Justo hace un año visitaba con unos amigos las excavaciones preliminares de un nuevo campamento romano en la vía Carisa: la autopista de época romana que comunicó el centro y costa de Asturias con la meseta -principalmente las ciudades romanas de León y Astorga- a través de la montañas más altas en la divisoria entre los concejos de Aller y Lena. Este camino a gran altura aceleró la conquista de los pueblos astures y la romanización de estas tierras, a pesar de la encarnizada resistencia de los pueblos nativos. Abandonado durante los últimos siglos, tras la construcción de carreteras modernas, principalmente por el puerto de Pajares, en los últimos años se ha puesto de nuevo en valor tras varias campañas de excavación arqueológica. Estas excavaciones han dado algo de luz a las "guerras contra los astures" que Julio Cesar y su legado Publio Carisio -del que parece derivar el topónimo "Carisa"- mantuvieron por estas tierras desde el 29 al 19 a.c., año en el que parecen definitivamente acabar con la resistencia de los pueblos astures y cántabros, consiguiéndo la incorporación completa de la península ibérica al imperio romano.
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Campamento romano en la Vía Carisa. Los círculos corresponden a los fosos y empalizadas de defensa. |
Hace unos años se descubrió un gran campamento romano en el monte Curriechos, a 1728 de altura. Desde allí los romanos vigilaban los pasos de montaña y controlaban una gran parte de Asturias. Poco después, en un collado cercano, el Homon de Faro, se excavaron dos campamentos astures unidos por murallas que intentaban cortar el paso a los invasores, y que incluso se utilizaron siglos después durante la invasión musulmana. También se ha podido delimitar con bastante exactitud el trazado de la vía romana que aún utilizan, en gran medida, los ganaderos actuales. El año pasado se se excavó, muy someramente, un nuevo campamento romano en una zona algo más baja, el monte Carraceo a 1200 m. de altura. Los objetos más comunes encontrados en estas excavaciones son puntas de lanza, trozos de escudos, tachuelas de las "caligarii", sandalias romanas, y por supuesto alguna moneda mediante la cual ha sido posible datar con exactitud las excavaciones. Puesto que estos parajes están relativamente cerca de la Barrosa y casi es posible ir caminando hasta allí, a través de la montaña, creo que merece la pena contemplar ese paisaje y ver "in situ" lo poco que se puede ver en este tipo de excavaciones arqueológicas. A las fotografías habituales que suelo hacer en todas las excursiones, acompañan algunos dibujos y fotos de uso público tomadas de Internet.
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Al fondo el valle de Nembra. |
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Prospecciones en el campamento romano de Carraceo, al lado de la Vía Carisa. |
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Hablando con la directora de la excavación, la arqueóloga Esperanza Martín. |
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Vista del campamento y la actual pista forestal. |
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Contemplando la vista desde el campamento romano de Carraceo. |
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Restos de la torre de defensa del Homón de Faro, campamento de los Astures. |
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Trazado de la Vía Carisa desde el campamento Astur y restos de la torre de defensa.
La pared que se observa a la derecha son restos también del campamento astur. |
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Subida al campamento romano del monte Curriechos. Al fondo el macizo central de la cordillera Cantábrica. |
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En la loma del fondo estaba el campamento romano de Curriechos. |
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Vista desde la loma de Curriechos. En menos de diez años la vegetación se ha comido las excavaciones. |
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La línea amarilla marca el trazado de la Vía Carisa desde León. La flecha el campamento romano de Curriechos a 1728 metros de altura. |
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Así debió de ser el campamento romano de Curriechos. |
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Vista del monte de Curriechos justo tras las excavaciones en el 2001. |
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Vía la Carisa de León a Asturias (unos 6o km. por las montañas) |
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Excavando la Vía Carisa, 2001. |
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Cabaña en los alrededores de la Vía Carisa. |
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Prados y vegetación de esta zona de montaña. |
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En los prados de esta zona crece con profusión la Xanceina (Gentiana lutea) |
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La raíz de la Gentiana lutea tiene extraordinarias propiedades antiinflamatorias y antisépticas. También se usa en la producción de bebidas amargas como la tónica o el vermut. Tiene un gran valor y está prohibida su recolección en estado natural, ya que es planta protegida. |
Una excursión muy enriquecedora. Me encanta la naturaleza y las plantas, pero cuando se mezclan con la historia disfruto como una enana. Me emociona imaginar aquellas gentes de antaño recorriendo con medios rudimentarios este mismo paisaje. Rudimentarios pero mucho más respetuosos con el entorno. Porque está claro que el hombre siempre ha dejado huella por donde pasaba, pero nunca tanta destrucción como ahora.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Es asombroso lo que los romanos podían hacer en esa época. El desnivel de la Via Carisa es extremadamente liviano para lo adverso de la topografía. Ninguna carretera posterior logró un desnivel tan suave y, desde luego, no con esas vistas.
ResponderEliminarSaludos
como decías hace tiempo en otro comentario, poco hemos inventado después de los romanos :D
EliminarMuy intresante si paso por tu zona intentaré hacer una rutilla por la zona. Y solo los paisajes merecen la pena, añadiendo interés saber que estas literalmente pisando historia. Ahora meto la cuña publicitaria de mi provincia, si te gustan las excavaciones en mi tierra tenemos varias de relevancia... aqui los romanos dejaron mucho y bueno jejeje La villa romana de la Olmeda es uno de los ejemplos más conocidos...
ResponderEliminarUna cosilla no se si será buena idea dar datos tanto de donde encontrar el sitio y de la genciana... ya sabes que por aqui alguno igual coge "ideas" y no buenas.... estube hace unas semanas en unas jornadas sobre observacion de fauna y turismo en la naturaleza y se incidia en esto... me ha salido la vena jejejej
EliminarTienes razón en lo de la genciana. Hace años había mucha gente recolectándola. Ahora supongo que si alguien lo hace es de forma furtiva. Conozco la villa romana de Olmeda. Los alumnos de mi instituto la visitaban todos los años. Si hay muchas cosas que ver en Palencia.
ResponderEliminarSaludos