lunes, 8 de junio de 2020

Viajes recientes. Playas de Kerala, India. Amanecer en la playa de Thottada.


Amanecer en la playa de Thottada. 




La India tiene lugares que nunca dejan de sorprenderte y a veces no son grandes templos o monumentos, sino entornos naturales de una enorme belleza. Sorprende que en uno de los países más poblados del planeta uno se encuentre aún con playas casi vacías rodeadas de un paisaje natural apenas modificado desde hace siglos, con lagunas llenas de vida animal y vegetal y donde aún reina el silencio y una forma de vida regida por el sol que nace y muere cada día.


Lagunas y humedales cerca de la playa al amanecer.



En los viajes a menudo uno encuentra los mejores lugares por pura casualidad y algo así me pasó a mí con esta playa en el norte del estado de Kerala. Es tan desconocida que casi no aparece en las guías de viaje. Situada muy cerca de la ciudad de Kannur, aún no ha sido descubierta por el turismo de masas común en otras playas de Kerala, y esperemos que siga así por mucho tiempo. Más que una playa es un trozo de costa entre palmerales, tierras de cultivo, lagunas y preciosos arenales vírgenes. Sí, también hay alguna casa dispersa de vacaciones, granjas y unas pocas pensiones escondidas entre la vegetación. Es un lugar ideal para bañarse, caminar, contemplar pájaros en las lagunas y esos interminables amaneceres y puestas de sol. Aquí no hay restaurantes ni chiringuitos de playa así que las pensiones y pequeños hoteles ofrecen todo lo necesario. Es un lugar para descansar y levantarse cuando el sol dora las palmeras, y los humedales se llenan de miles de pájaros de todo tipo que disfrutan del agua y de una comida a la carta. 

Una de las cosas más sorprende de la India es el hecho de que, a pesar de ser un país tan poblado, aún se ven una gran cantidad de vida salvaje, sobre todo pájaros y pequeños animales por todas partes. Mi teoría es que al ser un país esencialmente vegetariano la gente de los pueblos no tiene ningún interés en comerse los animales y por lo tanto no los mata, algo que sí ocurre en otros países de Asia o en Sudamérica, por no decir en China donde cualquier animal salvaje puede ir a la cazuela de forma inmediata. El gobierno sí permite matar a un animal salvaje cuando este constituye un peligro grande para la población, pero en el resto de los casos, la caza está muy restringida en la India, lo que no evita que el número de grandes mamíferos salvajes descienda cada día.  Por lo demás, la carne es casi inexistente en los mercados y solo se vende en algunas carnicerías musulmanas. En general los Indios siguen siendo muy respetuosos con la tradición y con sus costumbres religiosas y aunque puede que esporádicamente la gente coma algo de pollo de vez en cuando, su dieta principal sigue siendo esencialmente vegetariana. Lo cierto es que uno se acostumbra a ello, y dado que la cocina india es tan rica en especies, tan variada y tan exótica, uno casi se olvida de que existe la carne.



Al lado de la pensión, una garza en busca de comida.

Estos pájaros siempre acompañan a las vacas y se comen sus insectos.


En la pequeña pensión donde me alojo, Ranjit, el dueño, pasa gran parte del día cocinando con una ayudante la comida de los huéspedes. Suelo tomar un té con él cada mañana antes de salir a pasear y a contemplar los pájaros de las lagunas y humedales. Es un hombre amable y tranquilo que disfruta de la conversación y tiene un gran interés en entender las costumbres de la gente que viene de otras partes del mundo. Construyó esta casa en tierras de su familia hace bastantes años. Su mujer y sus hijos viven en la ciudad donde estudian y trabajan. Pronto llegará el calor del verano y los pozos de agua se harán demasiado salobres para beber. Luego viene el monzón con sus lluvias y todo se inunda. Durante ese tiempo cierra la pensión y se vuelve a la ciudad. No le gustaría que se construyeran grandes hoteles y restaurantes. Le gusta las cosas como están. A mí tampoco me gustaría que las cosas cambiaran en este hermoso paisaje. Es un lugar ideal para regresar algún día, aunque se que el mundo cambia tan deprisa, que es probable que dentro de unos años estas fotografías sean tan solo un recuerdo. Espero que os gusten.



Camino de la pensión de Ranjit. Aquí no hay carreteras.

La pensión donde me alojo.

El jardín de la pensión.

Ranjit nos acompaña durante la cena. El grupo del fondo de la mesa son españoles también. Pasé muy buenos momentos con ellos.

Hay algunas pensiones y casas más alrededor de la playa.



Una granja entre palmerales.



Al amanecer y al atardecer las lagunas se llenan de pájaros.







Hay diferentes tipos de garzas, cigüeñas y muchos otros pájaros que no conozco.





Un Martín pescador de extraordinario color azul.


Grupos de patos.

Playas de arena inmaculada con un puñado de personas o ninguna.




Una barca de pescadores.

Al final de esta larguísima playa un pequeño grupo de barcas  y otra playa más a continuación. Entre la vegetación hay escondidas unas pocas pensiones.

Este istmo de arena separa dos hermosas playas.



Al atardecer regresa la misma luz.

El sol reflejándose en la laguna.



Justo antes del ocaso los pájaros regresan a las lagunas para descansar.


6 comentarios:

  1. Una verdadera maravilla, que belleza de playa y paisaje amigo Jose, no saben lo que tienen o tal vez si. Como bien dices, igual regresas dentro de unos años y el paisaje ha cambiado por completo, aunque pienso que esa gente igual lo sabe hacer y no consienten los grandes hoteles y un turismo desmesurado. Por las fotos se ve una zona idílica, mágica y de ensueño.
    Un abrazo amigo Jose.

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  2. Gracias Juan. Me alegra que te guste. No todo el mundo sabe apreciar este tipo de paisajes y estas playas vacías. Espero que sigan así muchos años aunque tengo mis dudas. He conocido lugares en otros países que pocos años después estaban llenos de hoteles y de gente. El turismo descontrolado casi siempre termina llevándose por delante los lugares más bonitos del mundo.
    Un abrazo.

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  3. Magnífico reportaje en unos rincones paradisíacos. Espero que sigan así, preservados de abalanchas turísticas que lo único que hacen es estropear el paisaje natural.
    Un placer ver estas fotos, José Antonio, mil gracias.
    Besos.

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  4. Gracias Montse. Me alegro que te gusten estas fotos y disfrutes de estos paisajes.
    Un abrazo

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