Luces de Otoño en la Barrosa

 

Colores de otoño del Evonymus europaeus, Acer palmatum Sango-kaku y Bloodgood.

Se acaba Octubre y el cambio de tiempo de esta semana indica que ya estamos a las puertas del invierno. Siempre ocurre lo mismo cada vez que cambian el horario. En los pueblos de montaña del norte, ese cambio de horario implica que las tardes se convierten en noches demasiado pronto y ya poco se puede hacer al exterior. Atrás quedó ese mes de Octubre luminoso y cálido, tan cálido que hubo que abrir de nuevo  la manguera y proporcionar un poco de humedad a las numerosas plantas vivaces que he ido dividiendo para que pudieran echar raíces. Octubre es un mes bastante activo en el jardín. Es el mejor momento para cambiar plantas de lugar, dividir las que han crecido demasiado o están congestionadas, quitar las que no están en el lugar apropiado, crear nuevos parterres o ampliar los que ya tienes, plantar bulbos y plantas que florecen al año siguiente como las Dedaleras o Delfinios, podar rosales, plantar semillas, etc. Sin duda no es tiempo para aburrirse, y menos, para dedicarse solo  a la contemplación.

 

También se puede experimentar el otoño en un patio con Arbolitos pequeños y macetas.

En la Barrosa, las dos últimas semanas de Octubre son uno de los momentos más esperados del año. Es el momento en que Los Arces y otros árboles comienzan la mágica transformación del color de sus

El Otoño invita a sentarse en un banco y dejarse llevar
por la belleza del jardín.

hojas en dorados y carmín. A mí siempre me emociona esa transformación que la luz amarillenta del otoño convierte en una experiencia única. Nunca es igual, ya que esa magia depende de la temperatura y de la humedad de las últimas semanas. A veces algún árbol se retrasa más que el año anterior. A veces el cambio de color es menos intenso porque no hace el suficiente frío por las noches, como ha ocurrido este año, pero aun así rara vez deja de sorprenderme. Este año algunas variedades de arces han adelantado ese cambio de color mientras otras siguen totalmente verdes y no sé muy bien porqué. Quizás haya influido la eliminación de dos grandes árboles el otoño pasado que les proporcionaban excesiva sombra. Tampoco el Gingko ha cambiado la coloración de sus hojas todavía. El año pasado lo podé porque estaba alcanzando mucha altura –crecía en busca de la luz- y no le ha sentado bien. Más tarde leí en algún sitio que no se deben podar los Gingkos, pero ya era demasiado tarde. No creo que vaya a peligrar su vida porque las hojas tienen un aspecto fuerte y vigoroso  pero ha detenido su crecimiento mientras piensa lo que va a hacer en los próximos años. Un árbol que puede vivir durante cientos de años debe tener unos genes capaces de adaptarse a muchas circunstancias adversas, al menos eso me parece a mí.  

 

Como jardinero aficionado cada vez me asombro más de la cantidad de cosas que desconozco de cada planta. Cada una de ellas es un mundo aparte y si pensamos que en un jardín como la Barrosa crecen varios cientos de variedades entre vivaces, bulbos, arbustos y árboles, uno se hace a la idea de lo poco que conoce de cada planta. ¿Te imaginas tener 400 animales diferentes, cada uno con su personalidad y sus diferentes necesidades y cuidados? Cosa de locos. Aunque nos neguemos a aceptarlo con las plantas ocurre casi lo mismo y si no lo aceptas nunca tendrás éxito como jardinero. Quizás lo que más me gusta de la jardinería es ese aprendizaje necesario para que las plantas que cultivas vivan en las mejores condiciones.  Aprender es una constante en la jardinería y es eso lo que hace que esta afición sea tan beneficiosa para la mente y el cuerpo de todos nosotros.  También hay momentos para la contemplación y esos colores de otoño invitan a ello. Espero que os gusten estas fotos de finales de Octubre, justo antes de las lluvias de esta semana.

Dorada luz de otoño.

Las ultimas rosas.

 Aconitus napellus, en azul, florece a finales del otoño.

Salvias y Sedum aún en floración.

Otra perennes tardía: Tricyrtis hirta (lirio de sapo).

Este arbusto se llama Heptacodium miconoides y es de origen chino.

Aquí con otros arbustos.

Cannas y Salvia amistad, en flor hasta la llegada del frío extremo.

Parrotia pérsica comenzado a cambiar de coloración. 

Esta Dalia parece indestructible : Gloria de Noordwijks.

Uno de los Acer palmatum "Sango kaku", el amarillo más intenso.

Las macetas con Salvia amistad y Crisantemos mantiene el color cerca de la casa.

Inflorescencias de la Salvia amistad. Algunas matas ya las he podado tres veces este año y aún siguen floreciendo

Alocasias, Bergenias y Salvias cerca del estanque.

Macetas con Salvias y Geranios, ya cansados.

Un Crisantemo en blanco (restos del año anterior) se cuela entra las Cannas y Salvias.

Acer palmatum "Osakazuki" el lado de la caseta de madera.

Macizo del huerto.

Spiraea Goldflame

Durante este mes he tenido que quitar decenas de bolas y setos de Boje por culpa de la polilla. Aquí se empiezan ya a apreciar algunos cambios en los macizos.

Acer palmatum dissectum "Green globe". Al lado otros arces de semilla en forma de arbolitos.

El amarillo dorado de las hojas del Arce japonés Sango-kaku comienzan a virar hacia el rojo pasadas un par de semanas.

Este arce es uno de los que he cultivado de semilla y sin duda tiene una excelente coloración otoñal.