Parte central del jardín seco del templo Ryoan-ji |
Casa de te al lado del estanque. |
Dibujo de los diferentes edificios del templo |
Este jardín rectangular, de unos
250 metros cuadrados y rodeado por un muro, fui construido en frente a la sala
principal de la residencia del abad con el fin de ser contemplado desde una
plataforma. Este tipo de jardines, en diferentes versiones o tamaños, se fueron
construyendo a lo largo de los siglos en muchos templos zen, con el fin de ayudar
o facilitar la meditación de quien lo contempla. Casi todas se basan en una
extensión uniforme de grava en la que se colocan grupos de piedras de
diferentes tamaños rodeadas de musgo o tierra, a modo de islas en medio del
mar. Cada cierto tiempo los monjes dibujan líneas, ondas o círculos sobre la
superficie de la grava con unos rastrillos especiales. Durante siglos se ha
discutido sobre el significado de todo el conjunto, así como los grupos de
piedras de diferente tamaño, unas de pie y otras tumbadas, que conforman el
jardín. Se ha dicho que representan un tigre con sus cachorros cruzando el mar.
Para otros tiene un significado puramente abstracto y no representa nada concreto,
tan solo ayuda a la mente a fijarse en una idea concreta durante el proceso
meditativo.
Islas en el centro del lago. |
El templo Ryoan-ji es uno de los más
visitados de Kioto así que seguro que habrá mucha gente en cualquier época del
año, lo que no impide disfrutar de él. El templo tiene varios patios más, con
diferentes jardines y un lago de gran tamaño cubierto de nenúfares que, tanto
en primavera como ahora en otoño, es una maravilla para pasear y contemplar. En
el centro del lago hay dos pequeñas islas a las que se llega a través de
puentes de piedra. Hay varios edificios más, una casa de té donde se puede
comer algo y contemplar un precioso jardín meticulosamente cuidado, un bosque
de buen tamaño con grandes árboles y avenidas, y un conjunto de tumbas de
antiguos emperadores. El templo ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad
por la Unesco y es sin duda es una de las visitas prioritarias si estás en
Kioto. A mí, aparte del jardín de piedra seca, me encantó el lago rodeado de árboles
de un gran colorido ahora en otoño. Las hojas amarillo dorado de los nenúfares
cubren gran parte de la superficie del lago y parejas de patos y cisnes nadan o
dormitan sobre las rocas. Sin duda la
quintaesencia del paisaje japonés que uno ha imaginado desde siempre. Espero que
os gusten estas fotos.
Hay que rodear el gran estanque cubierto de nenúfares para llegar hasta el templo. |
Edificio anexo al templo. |
Cubierta de una de las puertas de entrada. |
Plataforma de contemplación del jardín seco. |
Salas del hall del abad con las paredes cubiertas de pinturas. |
Los jardines laterales son muy diferentes al jardín seco de uno se los lados. |
Fuente para abluciones en uno de los jardines laterales. |
Pasillos y vistas sobre un jardín interior. |
Puerta de entrada a otro de los edificios del templo |
Este viejo pino sobre el lago necesita de soportes para no caerse. |
Las vistas del estanque son magníficas aunque la coloración otoñal todavía no está en su apogeo. |
Casa de te y otros edificios anexos. |
Bosque y avenida de grandes árboles en torno al templo. |
Jardín de la casa de te. |
sea cual sea su significado o no... tal vez un haiku? sea como fuere, tienen un no se que que que se yo... muy atractivo y sin duda a los occidentales, a mi por lo menos, me parece muy interesante
ResponderEliminarSin duda la contemplación de estos jardines secos te lleva la mente por otros caminos aunque yo prefiero los jardines con vegetación, donde me siento más a gusto.
ResponderEliminarUn saludo