Hace unos cuantos años, durante un viaje a Ámsterdam, traje unos bulbos de mini-calas del mercado de la flores, justo cuando aquí comenzaban a aparecer en algunas tiendas de jardinería como algo exótico. Mucha gente se quejaba, entonces, de que florecían el primer año y luego parecían perderse en el olvido. Hoy ya son bastante más comunes y los bulbos se apiñan en las grandes superficies, en la misma estantería que los tulipanes, narcisos, lirios, etc.
Recuerdo que el vendedor me dijo que no las regara demasiado, si quería que dieran flores, y que les cambiara la tierra de la maceta -a ser posible arenosa o con buen drenaje- todos los años. Esas han sido casi las únicas reglas que he seguido en su cultivo desde entonces y no me han defraudado. Si es cierto que durante el invierno las dejo en reposo en las mismas macetas, en el invernadero, sin nada de riego.
Al llegar la primavera saco los bulbos de nuevo y los pongo en tierra nueva. Casi siempre hay muchos mas, así que las macetas se han incrementado, he regalado algunos y hasta los he plantado directamente en la tierra del jardín sin problemas. Una vez que han empezado a brotar, las coloco en un lugar en semisombra durante todo el verano.
Tampoco, tal como dice mucha gente en los foros, se han decolorado, ni han vuelto al blanco. Estas mini-calas proceden de Sudáfrica (las calas blancas algo más grandes, proceden de Etiopía) y en su mayoría son híbridos y, aunque las flores suelen mostrar una gran variabilidad en el color, ninguna ha revertido al blanco. Al contrario, la variedad de colores es muy versátil como veréis en las fotografías. Las calas son enormemente fotogénicas y han sido un motivo artístico especial para muchos artistas. Baste mencionar al pintor mejicano Diego Rivera o a la americana Georgia O´Keefe.
Recuerdo que el vendedor me dijo que no las regara demasiado, si quería que dieran flores, y que les cambiara la tierra de la maceta -a ser posible arenosa o con buen drenaje- todos los años. Esas han sido casi las únicas reglas que he seguido en su cultivo desde entonces y no me han defraudado. Si es cierto que durante el invierno las dejo en reposo en las mismas macetas, en el invernadero, sin nada de riego.
Al llegar la primavera saco los bulbos de nuevo y los pongo en tierra nueva. Casi siempre hay muchos mas, así que las macetas se han incrementado, he regalado algunos y hasta los he plantado directamente en la tierra del jardín sin problemas. Una vez que han empezado a brotar, las coloco en un lugar en semisombra durante todo el verano.
Tampoco, tal como dice mucha gente en los foros, se han decolorado, ni han vuelto al blanco. Estas mini-calas proceden de Sudáfrica (las calas blancas algo más grandes, proceden de Etiopía) y en su mayoría son híbridos y, aunque las flores suelen mostrar una gran variabilidad en el color, ninguna ha revertido al blanco. Al contrario, la variedad de colores es muy versátil como veréis en las fotografías. Las calas son enormemente fotogénicas y han sido un motivo artístico especial para muchos artistas. Baste mencionar al pintor mejicano Diego Rivera o a la americana Georgia O´Keefe.
Mercado de las flores de Amsterdan (Bloemenmarkt)
Mini-calas en la Barrosa
Me encantan las calas de todos los colores y tamaños, finas elegantes, preciosas, muy de jardin de tu zona sobretodo las calas blancas, yo aqui tengo algunas en naranja y en morado, buenas fotos como siempre eso si..., la coleccion de madreñes o zuecos o lo que tengas colgado ahi... espero que sean madreñas viendo en asturias.... jejejeje lo dice alguien con parientes madreñeros... hay que tirar pa la tierrina fiu miu. Si no lo conoces te recomiendo el museo etnografico de grandas de salime, tienen una colección de zocas, galochas, madreñas, abarcas, zuecos... muy interesante.
ResponderEliminarpor cierto, calzado tradicional ecologico y biodegradable... sostenible e impermeable
ResponderEliminarGracias Mario. Sí conozco el museo etnográfico de Grandas de Salime y sin duda merece la pena. También al que lo creó, Pepe el Ferreiru que lo han mandado a paseo, cosas de la política. Aquí donde vivo las madreñas aún se usan a diario durante el invierno y son ideales para hacer labores de jardinería sin mojarse los pies, y como tu dices biodegradables (a mi me suelen durar un par de años) e impermeables.
ResponderEliminarSaludos