lunes, 28 de agosto de 2017

A la sombra de Peña Redonda: la braña de Palmián

Braña de Palmian en primavera.
No hay muchos lugares con un nombre similar, que casi recuerda el oriente. Tal vez sea por su semejanza con el nombre de Palmira o por la cercanía con la palabra "palmera". ¿Quién puso, por primera vez, este nombre a uno de los lugares más escondidos de las montañas del Puerto de Vegarada?.  A veces la etimología nos ayuda a entender lugares cuyos nombres se pierden en la oscuridad del tiempo. El diccionario de Corominas dice que la raíz pal - pala, de origen prerromano, se refiere a un lugar en una vertiente escarpada y lisa o a un refugio natural formado por dos laderas inclinadas. Lugares con nombres que contienen esta raíz son comunes en el Pirineo gascón y catalán. ¿Quiere esto decir que este nombre existe desde hace un par de milenios, y que los pastores astures ya frecuentaban este lugar hace dos mil años? Es probable. No hay mejor sitio para ver, sin ser vistos. Abajo aún discurre el camino que comunica los valles de Aller con la meseta.
Esta diminuta braña se encuentra enclavada en un pequeño recodo entre dos escarpadas vertientes a la sombra del enorme macizo de Peña Redonda, con su enorme cuerpo de saurio. Es casi invisible y solo llegas allí un poco por casualidad. Lo visité por primera vez esta primavera y parecía el lugar más solitario del mundo. Tan solo permanece en pie una cabaña y un abrevadero. En las rocas, a sus espaldas, crecen con profusión plantas de rocalla: Saxifragas, Sedum, Diantus, etc. Regresé hace apenas una semana, finales de verano. La cabaña sigue aún vacía pero la pequeña braña está llena de ganado que viene a beber al único abrevadero de la zona. El sol de finales de verano crea enormes espacios de sombras tras los picos de las montañas. Las vacas parecen puntos diminutos en el gigantesco espacio verde de la Marnegona, otro misterioso nombre de origen desconocido. El entorno de grandes montañas parece tocarse con las manos. Espero que os gusten estas fotos.
Primavera

Macizo de Peña Redonda

Cabaña y fuente en la braña de Palmián..

Restos de antiguas construcciones en la braña.

Antigua cabaña.
Dianthus barbatus.

Plegamientos de roca caliza cubiertos de vegetación.



Cabaña y fresno, uno de los pocos árboles plantados por el hombre y que a esta altura crecen con enorme lentitud . Este árbol pudo haber sido plantado hace un par de cientos de años.

Laderas de la peña la Cabritera.
Verano
A finales de verano, la braña se llena de ganado y los colores  se vuelven amarillentos.
Ganado junto al abrevadero.

Caballos y vacas pacen en armonía.

Yegua y cría.

Estribaciones de Peña Redonda. Al fondo puerto de San isidro y Pico Torres.

Mirando hacia la Puerta de Faro, valle de Carbayalin.
En primer término un solitario acebo (carrascu). Al fondo la Puerta de Faro.

Tan pronto subes un poco, la braña de Palmian desaparece de nuevo. Al fondo el Pico Torres.

Ladera con tojos y brezos (árgomas y gorbizos en asturiano)


Peña Redonda (1826 m.)

Tojos y brezos de otoño en floración.
Tronco retorcido de un enebro.

Luz de atardecer y ganado pastando en la Marnegona.



1 comentario:

  1. no hay mejor paisajista que la naturaleza... esta claro.
    Entiendo lo duro de vivir y utilizar las brañas pero... como arquitectura popular debería conservarse (renovar o modernizar para hacerlas confortables...), o fomentarse cualquier uso ganadero, ludico/turistico... ya no para que no se pierdan las cabañas si no por si alguna familia de la zona puede sacarlas partido y no tener que irse...

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