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La casa Dundonell en medio de la lluvia. |
Visitamos los jardines Dundonell una mañana lluviosa de Junio. Los grandes cedros de la entrada rezuman agua y el río Dundonell serpentea escondido entre las hayas. Una ligera neblina difumina los grandes árboles esparcidos entre la inmaculada pradera. Interminables paredes de piedra cubierta de líquenes, se extienden hasta donde alcanza la vista, separando las enormes fincas de pasto de la propiedad. Otra pared más alta, casi una muralla, envuelve el jardín y los edificios blancos y grises. Allí nos espera el jardinero Will para guiarnos en la visita.
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Una fuente de William Pye. |
Como muchas otras grandes fincas
y propiedades en Escocia , “Dundonell House” perteneció durante siglos a varias
generaciones de miembros de la familia de los MacKenzies, quienes construyeron
la casa principal y su jardín amurallado hacia 1769, aunque con toda seguridad ya
había edificaciones anteriores. Un gigantesco tejo de más de 300 años de antigüedad
y un acebo de edad similar crecen dentro del jardín cercano a la casa, al igual
que algunos otros árboles exóticos plantados en sus inicios. Durante siglos el
jardín cercado proveyó a la familia de vegetales y frutas que crecían en un
entorno protegido con su propio microclima en una de las zonas más lluviosas y
frías de Escocia.
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El gran tejo centenario. |
En 1940 el ultimo Macckenzie propietario de la finca la vendió para marcharse a Australia y desde entonces “Dundonell House” ha pasado por varios manos hasta el momento actual cuya propietaria es Lady Jane Rice y su marido Tim. Fueron ellos con la ayuda del jardinero Will Soos, que había trabajado con anterioridad durante 10 años en los jardines de Inverewe, los que dieron forma al exquisito jardín que vamos a ver esta mañana.
Otra vista del gran tejo escoltado de grandes árboles y setos.
Los Jardines Dundonell solo se
abren al público, mediante visita concertada, unos pocos días al año, así que
es principalmente un jardín privado de una enorme belleza. En pocos sitios se
puede ver tal concentración de plantas en un jardín relativamente pequeño, pero
con un diseño de “habitaciones conectadas” tan complejo que resulta abrumador. Apenas
hay espacio para el césped, los senderos son estrechos y las plantas invaden
todo el espacio disponible. A cada paso pareces estar en un lugar diferente al
anterior. Setos, túneles, arcos y puertas vegetales te trasladan de un sitio a
otro como en un laberinto. Los objetos decorativos: fuentes, estatuas, jardineras,
columnas son de una gran exquisitez. Las hojas de las plantas y las flores
brillan en la humedad del ambiente y parecen congeladas en el momento de máxima
perfección. Da la impresión de que es imposible crear un jardín mejor, añadir
una planta más o un objeto decorativo nuevo. Caminamos como en una nube
envueltos en la amena conversación de Will. Hay muchos arbustos exóticos que
parece imposible que crezcan en un lugar tan frío y extremo como este. Abundan
las plantas de sombra como las Rodgersias, Hostas, Aquilegias, Astrantias, Rododendros,
Helechos, Geranium, etc. La perfección de las “inmaculadas” Hostas te deja
anonadado. Gramíneas ornamentales como los Carex suavizan las texturas de las
plantas de hojas grandes. De la misma manera las espigas puntiagudas de los
Iris levantan la vista del suelo. Dos Cornus alternifolia variegados parecen
flotar como nubes de algodón. No hay muchas plantas en flor, aún, pero la variedad
de texturas, formas y colores de las hojas es más que suficiente para mantener
la atención.
Aunque la visita fue un poco
apresurada por la lluvia casi constante que nos acompañó, salí de allí con la impresión
de haber estado en el lugar más cercano al paraíso que uno pueda imaginar. Sin
duda la perfección absoluta en jardinería, y creo que estas fotos apenas se
acercan a lo que uno pueda experimentar visitando este jardín.
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Entrada a la finca Dundonell. |
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Paredes de piedra y Kniphophias. |
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La casa Dundonell fue construida en 1769. |
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El río Dundonell al lado de la propiedad. |
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Parterre mixto con Rododendros, Hostas. Rodgersias, etc. |
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Clemátide en la pared de la casa. |
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Rodgersias y Astilbes. |
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Carex y Rodgersias al lado del estanque. |
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El único trozo de césped en la parte posterior de la casa. |
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Parterres mixtos con arbustos y perennes. |
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Un busto entre los arbustos. |
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Fuente en una de las paredes con clemátide y hostas. |
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Dos Cornus alternifolia entre las Rodgersias. |
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El gran acebo centenario bordeado de Hostas. |
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Jardín hortícola. |
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Invernadero. |
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Astrantias. |
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Iris, Ligularias y Delfinium. |
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Setos de boj y estrechos caminos de grava separan los parterres. |
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Atendiendo las explicaciones del jardinero Will en medio de la lluvia. |
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Tunel de Laburnum a punto de florecer. |
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Hostas, Laburnum y excelentes pirámides artesanales. |
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Parterres de plantas perennes. |
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Geranium bajo los árboles. |
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Regresando al autobús. |
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El río entre hayas. |
Un puente de piedra de entrada a las tierras Dundonell. |
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