viernes, 11 de julio de 2025

Los jardines de “Duvengan castle” en la isla de Skye, Escocia.

 


El castillo de Duvengan construido sobre un promontorio al lado del mar.

El castillo de Duvengan en la isla de Skye, norte de Escocia, ha sido desde tiempo inmemorial la casa patriarcal del clan de los MacLeod, uno de los clanes más importantes del norte de Escocia, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII, como descendientes del último rey nórdico “Olaf the Black”. Durante decenas de generaciones este clan ha controlado una parte importante de los territorios del norte de Escocia y de sus pequeñas islas durante épocas de guerras, hambrunas, cambios de gobierno y periodos de emigración de importantes cantidades de la población de Escocia. Durante el siglo XX el Jefe Dame Flora organizó el primer parlamento de los MacLeod en presencia de la reina de Inglaterra Isabel II con el fin de revivir los lugares ancestrales originarios del clan, reunión que hoy tiene lugar cada 4 años en este castillo.


Entrada al castillo.

El castillo está construido sobre un promontorio rocoso y remonta sus orígenes a una torre de defensa de varios pisos construida ya en el siglo XII. A lo largo de los siglos el castillo fue reformado innumerables veces, siendo la última en torno al siglo XVIII cuando adquiere el aspecto actual. En cuanto a los jardines hay registros de que en el siglo XVIII hay pagos a un jardinero que se encarga principalmente de mantener un huerto en un jardín cercado. También en esta época, en torno a 1811 se comienza la plantación a gran escala de numerosos árboles en torno al castillo que anteriormente habían sido cortados por motivos de defensa. En 1847 durante “la hambruna de las patatas” (Potato Famine) gran parte de los terrenos del castillo fueron plantados con vegetales para sobrevivir a la gran hambruna que asoló Escocia e Irlanda.


El actual jefe del clan, Hugh MacLeod.

En 1911 Sir Reginald Mac Leod (27º jefe del clan) inicia la creación formal de un jardín en torno al castillo con diferentes espacios y temas, jardín que se perdió poco después por abandono y el efecto de las guerras mundiales, de las tormentas y del viento implacable. Finalmente, en 1978 John MacLeod (28º jefe) decidió recuperar parte del jardín perdido y dedicó una gran cantidad de tiempo y esfuerzos en reconstruirlo. Esta labor es continuada por el actual jefe del clan Hugh MacLeod (29º jefe) que, con un excelente equipo de jardineros, construye el actual jardín que vemos y que incluye: Jardín acuático, Jardín circular, el Jardín cercado con un estanque de nenúfares, pérgola, estatuas, y plantaciones hortícolas, Jardín-Bosque con rododendros y decenas de especies de árboles exóticos. En el 2023 el Jardín del castillo Duvengan consiguió el prestigioso premio al “mejor Jardín del año” de la Royal Horticultural Society. También ha recibido varios premios en estos últimos años de la Sociedad Escocesa de Horticultura. Desde 1933 el jardín está abierto al público general y es una visita obligada en el norte de Escocia.

Visitamos el jardín durante un día lluvioso y desapacible. Sorprende la exuberancia del entorno del castillo, rodeado de un frondoso bosque con asombrosos especímenes de lugares mucho más cálidos como una Árbol del coral de Sudáfrica y Sudamérica (Erythrina) cubierto flores rojas o el famoso Arbol de las linternas de Chile (Chrinodendrum Hookerianum), un Abutillon vitifolium de flores azules, una gigantesca Araucaria, etc. También los macizos de plantas perennes (Aquilegias, Geranium, Hostas impecables, Persicarias, Lupinos, etc.). El jardín boscoso está lleno de rododendros, algunos en flor. El castillo destaca majestuoso desde la orilla del mar, encaramado sobre un montículo rocoso cubierto de musgo. Huele a salitre y el mar esta de color plomizo. Un abundante arroyo cruza todo el jardín entre puentes de madera, las laderas perfectamente maquilladas con Hostas y Rodgersias, hasta desembocar en la playa. Sin duda es un lugar hermoso hasta la saciedad.


Parterre con Aquilegias.

A la tarde viajamos en un ferry a la isla de Roe para ver los jardines comunitarios de Raasay House. Los habitantes de la isla (unos 160) compraron Raasay House a la familia MacLeod y la convirtieron en una propiedad comunitaria que incluye un excelente jardín hortícola, un café. Hotel, destilería, etc. Sin duda es un gran esfuerzo y la visita merece la pena. 



Camino boscoso bordeado de un seto de haya.


Erythrina en flor.






Cascadas en el Jardín del agua.



Hostas impecables.


Rododendro en flor.


La gran Araucaria del Jardín cercado.


Lupinos.





Pérgola en el Jardín cercado.



Persicaria en flor.


Camino boscoso.




Pequeño riachuelo que cruza todo el jardín con la ladera cubierta de Hostas.


Almacenes al lado del embarcadero.




Castillo y un detalle del interior.





Embarcadero a la isla de Roe.


Raasay House.




Paisaje desde la gran casa.





Entrada a la casa.



Restos de una antigua iglesia junto a la casa.



Jardín comunitario de Raasay House.



Cultivos comunales.




Casa y Rododendros en la pequeña isla.


jueves, 3 de julio de 2025

Jardines de Inverewe, un milagro en una de las regiones más inhóspitas de Inglaterra.

 


Primulas en el jardín de Inverewe.

Los jardines de Inverewe, situados en uno de los lugares más inhóspitos de la costa norte de Escocia, son uno de los jardines históricos más conocidos y populares de Inglaterra. No hay duda de que los ingleses a veces obran milagros en el mundo de la jardinería. Este jardín, en el mismo meridiano que la bahía de Hudson en Canadá, parece un auténtico milagro de la naturaleza, pero es en su totalidad la obra de un hombre, Osgood Mackenzie, empeñado en construir su paraíso en una rocosa península batida por los vientos helados del norte. Mackenzie era el tercer hijo de Sir Francis Mackenzie, jefe de uno de los clanes más famosos de Escocia ya desde el siglo XV. Dado que su hermano mayor heredó la finca familiar, Osgood, con la ayuda financiera de su madre, compró 50 acres de una península rocosa sin apenas valor en 1862 y decidió construir su casa en medio de esa nada en la que crecía un solo árbol.

 


La casa de Inverewe

Empeñado en una tarea casi titánica, Osgood comenzó a transportar tierra de diferentes lugares, incluso desde Irlanda, en barco, con el fin de mejorar el terreno, al mismo tiempo que iniciaba la plantación de miles de árboles para crear un cinturón vegetal en torno a la casa que parara el constante viento glacial del norte. Al principio se decidió por el pino escandinavo “Pinus silvestris” que crece más rápido, pero más tarde amplió la cubierta vegetal con pino rojo y sequoias de la costa de California y luego árboles más exóticos traídos de Australia, Nueva Zelanda o Sudáfrica.  Poco después inició la construcción del jardín en terrazas frente a la casa, en terreno ganado al mar. Rodeó el jardín de altas paredes de piedra que absorbieran el calor y mejoró la tierra experimentando con algas secas recolectadas del mar. Su éxito al crear una especie de microclima en torno al jardín, fue clave en la adaptación de miles de plantas de ambos hemisferios y de latitudes mucho más lejanas y cálidas. Sin duda sorprende ver arbustos de Aeonium, nativos de las islas Canarias en una de las terrazas. Lo mismo ocurre con decenas de otras plantas de todos los lugares del planeta. Durante mi visita a principios de Junio, las floraciones de este jardín eran casi las mismas que las de la Barrosa, que está 3000 kilómetros más al sur.



Aeonium en una de las terrazas del jardín


A la muerte de Osgood en 1922 heredó el jardín su hija, la cual siguió cuidando de él hasta 1953 en que lo cedió al “National Trust for Scotland” a perpetuidad.

El jardín es lo suficientemente amplio como para estar todo un día recorriéndolo. Gran parte del jardín es un enorme bosque con especies de todo el planeta. Entre los árboles crecen decenas de rododendros, azaleas y otros arbustos. Pintorescos caminos bordean la costa y llevan a varias pequeñas playas. En los claros entre los árboles hay lagunas y estanques rodeadas de Prímulas y bulbos de Iris en flor. La parte más importante de este jardín es sin duda su famoso jardín cerrado en terrazas frente al mar. Aquí las paredes de piedra almacenan el calor lo que permite el crecimiento de decenas de arbustos exóticos, plantas Vivaces, bulbos y herbáceas de diferentes lugares del mundo. También hay terrazas con cultivos muy productivos. La casa ya no es la original, ya que ésta se quemó y tuvo que ser reconstruida. Su interior está tal como lo dejó su hija Mairi, quien vivió en la misma hasta su muerte. Alrededor de la casa hay zonas de rocalla con exóticos y retorcidos eucaliptos plantados por Osgood. Sin duda es un jardín que merece la pena visitar y que demuestra que ene jardinería todo es posible si uno pone el suficiente empeño y conocimiento.

 


Paisaje escocés cerca de Inverewe.


Entrada al jardín de Inverewe.


Rocalla con plantas crasas y Aeonium.



Iris sibirica





Ceranium.


Alchemila, Digitalis y Clermatis.


Arboles frutales en la parte superior de la terraza.



Huerto.


Nuestro grupo siguiendo al guía.


Jardín vallado frente a la casa.


En el bosque crecen ejemplares de helechos arbóreos semitropicales.


Varios ejemplares de Pinus Wollemi.



Esculturas de ramas.


Rododendros.


Extraordinario ejemplar de roble variegado.






Vista frente a la casa.



Paseo de los rododendros.


Estanques con Gunneras y Rodgersias.





Prímulas japónicas.


Un banco frente a una de las playas.


Los rododendros rosados se han naturalizado en muchos bosques de Escocia. 



Azaleas y Rododendos.




Mirador cerca de la casa.



Plantas de Nueva Zelanda.



Araucaria