lunes, 3 de junio de 2019

Viajes recientes. Jardines ingleses: la mansión y jardines de Tyntesfield.



Entrada a la mansión de Tyntesfield.
 
Justo el año pasado por estas fechas, en un día lluvioso y desapacible, visitaba la mansión y  jardines de Tyntesfield en North Somerset. Ese día gris y nublado tal vez fuera el más apropiado para visitar esta gigantesca mansión de falso estilo gótico, construida en el apogeo de la época victoriana.

 
La mansión y finca fue en su mayor parte obra del magnate William Gibbs considerado el hombre más rico de Inglaterra de procedencia no-noble, en la primera mitad del siglo XIX. Lo curioso es que toda esa enorme fortuna provenía de algo tan poco “noble” como el monopolio en la explotación del “guano” de Perú, considerado un producto absolutamente necesario para incrementar la producción agrícola en la Inglaterra que avanzaba a pasos agigantados hacia la industrialización y cuya población había aumentado considerablemente. La explotación de ese abono "casi mágico" se hacía con trabajadores en estado de semi-esclavitud mientras William Gibbs, un hombre extremadamente religioso y seguidor de las creencias del movimiento de Oxford (el cual pensaba que el gótico era el único estilo arquitectónico apropiado para expresar la fe en Dios)  remodelaba la antigua vivienda de la finca de Tyntesfield y construía una capilla adyacente tomando como modelo la Saint Chapelle de París. En dicha capilla, tanto la familia como todos los trabajadores de la enorme finca (de más de 600 hectáreas), asistían obligatoriamente a misa y rezaban varias veces al día.

Interior del huerto e invernaderos.
 
Tres generaciones después la mansión y propiedades de la finca se subastaron, ante la imposibilidad de los herederos por mantenerlas en pie, y aunque varios artistas y conocidos empresarios pujaron por la propiedad, fue el National Trust el que al final se hizo con ella en el 2002 quien, tras vender la mayor parte de la tierra (solo se quedaron  60 hectáreas),  se pusieron a la ardua tarea de mantener la casa en pie y  restaurar los jardines, labor que aún prosigue a día de hoy.

Un gigantesco cedro (Cedrus Atlantica glauca)
Mientras continúan las obras de rehabilitación dentro de la casa,  se pueden visitar algunas de las salas de su interior y caminar por los extensos jardines-parque con decenas de espectaculares árboles de todas las especies traídos de diferentes lugares del mundo. Quizás lo más interesante del conjunto sea su extenso huerto cerrado e invernaderos donde la laboriosa familia cultivaba los vegetales y frutas suficientes para dar de comer a los trabajadores de la finca y granja. Los trabajadores tenían sus casas dentro de la propiedad que incluía incluso su propia central eléctrica que proveía de energía a los establos, casas, molinos y pequeñas factorías. Una auténtica pequeña ciudad autosuficiente controlada por el paternalista y ultra-religioso señor Gibbs. (Parte de este modelo paternalista de funcionamiento, lo asumirían algunos de los empresarios ingleses que explotaron las minas de carbón en Asturias y otras partes de España a finales del XIX y principios del XX). Aquí os dejo unas fotos de esos jardines lavados por la lluvia a principios de Junio del año pasado.
Tienda de plantas del N.T. a la entrada.

La casa es un laberinto de torres, recintos y ventanas de clara inspiración gótica.


Otra de las entradas a la casa junto a la iglesia.

 


Cerca de la casa hay un jardín romántico con parterres geométricos y gazebos.

Arces japoneses y plantas perennes dominan los parterres recientemente restaurados.

Este espacio ajardinado es apropiado para caminar y relajarse, a diferencia de la enorme extensión del parque.




El enorme parque que se extiende en torno a la casa consta de grandes avenidas delimitadas por diferentes arbustos en forma de topiaria: tejos, acebos, laurel, etc. . Parece un jardín estructurado para contemplar desde un carruaje.

Enromes masas de rododendros se distribuyen entre el césped y la topiaria enmarcando las lejanas vistas.

 

Senderos de grava, grandes árboles, arbustos recortados y a veces un banco para descansar.
Palmeras y otros árboles exóticos crecen en el parque en torno a la casa.

En las tierras de la finca pastan vacas y terneros Aberdeen-Angus.

Acer Crimson King y un tipo de Cornus en flor.


Esta Araucaria joven parece haber sustituido a otra anterior caída.

Interior del jardín vallado.

Dentro del jardín vallado hay varios invernaderos y edificios para el cultivo de todo tipo de plantas comestibles y árboles frutales.

Al fondo una "Orangerie" donde se cultivaban cítricos.

Jardín de hortalizas.

Invernaderos y edificios para el almacenaje y tratamiento de hortalizas y frutas, fabricación de conservas, etc.

Fachada e interior de la "Orangerie".

 

Entrada de carruajes.



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Interior de la vivienda con la escalera central.

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 Comedor familiar decorado al estilo español.

Interior de la capilla.

 

4 comentarios:

  1. La verdad que es una maravilla amigo José Antonio. Esas obras faraónicas en los tiempos que corren son impensables. Me pregunto, cómo vivirían las gentes allí alojadas, seguramente serían casi esclavos para un señor que quería tener su propia mini-ciudad y todo bajo su control y mando.
    Gracias por compartir y mostrar esa belleza.
    Un abrazo

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  2. Gracias, Juan. Sin duda una más de las decenas de mansiones que aún quedan en Inglaterra y que muestra la riqueza acumulada durante la época del imperio. Cada una con su historia y sus jardines. Gracias al National Trust muchas de ellas no han acabado en la ruina absoluta como ha pasado con muchas en nuestro país.
    Saludos

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  3. Qué maravilla de mansión! Los jardines son una locura! Me encantan estas fotos, Jose Antonio, qué suerte que las compartas. Y que bien hacen los británicos en mantener esos tesoros.
    Un abrazo.

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