miércoles, 7 de agosto de 2024

Fotografiando plantas en la costa asturiana. Del Cabu Peñes a Verdiciu.

 


Faro del Cabu Peñes entre tojos y brezos.

En este segundo recorrido por la costa asturiana voy fotografiando vistas y plantas por el “Paisaje protegido del Cabo Peñas”, uno de los lugares más hermosos y agrestes de la costa asturiana. El cabo Peñas es un espolón rocoso de más de 100 metros de altura que se interna en el Cantábrico constituyendo el cabo más septentrional del país. Esta zona fue declarada “paisaje protegido” en 1995 formando parte en la actualidad de la Red Nacional de espacios naturales de Asturias, por su geología, su flora y su fauna.


Senda costera del Cabu Peñes.


Entre sus valores naturalistas más destacados encontramos la presencia de la serie geológica paleozoica mejor representada del norte de España, además de tojales-brezales característicos de la cornisa cantábrica, buenos ejemplos de vegetación ligada a dunas y acantilados, actualmente amenazada, y vegetación de carácter térmico que sobrevive en latitudes más altas de las que le corresponden, como el acebuche

 


Manchas de color de los brezos con dos islotes al fondo.

El faro del Cabo Peñas es uno de los más grandes de España y fue construido en 1852. La iluminación se hacía quemando troncos de leña frente a una pantalla de cristal hasta que en 1929, en la Exposición Universal de Barcelona, se adquirió la actual linterna que funciona de forma automática. En la parte baja del Faro existe actualmente un Centro de recepción de visitantes y de Interpretación del medio marino de esta zona. Incluye una historia del faro y varias interesantes salas sobre la flora y la fauna, con algunas maquetas de animales marinos. La zona cercada en torno al faro conserva una estupenda muestra de la vegetación de esta parte del litoral, con buenos ejemplares de tojos y brezos. Bordeando el acantilado, una senda de madera con paneles explicativos conduce al visitante a lo largo de un trecho interesante del paisaje costero, donde predominan las Ericas y los Brezos en flor, que crean preciosas manchas de color malva y blanco rosáceo. A veces se entremezclan con lianas de madreselva (Lonicera) que desprenden un aroma casi embriagador

 


Una mata de Daucus gummifera sobresaliendo de un mar de Feestuca rubra spp pruinosa.

Hay una ruta más amplia que se puede seguir caminando hasta las playas de Verdiciu y que sigue en parte la costa y, a trechos, se introduce en los prados del interior. Son unos 7 kilómetros en total. Yo he hecho parte de la ruta comenzando en la playa de Verdiciu, y siguiendo los acantilados durante un par de kilómetros, y lo cierto es que la vegetación y las vistas son espectaculares, con abundantes ejemplos de las plantas que crecen en los acantilados, algunas de la cuales ya hemos visto en la serie anterior, pero también de los tramos de pradera, algunas cultivadas y otras no, en torno a los pequeños pueblos de esta zona. Sin duda la planta más hermosa de estos acantilados, ahora en flor, es la Inula Crithmoides con sus cabezas de color amarillo y que aparece entremezclada con la Armeria marítima. y Crythmum maritimum. La armeria marítima, tan característica de toda la costa asturiana, no está ahora en flor, pero sus cabezas de semillas perduran y tiene un gran interés sobresaliendo sobre su base herbácea perenne. También son extraordinarias las praderas de Festuca rubra, spp. pruinosa, que crecen en los bordes de los acantilados, formando praderas azuladas que ondean como las olas del mar. Masas de Daucus gummifera sobresalen a veces de las praderas de Festuca, con sus cabezas blancas que van tornándose ya en semillas. Al final de la ruta, los arenales de Verdiciu y Carniciega rodeados de dunas y prados,  son dos playas extraordinarias de aguas bravas donde destaca la espuma de las olas y la arena dorada. Espero que os gusten estas fotos y os animo a visitar este precioso trozo de la costa asturiana, a poder ser en un día brumoso, cuando las plantas y el azul del mar se diluyen entre la niebla gris. No os defraudará.

 


Farallón rocoso del Cabu Peñes.



Acantilados en torno al cabo.




Senda costera en dirección a Verdiciu.


Calluna vulgaris y Lonicera (madreselva).


Preciosa mata de madreselva con el mar al fondo.


Brezos y Tojos (Calluna vulgaris- sin flor), Espigas secas de Asphodelus albus (gamones).



Gramíneas y flores secas.


Erica cinerea y madreselva.


Calluna vulgaris
 


Isla la Herbosa, cerca del del Cabu Peñes.



Acantilados en torno al cabo.


Mata de Armeria marítima con semillas.


La Andryala integrifolia (flor amarilla) crece en lugares pedregosos y cercanos a la costa.


Andryala integrifolia.


Masas de Daucus gummifera, algunas ya en semilla.



Acantilado con la vegetación típica de esta zona: Festuca, Armeria, Inula Cryhmoides, etc.


La Festuca rubra crea ondulaciones parecidas a las olas marinas.


Un barco faenando al lado de la costa.


Inula Crythmoides entre peñascos.


Masas de Inula Crythmoides y Armeria maritima.


Festuca, Inula, Armeria y Crthmum maritimum.



Praderas al lado del mar. Al fondo el pueblo de Verdiciu.



Fincas de cultivo de hierba para siega.



Pradera cerca de la playa de Verdiciu.


Playa de Verdiciu.



Separada de la anterior por un pequeño montículo Playa de la Carniciega.



Laguna en las dunas en torno a la playa de Verdiciu.

3 comentarios:

  1. no conozco esa zona y me parece preciosa. Los brezos me parece que tienen un interés enorme para jardineria y creo que al menos en nuestro país se usan relativamente poco...

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  2. Los brezos estuvieron de moda hace unos 20 años pero ya hace tiempo que se usan muy poco. Aquí en el norte crecen demasiado por culpa de la lluvia, pero se controlan bien podándolos de vez den cuando. Yo todavía los uso en alguno de los parterres circulares a modo de seto bajo.
    Un saludo.

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  3. Me encanta ese momento de verano que los brezos se ponen como locos , mientras otras vivaces sufren el agostamiento. La zona es una belleza

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