Muchachas de Rangoon en un parque de la ciudad. |
Pocos países han tenido tan mala
suerte a lo largo de su historia reciente como Myanmar, la antigua Birmania, y
es difícil encontrar en el mundo una ciudad tan grande y tan abandonada por sus
propios gobernantes como Rangoon, la antigua capital de este país. Con más de
cinco millones de habitantes, la ciudad que en la época colonial llegó a tener
unos servicios e infraestructuras similares a los de Londres, se cae a pedazos
en medio del caos, la quiebra de sus servicios más esenciales, incluida la
energía eléctrica, y el abandono total y absoluto de la Junta militar que
gobierna el país desde su independencia en 1948. Desde 2005 el gobierno militar
se ha trasladado a una nueva capital, recién construida en medio de la nada,
para uso exclusivo de militares, funcionarios y sus familias. La nueva capital,
Naipydo, es la única en todo el país que cuenta con autopistas, aeropuerto, lujosos
centros comerciales, servicios modernos y los mejores edificios del país. Eso
dicen. En el 2009 cuando visité el país nadie, excepto sus propios habitantes,
podían acceder a ella, para el resto estaba totalmente prohibido. Mientras, los
militares se dedican a esquilmar las riquezas del país con la máxima eficiencia.
No hay más que ver los miles de camiones que circulan por las destartaladas
carreteras cargados de maderas preciosas,
minerales, productos agrícolas y cualquier cosa que pueda venderse, todo en
dirección a China. Su principal socio militar y económico que asiente y calla.
Mujeres de la limpieza en Schwedagon Pagoda, uno de los lugares más sagrados del país.
Niños monje jugando al futbol |
Estos días el pueblo se ha
levantado de nuevo y por cuarta o quinta vez los habitantes de Rangoon y otras
ciudades del país pelean con sus pancartas y tirachinas contra los soldados y
militares armados hasta los dientes, que de vez en cuando disparan con balas de
verdad y dejan en el suelo un buen número de muertos, casi siempre jóvenes. Lo llevan
haciendo desde hace décadas y al resto del mundo no parece importarle lo más
mínimo. En el 2007 fueron los monjes budistas los que se pusieron al frente de
las revueltas y sufrieron decenas de bajas y varios miles de ellos terminaron
en sus cárceles secretas. Nada parece importarles a los militares. Ni siquiera
la religión, que es la amalgama que mantiene al país en pie, gracias a sus organizaciones
sociales, escuelas, hospitales, comedores, etc. Hay pocos pueblos en el mundo
que hayan sufrido tanto en la historia reciente como los habitantes de Myanmar
y que, al resto del mundo, le importe tan poco.
A pesar de todo, Myanmar es uno
de esos países que dejan un profundo lugar en la memoria, En pocos sitios uno se encuentra gente tan bondadosa, tan sonriente
y amable. Tal vez sea la cultura budista la que deja esa impronta en el carácter
de sus habitantes. Esa forma de aceptar las desgracias y adversidades como si
fuera algo natural. Algo que tiene que ser aceptado, tal vez a cambio de una
vida mejor en la próxima reencarnación, tal vez no. Casi todos los habitantes
de Myanmar pasan, en algún momento de su vida, una temporada en un monasterio,
para luego continuar con su vida normal. Todos te cuentan que ese fue el mejor
momento de su vida. Algo que les marca para siempre. Un momento para
reflexionar sobre el destino de sus vidas y de la humanidad. Quizás por eso
llevan 70 años aguantando una de las dictaduras militares más duras e implacables
del planeta. La revuelta acaba de comenzar hace un par de semanas. Al menos esta
vez, algo cuentan los telediarios occidentales, aunque lo más probable es que
en poco tiempo se olviden de ellos de nuevo. ¡Ojalá tengan suerte esta vez!. Os
dejo unas fotos de esta preciosa ciudad con sus magníficos templos budistas,
sus edificios coloniales que se caen a trozos y su gente sonriente y digna ante
el futuro más incierto.
Sule Pagoda, en medio del tráfico. Dicen que es uno de los edificios más antiguos de la ciudad. |
Un calle central de Rangoon. |
Cruzando un paso elevado |
Decenas de edificios coloniales como este están en estado lamentable. |
Preciosos edificios coloniales abandonados a su suerte. |
Las mujeres tiene una importancia fundamental en la vida económica y social de la ciudad y parece que en esta revuelta se han puesto al frente. |
Escena de mercado. |
Las mujeres y los niños se cubren la cara con una pasta hecha con extractos de una raíz para protegerse del sol. |
Cosiendo en el mercado. |
Anden de una estación de tren en la ciudad. El abandono de las estructuras de transporte es terrible. |
Otro edificio colonial cubierto de mugre y plantas. |
Dos niños monjes abren sus paraguas para protegerse del sol. La religión budista es la única institución que aporta algo de dignidad a la población. |
Niños jugando al futbol cerca de un monasterio-escuela. |
Una de las Estaciones de autobuses de largo recorrido. |
Escena de jóvenes en un parque. |
Esta reproducción de una barcaza real es un restaurante de lujo. |
Templete miniatura con ofrendas en el lago. |
Realizando ofrendas. |
Templos y estatuas están recubiertos de laminas de oro batido que los fieles traen en forma de ofrendas. |
Un monje meditando frente a una estatua de buda. |
Se calcula que, hasta la fecha, más de 300 toneladas de oro se han empleado para recubrir las miles de estatuas y pagodas de este lugar. |
Yo frente a una de las pagodas. Es obligatorio caminar descalzo en todo el santuario. |
Al atardecer las luces y el dorado de las cúpulas resulta imponente. |
Estamos en lo de siempre, grandes países sumidos en la miseria por sus gobernantes. Si no fuera por los templos, viendo los barrios da la impresión de estar viendo las edificaciones en Cuba.
ResponderEliminarUn abrazo amigo Jose.
Bien dices que por los edificios coloniales se parece un poco a la Habana, pero está en el otro extremo del mundo. Me temo que las revueltas acabarán como otras veces con decenas de muertos y las cosas seguirán igual otros cuantos años.
EliminarUn saludo
Qué pena. Me parece una ciudad soberbia, preciosa, que se echa a perder.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por enseñárnosla.
Ocurre lo mismo con muchos otros lugares. Lo peor son las vidas humanas que se perderán y sin conseguir nada a cambio.
EliminarUn saludo.