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Paisaje de prados y bosques en la subida a Cardeo. |
Los pueblos de montaña de
Asturias están a menudo encajonados en los valles cercanos a los ríos, pero las
fincas y propiedades de cada una de ellos ocupan las laderas de las montañas, a
veces hasta una altura considerable. Son los llamados cordales o brañas. Desde
tiempo inmemorial las ordenanzas de las parroquias, una especie de leyes
propias decididas en concejo por los vecinos y refrendadas por un notario o regidor
del rey, delimitaban con precisión los límites de cada parroquia y
especificaban todo lo relacionado con el aprovechamiento de los terrenos, así
como las relaciones entre los vecinos y las penalizaciones correspondientes por
su incumplimiento. De las tres parroquias que se aprovechan de estas brañas, Llanos,
Santibáñez y La Fuente, aún se conservan escritas partes de sus ordenanzas del
siglo XVII, copias de otras muy anteriores y que nos llevarían a la época
medieval. En Santibáñez aún permanece en pie su preciosa iglesias del románico tardío,
así como un gigantesco tejo de unos quinientos años de antigüedad. Aún no hace
mucho, al realizar las obras de la nueva carretera al Puerto de San Isidro, se
descubrieron los cimientos de otra iglesia anterior, probablemente del siglo XI
o XII destruida por una crecida del río Aller. Sorprende pensar que muchas de
estas casería y prados que uno contempla en estas imágenes llevan ahí cientos
de años siendo cuidados para el pasto del ganado y para la producción de hierba
seca para el invierno.
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Casería en la Braña de Cardeo. |
Muchos de estos cordales y brañas
tuvieron una importancia capital para la supervivencia de las personas ya desde
el Neolítico. Aquí pastaban el ganado durante los largos meses que van desde la
primavera hasta comienzos del otoño, la época más productiva del ganado para su
reproducción, así como para la producción de leche, queso y mantequilla con los
cuales sobrevivirían al largo invierno. Las poblaciones de estas aldeas
ansiaban la llegada de la primavera y la subida del ganado a las brañas ya que
era época de abundancia. Muchos pernoctaban en las cabañas cuidando del ganado
hasta casi el otoño produciendo queso o mantequilla. El terreno en torno a las brañas
era de aprovechamiento común. También los bosques en los que se cortaba la leña
que les permitiría sobrevivir al invierno. Resulta significativo que la mayor
parte de los monumentos megalíticos en Asturias y enterramientos estén casi
siempre en brañas, en torno a los mil o mil doscientos metros, lo que indica la
enorme importancia de estos lugares para la persistencia económica de la población,
así como para su defensa.
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Los cuatro pequeños pueblos en la subida a Cardeo |
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Al atardecer. |
Estas brañas de Cardeo tiene una altura considerable y las
zonas más altas están a casi mil cuatrocientos metros. Desde aquí se puede ver
gran parte de los valles de la Asturias central, la cordillera de las Ubiñas y
los montes que separan Asturias de León. La vegetación a principios del verano es
exuberante y se ven con claridad las delimitaciones entre prados y bosques de
castaño, roble y haya que pueblan las laderas. Es un lugar magnifico para ver los
cuatro pequeños pueblos de Cuérigo, Collanzo, Santibáñez y la Fuente que apenas
han cambiado desde hace cientos de años. Ha disminuido la población, pero aún
se mantiene en pie con una actividad considerable tanto agrícola como ganadera,
aunque en la mayor parte de los casos como actividad secundaria o
complementaria para muchas familias. En el primero de ellos está el Jardín de
la Barrosa que habéis viso en este blog. Es un lugar también muy abundante en
arroyos y fuentes que también regaban las vegas y huertos cercanos a los
pueblos. Espero que os gusten estas fotos de las Asturias de siempre.
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Valle con las cuatro pequeños pueblos y su entorno. |
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Abajo se ve el pueblo de Cuérigo donde esta la Barrosa. |
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Casería. |
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Espinos en flor aún. |
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A esta pequeña cascada se le llama "El pinganón". |
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Las flores comienzan a llenar las majadas. |
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Cabaña de lajas cubiertas de musgo. |
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Orquídea. |
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Campanillas españolas.
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En la roca hay un tejo (Taxus baccata) de buen tamaño. Al fondo las montañas de Vegarada aún conservan manchas de nieve. |
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La parte trasera de Peña Mea (1557 m.) |
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Vista amplia del centro de Asturias. Al fondo el macizo de la Ubiñas de más de 2000 m. |
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Un buen ejemplar de acebo (Ilex aquifolium) |
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Un tipo de Viola de gran tamaño, pero no se cual. |
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Pared de piedra seca en un prado. |
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Casas en la Fuente. |
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Vega de Santibañez. |
Precioso reportaje de la Asturias rural cargada de historia y tradiciones amigo Jose. He de reconocer que presenta una orografía dura sobre todo para los meses de invierno, pero ello, no quita un ápice de belleza natural, todo un privilegio para los que la vemos desde otra perspectiva a como la viven probablemente los que allí residen.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo amigo.
Gracias Juan. Ciertamente el paisaje es hermoso aunque no ha sido nunca fácil vivir en estos pueblos, aunque ahora las cosas son muy diferentes.
EliminarUn abrazo.
Un campo lleno de naturaleza, de plantas con flores... precioso para admirar.
ResponderEliminarSi, la naturaleza en las montañas de Asturias es una preciosidad.
EliminarSaludos
Hola Jose Antonio! Qué maravilla de valle! Tanto verde es casi abrumador para quien no está acostumbrado a verlo. Tu paisaje es muy diferente al mío y me encanta.
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias Mónica. Me alegro que ya estés de vuelta. Se te echaba de menos. El paisaje aquí es muy diferente y hacemos lo que podemos con el jardín, especialmente cuando pasamos mucho tiempo sin ver el sol.
EliminarUn abrazo
Asturias tiene unos paisajes preciosos. Saludos.
ResponderEliminar¡Qué maravilla de paseo por tu tierra! Me ha encantado este reportaje y ver tanto verde.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Montse. Me alegro que te encanten estos paisajes.
EliminarUn abrazo.