Rueda del destino (Dharma chakra) en el templo de Jokhang, Lhasa. |
Viajar es una de mis aficiones
favoritas junto con la jardinería, y hace tiempo que vengo dándole vueltas a la
idea de ampliar este blog, incluyendo una sección de viajes, o bien creando
otro blog paralelo. Ambas ideas tienen sus ventajas y desventajas. Crear otro
blog implica un montón de trabajo más. Ampliar el blog de “La Barrosa”, cuyo
objetivo primordial es exponer y compartir ideas sobre jardinería y paisaje,
con una sección relativamente ajena, tal vez cree demasiada confusión y pierda
algunos lectores a los que no les interesen los viajes. Y sin embargo tengo la
certeza de que a la mayor parte de la gente que tiene sensibilidad hacia la
jardinería les gusta también viajar y conocer otras culturas y paisajes. Al
menos eso es lo que yo pienso.
Esta futura sección se llamará
“Viajes en el pasado”. ¿Por qué viajes en el pasado? Principalmente porque el
mundo cambia demasiado deprisa y algunos de los lugares que yo visité y
fotografié hace 20 o 25 años ya no existen o han cambiado irremediablemente. Mi
intención es ir describiendo algunos de los sitios a los que viajé (y aún sigo
viajando) quizás para que no caigan en el olvido. Este recorrido un poco
existencial también esconde una intención egoísta o interesada. De alguna
manera quiero obligarme a recordar, a viajar hacia atrás, antes de que sea
demasiado tarde. Claro que cuento con los cuadernos de notas que siempre llevo
durante mis viajes, así que lo que relate aquí no tendrá datos erróneos o
inventados.
¿Quiere decir esto que voy a
olvidar mis secciones de jardinería? No, para nada. El formato de este blog no
va a cambiar, y la jardinería es el objetivo principal. Simplemente incluiré
dos o tres entradas al mes sobre esos viajes a lugares que, estoy seguro, son
de interés para alguna gente. Las entradas no van a tener ningún orden
cronológico o geográfico. Iré saltando de un lugar a otro del planeta según se
me venga a la memoria y cada una será una sorpresa sin relación con la anterior.
Las entradas incluirán una escueta descripción del lugar o la experiencia del
viaje, lo suficiente para no aburrir, y una serie de imágenes significativas,
en su mayor parte diapositivas digitalizadas de mediana calidad. Obviamente no
son viajes realizados a través de agencias de viaje o similares, sino con mis
propios medios, utilizando transportes locales y, muchas veces, con bastantes
peripecias, sobresaltos e incomodidades. La mayoría tuvieron lugar antes de que
hubiera teléfonos móviles o internet, así que la información para llegar a los
sitios se transmitía de boca en boca o, en su mayor parte, a través de aquella
famosa guía de Lonely Planet: la “Biblia del viajero” la llamábamos. Viajar,
como lo hacíamos entonces, implicaba bastante de aventura y mucha comunicación,
imprescindible para sobrevivir. Hoy ya
queda muy poco de eso. Tal vez esa sea la justificación principal para estas
entradas.
Espero que os gusten.
a mi me gusta la idea... espero nuevas entradas...
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