absolutamente deslumbrado por la variedad de plantas y jardines. Llega un momento en que casi sientes el “síndrome de Sthendal” abrumado por la gigantesca variedad de plantas y flores: más de 250.000 especies, un millón de plantas, mil millones de dólares de coste del proyecto, varios millones de visitantes cada año, etc. Hay que reconocer que cuando las cosas se hacen bien, y en esta ciudad saben cómo hacerlo, la botánica y la jardinería se convierten en una atracción tan grande como el mejor de los museos, o el más reconocido monumento histórico de cualquiera de las grandes ciudades europeas.

 


Árboles artificiales.

Dejando aparte los grandes invernaderos con sus biomas, los propios jardines de la Bahía, que son gratis para todos los visitantes, tienen un enorme interés. Sus grandes lagos no solo funcionan como elementos paisajísticos, sino que además sirven como un gigantesco sistema de filtrado de todas las aguas residuales que produce el complejo. Hay que prepararse para caminar durante horas a través de caminos serpenteantes, bosques de diferentes especies de árboles tropicales y decenas de gigantescas esculturas dispersas por todo el paisaje. Una enorme variedad de pájaros, reptiles y vida salvaje en general te acompaña durante todo el recorrido. Es un lugar para perderse y se necesita mucho tiempo para verlo en su totalidad. Reconozco que solo he visto una parte de estos jardines porque no tenía suficiente tiempo.

 


El jardín está muy cerca del centro financiero de Singapur.

La parte central del jardín, y máxima atracción, son sus gigantescos “árboles”. Construidos en metal y recubiertos de una ingente cantidad de plantas, producen electricidad, filtran el aire de los invernaderos y cumplen muchas otras funciones. Ciertamente son espectaculares y uno no puede perderse el espectáculo de luz y sonido que cada noche producen estos irreales árboles del futuro.



Vista desde uno de los invernaderos.

En conjunto tengo que reconocer que, ahora mismo, la ciudad de Singapur es el mayor foco mundial para cualquiera interesado en la jardinería y en las plantas. Si hay algo que he echado de menos ha sido la escasa o inexistente venta de semillas o plantas que debería acompañar esas muestras de jardinería, pero dado que hablamos de un material biológico y de lo fácil que es llevar plagas o plantas a otros lugares del mundo tal vez sea mejor así. Espero que os gusten las fotos y esta entrada.


Cruzando el puente de entrada al parque.


Las diferentes variedades de  palmáceas son parte fundamental de la vegetación del parque.



Escultura de piedra con el fondo del edificio Marina Bay.





El agua es parte fundamental en todo el parque.








De cerca los árboles aparecen recubiertos de plantas epífitas en toda su estructura.



Un pasadizo suspendido permite caminar entre las copas de los árboles.





Reloj con decoración de plantas.


Frondosidad en torno a los árboles con varios jardines temáticos.


El edificio Marina Bay con su gran sombrero con piscinas y árboles es sin duda uno de los más emblemáticos de Singapur.


Esculturas de búfalos de bronce en torno al lago.



Gigantesca escultura denominada "Planet" del inglés Marc Quinn"


Otra escultura entre los árboles. Hay decenas de ellas repartidas por todo el parque.


Vistosa escultura de un tigre de Sumatra hecha con materiales reciclados.


Otra vista de la misma escultura.




Árboles recortados al estilo de bonsáis.




Coleus y Palmáceas.






Bletilla striata.





Escultura de una sirena.


Justo antes de la caída del sol los árboles comienzan a iluminarse.







El espectáculo de luz y sonido es muy vistoso y dura una media hora. Es gratis y cualquiera puede acercarse a verlo.



Los cambios de luces son espectaculares.