lunes, 25 de noviembre de 2019

Los Picos de Europa desde el mirador del Fitu.


Dos caballos "asturcones" pastan con el macizo central de los Picos de Europa al frente.
 
Esta semana, en uno de los pocos días en que la lluvia nos dio un respiro, me acerqué al Mirador del Fitu con la intención de ver los Picos de Europa cubiertos de nieve. Hay pocos sitios mejores para contemplar esa enorme masa de rocas y nieve que se alzan tan cerca que parece que pudieras tocarlos con la mano (aunque estén a 50 km. en línea recta). Y si existe una comparación similar y, después de haber visto muchas cadenas montañosas en diferentes países, solo la vista de la cordillera del Himalaya desde alguno de los pueblos cercanos a ella, en Nepal, producen una sensación similar.

El mirador parece una escalera para naves extraterrestres.

 
Una de las peculiaridades del mirador del Fitu es que la vista de 360º incluye desde el mar hasta la cordillera. Construido en 1927 con una estructura muy novedosa para la época, lleva ahí en pie casi cien años mirando al horizonte. El mirador está en un pequeño rellano en la Sierra del Sueve, a unos 1000 metros de altura y a seis kilómetros de la línea de costa. Esta sierra, que alcanza los 1.500 metros de altura en el Pico Pienzu, tiene un ecosistema extremadamente interesante. No hay ningún país de la Europa continental donde una cadena montañosa de ese tamaño se encuentre tan cerca del mar. Eso hace que las laderas que miran a la costa y los pequeños pueblos cercanos al mar tengan un clima extremadamente benigno, casi comparable al de las islas Canarias.

 
Desde la sierra del Sueve se contempla La costa que atraviesa la autovía cerca de Colunga.

Esta cadena montañosa lleva habitada desde hace miles de años como lo atestigua la enorme tradición de las costumbres pastoriles y sus conocidos caballos “asturcones” que ya eran famosos en la época romana y aparecen en numerosas crónicas de la época. Estos pequeños caballos de apenas 1.60 m. de alzada son extremadamente robustos, aunque tiene fama de ser esquivos y poco dóciles, ya que muchos crecen salvajes en estas laderas. Desde el mirador hay numerosas rutas que se internan en las montañas a través de bosques de pinos, hayas y tejos. Una de ellas lleva a la “Tejeda del Sueve” con varios cientos de tejos milenarios, el único bosque de esta especie que queda en Europa. También se pueden ver vacas de la raza “casina”, algún rebaño de cabras y, en las zonas más altas, gamos y rebecos.

 
Rebaño de cabras ramoneando en las laderas frente a la cordillera.

Si algún día venís por Asturias, no dejéis de visitar este mirador, y dar un paseo por las laderas de Sueve y, si teneís tiempo suficiente, subir hasta el “Picu Pienzu”. No es una subida demasiado dura y está al alcance de la mayoría de las personas. En un día con buena visibilidad, el 80% de Asturias estará a vuestros pies o a la altura de vuestros ojos, en todas las direcciones. El mirador se encuentra en el concejo de Caravia, a 45 minutos en coche desde Oviedo. Se puede llegar a él desde la autovía de la costa, cerca de Colunga, o desde la población de Arriondas, cercana a Cangas de Onís y Covadonga. Además hay muchos lugares de interés para visitar muy cerca de aquí. Cualquier excusa es buena para visitarlo. Aquí os dejo unas fotos para que disfrutéis de este paisaje.

Vista de la costa en dirección a Santander desde el mirador.

Desde el mirador se puede caminar por senderos que recorren la ladera de la Sierra del Sueve.

Caminando con la cordillera al fondo.


Un pino solitario con la gran cadena de montañas nevadas al frente.





Bosques de pinos autóctonos.



Una vaca de raza casina. También pequeña y resistente adaptada a sobrevivir todo el año a la intemperie.

Las montañas y los valles se suceden hasta llegar a la cordillera a 50 kilómetros desde el mirador.


A un lado el mar, al otro la cordillera.


Ladera del Picu Pienzu, con bosques de hayas y abedules, poco comunes en latitudes cercanas al mar.

Caminando por la ladera de la Sierra del Sueve, cerca del mirador del Fitu.


Majadas y bosques de pinos.


La cordillera nevada se extiende a lo largo de toda Asturias como se ve en esta foto.

Con un zoom se pueden acercar los picos de la cordillera aunque la visibilidad no es muy buena.

Macizo central de los Picos de Europa. 14 picos en esta zona superan los 2.500 m. de altura.


Parte del macizo occidental.

Caballos asturcones pastando.


En la bajada hacia la costa está el pequeño pueblo de Gobiendes.

Casas y hórreos en Coceña. Las plantas delante de las casas son en su mayoría especies de climas cálidos que no sobrevivirían en otras partes de Asturias en esta época.

Hórreos y carros agrícolas.

Aeoniums y otras plantas crasas.

En Coceña hay varios hórreos centenarios con una decoración muy interesante.

Yuccas y otras plantas de climas suaves delante de las casas.




Hórreos en Coceña.

domingo, 17 de noviembre de 2019

Nieve a destiempo ¿la nueva normalidad meteorológica?


La Barrosa con nieve antes de tiempo, otra vez.
 
Por segundo año consecutivo cae nieve en la Barrosa antes de tiempo, cuando aún árboles y arbustos  tienen todas sus hojas y los manzanos todavía alguna fruta. El año anterior las consecuencias fueron catastróficas con más de diez árboles adultos arrancados de raíz y Arces japoneses partidos por la mitad o con numerosas ramas rotas. Esta vez el daño no ha sido tan grande, al menos no de momento,  ya que no ha caído tanta nieve, pero llevamos dos semanas completas de lluvias, tormentas y nieve y no parece que vaya a parar. Ciertamente esto no es normal, o al menos yo no lo recuerdo a lo largo de mi vida.  Es cierto que antes las nevadas eran mucho más copiosas y duraban meses, pero caían a tiempo y no tengo memoria de árboles y cosechas destruidas por una nevada a mitad del otoño.

Las ramas de los arces japoneses se rompen con mucha facilidad cuando todavía tienen hojas.
 
El año pasado los bosques de Asturias sufrieron ya una serie de destrozos absolutamente irrecuperables por la nieve caída a principios de Noviembre. Miles de árboles y grandes ramas cayeron sobre caminos y senderos de montaña haciéndolos impracticables ya para siempre.  Antes, esa madera caída era inmediatamente aprovechada para calentar las casas, y los senderos se limpiaban para que transitaran ganado y personas. Hoy en la mayoría de los pequeños pueblos de Asturias ya no hay nadie para que haga esa tarea y tampoco la administración tiene medios para ello. La consecuencia son decenas de caminos y senderos cerrados e intransitables y una jungla de ramas partidas en el suelo de los bosques  lo que en caso de incendio aumenta  la facilidad del fuego para propagarse y la dificultad para acercarse al incendio y extinguirlo. La nieve temprana y las lluvias torrenciales de estos días están añadiendo uno clavo más al ataúd del medio rural, pero eso importa muy poco a la  gente de las ciudades y diría que casi lo mismo a las administraciones. Al contrario, todos se frotan las manos por el inicio temprano de la temporada de esquí que traerá turistas y dinero. O al menos eso esperan. Eso si un nuevo cambio de tiempo no convierte la nieve en agua derretida.

 

En el jardín de la Barrosa la nieve ha causado algunas roturas de ramas en los arces y algunos arbustos, pero poco más. Eso sí, ha dejado un paisaje de una belleza difícil de resistir. El frío incrementa la saturación de los colores y el agua pinta las hojas de un brillo nacarado. Es el momento de coger una cámara de fotos y disfrutar de cualquier enfoque y no me he resistido a poneros unas fotos de este fin de semana.

Los manzanos aún tienen toda su hojas, aunque ya hemos recogido la mayor parte de las manzanas para hacer sidra.

 
Queda en el aire esa pregunta, de si a partir de ahora el cambio climático va a trastocar las estaciones y convertir la agricultura y la jardinería en un juego de naipes. Ciertamente este año podaré arces y arbustos concienzudamente disminuyendo su tamaño. Es la única manera de aliviar estos destrozos.

 
Dos arces diferentes: Sango kaku y Red Wine.
 
Acer Palmatum "Seiriyu" con una hoja muy delicada.
 
Acer Palmatum "Ki Hachijo", recién plantado este año.
 



El frío aumenta la pigmentación de los colores de las hojas de los arces japoneses.

Acer Palmatum "Bloodgood".



Esta manzanitas pequeñas pertenecen a un manzano ornamental.




Este año podé los magnolios a tiempo. Este se ha recuperado bastante bien del destrozo de la nevada anterior.


En las montañas hay una gran cantidad de nieve. Se habla de más de un metro.






Paisaje en el entorno de la Barrosa.

A este Liquidámbar ya se le han roto varias ramas.


Senderos alrededor de la Barrosa. Esos arbolillos son avellanos silvestres.

Allá arriba está la finca de "La Corraina el Quentu" con sus prados.

Aquí se aprecian bien los bosques, aún cubiertos de hojas.

El pueblo de Cuérigo iluminado por un rayo de sol.

Caserío del Otero que aparece sobre la Barrosa.


Este arroyo pasa directamente al lado de la Barrosa.


 
Aquí el arroyo desde el puente de la Barrosa.

Ha salido el sol y la nieve comienza a derretirse.



Hay pocos árboles más hermosos que este "Bloodgood" en otoño.