domingo, 15 de marzo de 2020

Viajes recientes. Jardines Brindawan en Myosore, el débil reflejo de un jardín Mughal. India.









Una pequeña parte de los jardines Brindawan desde un mirador.

En la India actual no abundan los jardines de renombre bien sean públicos o privados y eso a pesar de los largos siglos de tradición “Mughal” o  incluso de la más cercana colonización británica. Si los hubo en el pasado. Los emperadores mogoles fueron grandes constructores de palacios, jardines, mausoleos y otros edificios públicos. De origen persa-turco con raíces mongolas (El fundador de la dinastía, el emperador Babur, era descendiente directo de Tamerlane, el llamado Azote de Dios por los europeos), siempre añoraron los “Jardines Paraíso” de la tradición persa, una utopía terrena en la que los humanos coexisten en perfecta armonía con todos los elementos de la naturaleza. Una especie de puente poético entre el cielo y la tierra.



Jardines Shalimar, una de las obras maestras del
 emperador Shah Jahan
 La mayoría de esos “Jardines paraíso” que construyeron alrededor de sus palacios o mausoleos se perdieron a lo largo de los siglos, pero los pocos que quedan en pie nos dan una idea de la enorme belleza conceptual y física de esos jardines. Quizás el mejor ejemplo de jardín “Mughal” que haya llegado hasta nosotros es el “Jardín Shalimar” en la actual Lahore, Pakistán. Construidos en 1641 por el emperador Shah Jahan, el también constructor del Taj Mahal, forman parte del complejo real en esa ciudad y tenían la función principal de entretener a la familia del emperador y a los huéspedes durante sus visitas. Fueron construidos en forma de terrazas con una gran abundancia de canales y estanques, pabellones de mármol, puentes y pasadizos sobre el agua y parterres con todo tipo de flores y árboles frutales. 450 fuentes de mármol dejaban caer sus chorros de agua sobre estanques y cascadas. Para ello hubo que construir un canal de más de 100 km. desde las montañas de Cachemira con el fin de transportar el agua necesaria. Se decía que era la imagen más cercana del “Paraíso terrenal” jamás construida por hombre alguno. Parte de esos jardines ha llegado hasta nuestros días a pesar de que muchos de los mármoles y piedras semipreciosas utilizados en su construcción fueron saqueados y utilizados en el Templo Dorado y en los palacios de Amritsar por los Sijs


Otra obra bien conocida de Shah Jahan.

Cuando Sir Mirza Ismail, “diwan” de Myosore, decidió diseñar y construir unos jardines con el fin de embellecer los alrededores de la ciudad en 1925, tomo su inspiración de los jardines de  Shalimar y, con los medios disponibles en aquella época, eligió un lugar justo debajo de la  recién construida presa sobre el río Kaweri, con el fin de tener el agua suficiente para sus fuentes. Sir Mirza provenía de una familia de origen persa que había crecido y se había enriquecido por sus servicios al maharajá de Myosore. Era un hombre de una gran valía y un administrador extremadamente eficiente como lo atestigua el hecho de fuese nombrado primer ministro de varios estados, entre ellos Jaipur y Hyderabad, antes de la independencia de la India. Contribuyo enormemente a modernizar el país y fundó un considerable número de empresas públicas y privadas. Era además un gran amante de las plantas y de la jardinería. El jardín que ha llegado hasta nosotros y que veis en estas fotos es el mismo que el diseñó, aunque se nota bastante el deterioro y el paso de los años, así como el uso de materiales poco duraderos. 


En los jardines orientales les gustan los colores fuertes y contrastados.


Los jardines Brindawan están diseñados en forma de terrazas a lo largo del frente de la presa. La simetría y el agua son parte fundamental en su estructura como en todos los antiguos jardines persas. No hay una gran variedad de plantas y, en la mayoría de los parterres, se repiten o se alternan los mismos colores y plantas con el fin de dar una sensación de uniformidad y simetría. El verdadero protagonista es el sonido y la frescura del agua al precipitarse desde las fuentes o cascadas. Es un jardín para contemplar desde miradores y disfrutar de esa sensación de perfección y equilibrio que produce la simetría y la repetición de formas y colores. También para recrearse en la impresión de frescor que producen las gotas de agua sobre la piel en un clima caluroso como el de la India. Supongo que es el tipo de jardín que sirve para embellecer un gran palacio u otro edificio similar. Aquí solo hay un gran hotel situado en la parte más alta del jardín que también se puede visitar sin ningún problema para tomar algo en una de sus terrazas. Espero que os guste este débil reflejo de un jardín paraíso mughal.


Fuentes en la 1º terraza.


Canna atropurpurea de flores rojas, muy utilizada en toda la India.

Parterres de Salvias también de color rojo.



Al fondo las paredes de la presa.


Una larguísima sucesión de fuentes y cascadas parte el jardín en dos mitades iguales.


Cipreses y parterres geométricos son fundamentales en la jardinería mughal.


Simetría y distribución del jardín desde la 2º terraza.

Parterres de flores de temporada.


La tercera terraza forma una especie de circo en torno al Hotel situado en la parte superior.

Franjas geométricas de color.




En la ultima terraza el jardín se allana en torno al hotel y hay varios parterres con topiaria y buganvillas.




Las buganvillas de colores mezclados forman arcos de color que contrastan con los grandes árboles tropicales.



Parte central del jardín con pabellones a ambos lados.





Un gran estanque parte el jardín en dos mitades.





La segunda parte del jardín en la parte derecha del estanque.


Arbustos de buganvillas recortados y otra sección de fuentes y estanques.

Buganvilla de varios colores en la misma planta.

Parterres de buganvillas y cannas, en constante repetición.



A la noche las fuentes se iluminan y hay un espectáculo de luz y sonido.


4 comentarios:

  1. Unos jardines preciosos y qué manera tan inteligente de tapar la visión casi por completo del muro de la presa. Las fuentes nocturnas son una maravilla.
    Precioso reportaje, gracias por compartir.
    Un abrazo y cuídate amigo de este maldito virus.

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    1. Estoy de acuerdo en que es muy acertado lo de construir estos jardines debajo de una presa y ocultar casi toda la pared. Tu cuídate también. Las cosas no pintan nada bien, especialmente para la gente de más edad, entre las que nos encontramos ya. Esperemos que encuentren pronto alguna solución. AL menos tenemos la enorme suerte de tener un respiro en el jardín, mientras que otra gente está encerrada entre las cuatro paredes de sus pisos. Lo siento mucho por ellos.
      Un abrazo.

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  2. Respuestas
    1. Gracias Teresa. Cuídate mucho que tenemos que sobrevivir a esta.
      Un abrazo.

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