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Vista del lago central y la casa de Quinta Monte Palace. |
Acabo de regresar de un corto
viaje a la isla de Madeira y vengo impresionado de la belleza de sus jardines y
de su naturaleza. No hay duda de que esta isla tiene uno de los climas más benignos
para el crecimiento natural de un numerosísimo grupo de especies de plantas que
lo mismo incluye las de clima tropical o semidesértico que las de los bosques
húmedos atlánticos o los del hemisferio Sur: especies procedentes de
Sudáfrica, Nueva Zelanda, Japón o Portugal crecen con la misma naturalidad que las
de la selvas tropicales o los desiertos de América. La temperatura casi
constante en torno a los 23º, la alta humedad y pluviometría y un suelo volcánico
poroso y extremadamente fértil, hacen de esta isla una especie de paraíso para
las especies botánicas de todo tipo. Si a esto añadimos una cierta tradición
británica por la jardinería, traída por los empresarios ingleses que controlaron el mercado y cultivo del vino de Madeira y el de Oporto (mercado que
aún dominan en la actualidad, ya que son sus principales consumidores) esto conlleva
a que en esta isla se puedan contemplar un puñado de jardines realmente
magníficos.
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Templete oriental. |
El que hoy os muestro en esta
entrada, el “Jardín Tropical de Monte Palace” fue construido por el empresario
originario de esta isla José Berardo, aún hoy en día uno de los hombres más
ricos de Portugal. Este hombre que, empezando de la nada construyó un
gigantesco mundo empresarial que abarca empresas muy diferentes por todo el
mundo, es además uno de los mayores coleccionistas privados de arte y antigüedades
de Portugal (gran parte de su colección de arte se expone en el Centro Cultural
Belem en Lisboa). Berardo adquirió en los años ochenta una Quinta en los
alrededores de Funchal con el fin de construir un museo-jardín en el que exponer
su admiración por la relación comercial y social de los portugueses con los
países orientales. Poco después de terminar la construcción de sus jardines, en
1983 lo convirtió en una fundación quien finalmente abrió los jardines al
público en 1991.
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Estatura en una gruta. |
La verdad es que visitar este
jardín tan sumamente ecléctico es sumergirse en un mundo de excesos, en un
sueño casi onírico. Todo parece irreal y a la vez está allí. Los jardines, de indudable
aspecto oriental, son una extraña mezcla de arquitectura, antigüedades y
plantas combinadas en un espacio aterrazado, con el mar al fondo. Hay demasiado
de todo y a veces las cosas no combinan demasiado bien, pero quizás el paso del
tiempo y el clima lluvioso de la isla va convirtiendo, lo que es un jardín
relativamente nuevo, en un espacio atemporal y magnífico, con ese lustre que el
tiempo va dando a los objetos y a las plantas que han pasado y vivido mucho. Es
un jardín para visitar temprano, antes de que se llene de gente y dejarte
transportar a lugares y paisajes que parecen haber salido de un sueño. Escuchar
el sonido del agua que fluye por todas partes, contemplar como los helechos y
el musgo parece crecer a simple vista. Mirar las lentas evoluciones de los
peces en los estanques, los destellos de color. Sin duda este no es un
jardín de libro ni de estilos de jardinería. Es un jardín difícil de describir,
también. Un jardín diferente y casi único, en uno de los emplazamientos más hermosos
que uno pueda contemplar. Hay también
varios museos en el interior (yo solo visité uno), una extraordinaria colección
de azulejos de los siglos XVI al XVIII, esculturas de todos los siglos y estilos,
antigüedades de varios países y muchas cosas más. En cuanto a la vegetación,
destacar los helechos arbóreos, azaleas, proteáceas, una de las mejores
colecciones de cícadas del mundo, numerosas especies de begonias, etc. Espero que
estas fotos os transmitan un poco de este jardín.
Realmente son unos jardines de extraordinaria belleza para visitar sin lugar a dudas. He estado cerca en algunas ocasiones pero desconocía de esos jardines que pena.
ResponderEliminarGracias por compartir y mostrarlo amigo Jose.
Un abrazo
Gracias Juan. Es un jardín magnífico para cualquiera que quiera visitarlo y bastante diferente a cualquier otro.
ResponderEliminarSaludos
¡Qué suerte visitar estos jardines! Realmente son impresionantes, como dices, un mundo de ensueño.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu reportaje y estoy segura que has disfrutado un montón en ese viaje a Madeira.
Muchos besos.
Muchas gracias Montse. Madeira es un lugar precioso para ver jardines. Merece pena un viaje aunque sea corto.
ResponderEliminarsaludos
me han hablado muy bien en calidad y cantidad de los jardines de toda la isla... las imagenes que nos muestras dan claramente la razon a esos comentarios. Un saludo siento no poder comentar más y más extensamente pero tengo un lio de tres pares... que no me da la vida jejeje
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