Justo cuando estoy al otro extremo del planeta, contemplando el mar bajo la luz cegadora del trópico, no puedo resistirme a publicar esta entrada de mi último día en la Barrosa: la nieve cubriendo lentamente el jardín, inventando el paisaje de nuevo, construyendo sutiles geometrías con los arriates, diluyendo el color de las hojas y las manos huesudas de los árboles. !Que tendrá la nieve que siempre te recuerda la infancia y te llena de nostalgia, ahora que cada vez es más escasa!.
Dicen que en invierno se ven los huesos del jardín y no hay nada como la nieve para exponerlos con su fría geometría. Espero que siga cayendo mucha nieve durante todo el invierno aunque yo no esté ahí para verla. La nieve es la mejor noticia después de un año de extrema sequía. Es una promesa de abundancia para la primavera, sin duda. Y un excelente regalo de mis Reyes Magos.
Aquí os dejo unas fotos, las ultimas durante un tiempo.
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Al Sedum palmeri se le ponen rojas las manos del frío. |
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Este Acer palmatum Sango kaku también se ha puesto morado de frío. |
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Los peces sobreviven al frío sin problema. |
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Brezo y Evonimus. |