El pueblo de Lençois al lado del río |
Chapada Diamantina es una región a
unos 400 km. de la ciudad de Salvador de Bahía, capital del estado del mismo
nombre. A mediados del siglo XIX, justo cuando comenzaban a agotarse las minas
de oro de Minas Gerais, alguien descubrió diamantes en uno de los ríos que
pueblan la zona y la “fiebre del diamante” sacudió el país y cientos de “garrimpeiros”
invadieron una zona de bosques y montañas olvidada de la mano de dios, y por
unas décadas se crearon decenas de pequeños pueblos en torno a los ríos y la
riqueza fluyó hacia Salvador de Bahía y otras ciudades de la costa de Brasil. La
fiebre del diamante duró apenas unas décadas y para principios del siglo XX la
riqueza de los ríos se había agotado. A mediados de siglo se intentó de nuevo,
esta vez con grandes máquinas colocadas a lo largo de los ríos, volver a tentar
la suerte. Por suerte el gobierno decidió parar aquel desastre ecológico una
década después, declarando gran parte de la región como Parque y reserva de la
naturaleza. Hoy en día es uno de los parajes más hermosos de Brasil con
extensos valles boscosos de los que sobresalen mesas y promontorios que
recuerdan un poco el Cañón del Colorado o los “tepuys” de Venezuela. Hay
numerosas cascadas y preciosos ríos, cuevas inexploradas y multitud de lugares
para hacer excursiones y actividades deportivas. Además, unos pocos pueblos se
han conservado bastante bien y tiene mucho interés por su arquitectura y su
entorno.
Paisaje de "tepuys" en Chapada Diamantina. |
El pueblo de Lençois mantiene una arquitectura muy similar a la de cualquier pueblo portugués de la montaña. |
Yo viajé en autobús casi ocho
horas desde Salvador de Bahía hasta Lençois, uno de los pueblos mejor
conservados de la zona, con una interesante arquitectura colonial de casa
bajas, calles adoquinadas y al borde de un precioso río de agua color café. El
pueblo fue fundado en 1845 como centro para el control y venta de los diamantes
de la zona y para el comercio y abastecimiento en general. Hay incluso un
consulado francés que dejó de funcionar hace tiempo. En 2006 no hacía mucho que
el turismo había llegado a la zona y la mayoría de la gente que encontré en los
pequeños hoteles, restaurantes y excursiones guiadas eran funcionarios de las
ciudades de la costa que disfrutaban de sus vacaciones, gracias al abundante
incremento de sus salarios por parte del presidente Lula da Silva. Al menos eso
fue lo que me comentaron. El pequeño pueblo de Lençois es una delicia, y uno
podría quedarse allí durante varias semanas y siempre hay algo que hacer o ver.
Las pozas del río son un excelente lugar para pasar el tiempo remojándose en
sus aguas frías. Lo mejor es apuntarse a las decenas de actividades que
organizan los hoteles con guías locales. Yo hice varias caminatas visitando
cascadas, recorridos en barca por los ríos de la zona y hasta buceé en las
lagunas azules en el interior de una enorme cueva. Sin duda uno de los sitios
más agradables del interior de Brasil para pasar una semana.
Plaza principal del pueblo con el suelo de piedra. |
A la tarde se `puede tomar una “cachaza” en la terraza de alguno de sus numerosos bares y cenar una excelente carne en cualquiera de los numerosos restaurantes del pueblo. Supongo que 20 años después de aquél viaje las cosas probablemente no serán exactamente igual pero lo recomiendo como uno de los lugares más tranquilos y agradables de todo Brasil y con una temperatura ideal dado que está en plena montaña.
Yo en ese viaje. |
Vistas del parque con esas "mesas" que recuerdan el Cañón del Colorado. |
Un descanso en la ruta. |
Una extraña planta de la familia del Paepalanthus. |
La cascada de Fumaça con muy poco agua. |
El antiguo consulado francés en Lençois. |
Una de las iglesias del pueblo. |
Las calles son empinadas y con adoquines. |
En la plaza central. |
Excursión por uno de los ríos de los alrededores. |
Una poza en el río. Tienen bastante profundidad y son muy adecuadas para bañarse. |
Durante la excursión un "garrimpeiro" nos ofreció unos diamantes. Por el mayor pide 400 dólares. Son unas piedras muy hermosas y con un brillo espectacular. |
Un a de las numerosas "Cachoeiras" de los ríos de esta zona. |
Excursión em barca por una laguna cubierta de jacintos de agua. |
Visitando una de las cuevas de la zona. El agua es asombrosamente transparente y fría. |
El "pozo azul", dentro de una de las cuevas. |
Nuestra "pousada" a la orilla del río. |
Mujeres lavando en el río. |
Calle del pueblo de Lençois. |
El pueblo durante la noche. |
Es un pueblo precioso, me ha encantado. Saludos.
ResponderEliminarGracias Teresa. Me alegro de que te guste.
EliminarUn abrazo
Un viaje apasionante sin duda ¡qué buen recuerdo estas fotos!
ResponderEliminarMuchos besos.
Gracias Montse. Brasil es un país muy desconocido para el turismo español y tiene lugares muy bonitos, sin duda.
EliminarUn abrazo