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Aguileñas híbridas de diferentes colores (Aquilegia vulgaris) |
En el norte de España es común ver las campanas azules de la
Aquilegia
vulgaris creciendo en los bordes de los caminos, en prados o cerca de
arroyos y riachuelos. Nunca fallan, y sus tallos florales permanecen largo
tiempo en flor, especialmente si están a la sombra. Crecen en el mismo lugar durante un tiempo, y
de repente un año desparecen sin más. En la Barrosa solía tener varias plantas
cogidas en el monte hasta que hace un par de años compré un sobre de semillas de Aguileñas híbridas y
las planté en una maceta. Germinaron con mucha facilidad y al poco tiempo ya
tenía un montón de plantitas que en el otoño trasladé al jardín cuando ya
habían alcanzado un tamaño adecuado.
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Aquilegia vulgaris silvestre. |
La Aguileña es una planta de la familia de las ranunculáceas,
lo que quiere decir que sus raíces alcanzan un buen grosor con el fin de almacenar nutrientes y agua suficientes. Son plantas perennes,
aunque no duran muchos años, pero a menudo sus semillas se expanden y suelen
germinar en otras partes del jardín. Las que yo he comprado son híbridos lo
cual quiere decir que sus semillas son
estériles y no van a salir en otras partes. En unos años tendré que plantar
nuevas semillas si quiero reponer las que vayan desapareciendo.
Las Aguileñas son muy útiles como planta de primavera,
especialmente si, al igual que ocurre en la Barrosa, en el jardín hay muchos
espacios de sombra. Florecen justo cuando acaban los bulbos de primavera y
llenan de color el jardín en un momento en que todavía hay pocas cosas en flor.
Las flores llegan a durar cuatro semanas, especialmente si están en semisombra.
Una vez florecidas se pueden cortar los tallos florales y la planta mantiene un
aspecto relativamente digno el resto del año, con hojas frondosas que incluso
cambian de color en otoño, lo que no ocurre con
muchas otras plantas que florecen en primavera que, tras la floración, las
hojas se marchitan y dejan un espacio vacío, que a menudo hay que llenar con
otras plantas.

La Aguileña es una planta que crece principalmente en Europa
aunque también hay especies en Norteamérica. A menudo las que se venden para
jardinería son híbridos cuyas flores tienen un tamaño mayor y son muy
llamativas. También se pueden encontrar cultivares de diferentes tamaños, desde unos 10 cm
hasta 50 o 60. Si tienes Aguileñas de varios clases y colores en el jardín se cros-polinizan con mucha
facilidad. No se suelen ver mucho en los viveros, al menos aquí en el norte, ya
que no es una planta que crezca bien en maceta, así que lo mejor es plantarlas
de semilla que se pueden encontrar con mucha facilidad y es una de las perennes más
fáciles de germinar y cultivar. Eso si, hay que esperar hasta el año siguiente
para ver las flores. Por otra parte las flores de las Aguileñas, como podéis ver
en esta entrada, son extremadamente fotogénicas. Sus pétalos parecen casi
transparentes y reflejan la luz de una manera difícil de encontrar en otras
flores. Su forma acampanada con espolones en la parte posterior les da un
aspecto muy atractivo. Son sin duda una de las bellezas del jardín en esta
época y espero no aburriros con tantas fotografías.
Mientras florecen las Aguileñas, comienzan a despertar los
Iris en la Barrosa y las plantas perennes crecen unos centímetros cada día. Las
hojas de Arces y Arbustos llenan de color el jardín, al igual que las Euforbias,
y la hierba crece sin parar. Es uno de esos momentos en que las tareas se
multiplican y uno nunca parece tener suficiente tiempo para todo lo que hay que
hacer.