Cordyline y Megakesparma añaden un exótico tono rojo a la exuberante vegetación del parque Gandoka-Manzanillo. Ambas son plantas invasoras de origen ornamental. |
Con este título quiero referirme
a esos paisajes de selva tocados o modificados ligeramente por la mano del
hombre, dejando en su lugar los árboles más viejos o de mayores proporciones.
Es sin duda una selva más amable, en la cual se puede transitar y a menudo
apreciar las verdaderas proporciones y formas de los “grandes árboles”.
Obviamente no es un paisaje natural puro, pero la naturaleza tiene una gran
“resiliencia” y animales y plantas suelen adaptarse al nuevo paisaje y, muchas
veces, prosperar en él con mayor eficacia que en el bosque primigenio, aquel
que no ha sido tocado todavía por la mano del hombre.
Un tipo de Ananas salvaje relacionado con la piña cultivada. |
Este tipo de paisaje es bastante
común en la costa del pacífico de Costa Rica y Panamá. A veces son zonas
reconvertidas en parque que antes fueron mínimamente ocupadas por el hombre. Los
parques nacionales de Cahuita y Gandoka-Manzanillo en Costa Rica son un buen
ejemplo de ello. Otras son fincas privadas cuyos propietarios han decidido
dejar, en el entorno de la casa, un espacio semisalvaje, con pequeñas
modificaciones o alteraciones. Otras son zonas de propiedad municipal cercanas
a los pueblos o playas y que se han convertido en zona de paso o tránsito, como en los alrededores de la ciudad de Puerto
Viejo y Manzanillo.
En todos estos casos la “selva
amable” incluye senderos o caminos por los cuales transitar y, algunas plantas
de jardinería, o importadas de otros países, han crecido de manera natural
entre la vegetación. Tal es el caso de los Hibiscus,
Cordyline, Heliconias y Zingiberaceas. Las plantas rastreras como Monsteras, Philodendrum o Passifloras
cubren a menudo los troncos de los árboles y en el subsuelo crecen todo tipo de
Spathiphyllum y otras plantas
similares. El resultado es un paisaje muy atractivo, con algo de color que
rompe la monotonía del verde que impera casi siempre en el paisaje natural de
selva
Pasarela en el parque nacional de Cahuita que permite observar la vegetación de cerca. |
Mientras, las copas de los
grandes árboles sirven a menudo de refugio y comida a muchos animales y aves
que comen sus frutos o flores. Abajo en el subsuelo proliferan los insectos que
necesitan algo de luz para transitar y polinizar. La conclusión es que a mí me
encanta este tipo de paisaje y uno puede sentirse a sus anchas caminando entre
esta naturaleza desmesurada y que crece con un vigor inusitado para los ojos de
un occidental acostumbrado a una naturaleza más restringida.
Aquí os dejo algunas fotos de
este tipo de paisaje. Recordad que no es la selva propiamente dicha sino un
espacio ligeramente modificado por la mano del hombre.
Arboles cubiertos de Philodendrum scandens cerca de Playa Negra, Cahuita. |
q envidiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarA pesar de haber sufrido la modificación por la mano del hombre sigue siendo espectacular. Una maravilla amigo José.
ResponderEliminarSi tienes ocasión de entrar en mi post, en comentarios te he dejado una pequeña nota sobre el Jazmín. Espero te funcione.
Un abrazo
Gracias por el comentario. Ya veo tus consejos.
EliminarSaludos
Estas fotografías son mágicas, Jose ANtonio. Qué lugar tan precioso! Aunque si hay serpientes..., no sé si yo me atrevería a transitarlo. Imagino que sí, hipnotizada por la belleza del paisaje.
ResponderEliminarMaravilloso!
Gracias Mónica. Este tipo de selva no entraña ningún peligro y ciertamente el paisaje es muy bonito.
ResponderEliminarSaludos