lunes, 7 de noviembre de 2016

Hayedos en la subida a Morteres


 


En la montaña asturiana, a pesar de las temperaturas casi primaverales de esta semana, el otoño ha llegado con toda su fuerza y la sinfonía de colores resulta difícil de describir, especialmente con esa luz baja impactando en las hojas de los hayedos y transformándolas en dorados y ocres Es algo casi mágico y sobran las palabras porque uno se queda casi embobado contemplándolas.
 
Para esta entrada he elegido una majada bastante sombría: la de Morteres, en el puerto de Vegarada.  A las hayas les gusta la sombra y los valles umbríos y húmedos. Quien no haya caminado por un bosque de hayas en otoño debería hacerlo, al menos una vez en la vida. Tan solo tus pasos muelles sobre la alfombra de hojas y  los rayos del sol tiñendo de oro las ramas entre huecos de sombra y silencio. Es una experiencia única.
 
De camino, las vacas pacen con una sorprendente lentitud y laxitud, y los caballos te miran sin apenas verte. Es como si el tiempo se hubiera quedado suspendido en el aire cálido de este otoño impredecible. Disparas tu cámara de fotos al azar intentando captar inútilmente esos colores y olores irrepetibles aún sabiendo, por experiencia, que ninguna máquina será capaz de guardar toda la belleza que contemplan tus ojos.
 
 Al final llegas a la sombría majada con unas cabañas en ruinas y el silencio apenas roto por el ruido del agua cristalina que llena el estanque del que ya nadie bebe.
 

Cabaña en la subida a Carbayalin.
Hayas comenzando a cambiar de color.
 
 
Fresnos (Fraxinus excelsior) en una majada.


Según comienza el ascenso los colores otoñales de las hayas se hacen más intensos. 

Casería.
 
Vacas dormitando al sol.
 
 


Casería de Carbayalin.

Macizo de la Cabritera.

Hayas (Fagus silvática) en plena coloración otoñal.

Acebos con bayas rojas y hayas.


Casería.


Ruinas de antiguas cabañas.


Fresnos con colores de otoño.


Bosque mixto con hayas recortadas.


Bayas de rosal silvestre.



Serbales con bayas en Morteres.
 


Los últimos caballos de los pastizales de Morteres.



Peña la Llaguna (1980 m.)


Solitaria majada de Morteres con la fuente en primer término.


Serbales y vacas.


  Hayas cerca de la majada de Carbayalin.
 

3 comentarios:

  1. que envidia me dan esas fotos... gracias por mostrarnoslas

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  2. Tu tierra está ahora más hermosa que nunca.
    Saludos

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  3. Aqui este año sin lluvias apenas sigue todo reseco, la altiplanicie castellana no reverdecera hasta primavera... Asturias en cambio sera todo bosques "ruborizados"

    un abrazo

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