Nandina domestica con bayas y Parrotia pérsica. |
Se acaba un año extremadamente
cálido en la Barrosa (hoy con temperaturas de casi 20 grados a finales de diciembre)
y uno no sabe ya que pensar sobre lo que nos espera en el próximo. Aquellas
navidades blancas, tan comunes en esta parte de Asturias, años atrás, parecen
ahora casi un espejismo, como si habláramos de otro lugar, o de un tiempo muy
lejano. No queda más remedio que aceptar las circunstancias y tratar de
adaptarse a estos cambios impredecibles. La Naturaleza, las plantas, también
los seres humanos, somos extremadamente resilientes. Lo importante es tener
siempre algún plan para el año siguiente, imaginar algo nuevo, algo que nos
ilusione, por pequeño que sea.
A los que nos gusta la jardinería
siempre lo tenemos más fácil que los demás. Tenemos la suerte de poder imaginar
la belleza de los primeros brotes de primavera en medio del invierno más
oscuro. Tenemos esperanza y somos pacientes. Estamos acostumbrados a los
imprevistos y a los resultados adversos. Si esta planta no crece aquí, la
cambiamos de lugar y si se muere la sustituimos por otra. Al final la vida
continúa imparable. Nada la detiene.
A pesar de los sobresaltos continuos
de la política, la guerra de Ucrania y la inflación desbocada, yo pienso que
aún hay esperanza al final del camino. El coronavirus ha dejado de ser una
amenaza permanente y eso nos da bastante seguridad en el porvenir, al menos de
momento. Los bares se han llenado de gente y los viajes se han reanudado, lo
que da sensación de normalidad. Para mí esto es extremadamente importante, ya
que podré viajar de nuevo como lo hacía anteriormente. Además, tengo planes
para ampliar el invernadero, hacer cambios en alguno de los parterres, germinar
nuevas semillas de plantas perennes, regenerar el huerto…..Bastan unas pocas
cosas para que el futuro cobre sentido, se haga necesario. Estoy seguro de que
el próximo año será mejor que este, con menos sobresaltos. Aunque tal vez
seamos un poco más pobres, nadie podrá quitarnos la belleza de la primavera,
los macizos a reventar de flores en el verano, el sabor de la fruta madura y
los colores dorados del otoño. Por eso seguiremos con nuestros blogs y nuestras
pequeñas historias, aunque cada vez haya menos gente que se tome el tiempo de
leerlos o contemplarlos. Os deseo lo mejor para estas fiestas y el próximo año
2023.
Aquí os dejo unas fotos de La Barrosa a las puertas de un invierno que aún no llega.