El puerto de San Isidro y el valle de Felechosa desde la casería de "La Corraina el Quentu" en primavera. |
A mediados de verano un esguince de
tobillo me ha mantenido sin muchas posibilidades de desplazamiento durante
varias semanas así que uno tiene que recurrir a lo conocido y a lo que tiene
más a mano para ir llenando entradas del blog. Todos los veranos suelo hacer
varias excursiones por la montaña asturiana, especialmente para fotografiar
flores y paisajes, pero este mes de Julio ha sido imposible, ya que apenas
podía mover el pie, así que habrá que dejarlo para más adelante, quizás para el
otoño.
Porche y matas de Sedum palmeri" |
La casería de la Corraina está a unos pocos minutos
en todoterreno desde la Barrosa y el paisaje que se contempla desde allí nada
tiene que envidiar a cualquier otro lugar de la montaña asturiana. Aunque
alquilamos los prados para pastos del ganado yo suelo ir casi todos los meses a
fotografiar los cambios de coloración en la vegetación y las floraciones de
cada temporada. Desde allí se contemplan los dos puertos de montaña de San
Isidro y Vegarada que nos separan de León. Los dos puertos suelen aparecer cubiertos
de nieve hasta bien entrada la primavera, justo cuando los prados se llenan de
Dientes de león, Prímulas, Tréboles rosados y blancos y un montón de flores más,
que las vacas se comen en unos pocos días. Llegado el verano la pradera se cubre
de macizos de Hipericum, Zanahoria silvestre (Daucus carota) Milhojas (Achillea
millefolium) y grandes matas de brezo de color rosado. Antes los prados se
segaban todos los años y la hierba se secaba para dar de comer a los animales
durante el invierno. Desde que hemos dejado de hacerlo los prados se van acidificando
poco a poco y el brezo comienza a invadir el terreno ocupando el lugar de la
hierba. Esto deja los prados inservibles para el ganado y en unos años se
pierde la cubierta vegetal herbácea que caracteriza el paisaje asturiano.
Cerezos en flor y el puerto de Vegarada cubierto de una ligera capa de nieve. |
La hierba cubierta de flores en primavera. |
Esto mismo está ocurriendo con
miles de hectáreas de prados en Asturias, sobre todo en la zona de montaña, ya
que no resulta viable su mantenimiento, en parte debido a las dificultades del
terreno y en parte porque los pueblos se están quedando vacíos. Entre el brezo,
pronto comenzarán a germinar semillas de arbustos, árboles o zarzas y, en unos
pocos años, aquél prado verde de hierba fresca habrá desaparecido. Eso está
ocurriendo inexorablemente en la Corraina, aunque aún tardará unos cuantos años
más, así que mientras tanto suelo disfrutarlo con mucha intensidad. Si me queda
algún consuelo, es que al menos este “rewilding”, como dicen los ingleses, o “vuelta
al paisaje salvaje primitivo”, tal vez sea mejor para el medio ambiente que lo
que hay en la actualidad. No lo sé. Para mi es una pérdida enorme, pero como ya
he dicho otras veces, no hay ninguna solución y ni a los políticos actuales ni
a las nuevas generaciones parece importarles mucho. Al menos quedarán algunas
fotos para recordar la pérdida dentro de unos años.
Los prados bien cuidados que se siegan cada verano destacan por su intenso colorido verde en primavera. |
Desde uno de los prados de la Corraina se contempla el valle de Felechosa con los picos nevados al fondo. |
El pico Torres de 2104 metros de altura en primavera. |
También el la Corraina crecen algunas plantas de jardín. |
Algunos arbustos recortados: thuyas y acebos. |
Entorno de la cabaña en verano: arbustos recortados, fresnos, tilos y hayas. |
Cabaña y cuadra para los animales. |
Interior de la cabaña. |
Mata de hipericum y parra alrededor de la cuadra. |
La cabaña y fuente. |
Camino escoltado de fresnos. |
Matas de hipericum perforatum y roble. |
Pradera de verano. |
El brezo comienza a invadir parte de los prados. |
Daucus carota (Zanahoria salvaje). |
La inclinación de los prados hace inviable la siega y recolección de la hierba con maquinaria. |
Mirando hacia el Puerto San Isidro y valle de Felechosa en verano. |
Pero que bonitas son esas montañas de Asturias. Besos.
ResponderEliminarGracias, Teresas.
EliminarUn abrazo
Creo que esos paisajes tradicionales en mosaico son una manera de prevenir grandes incendios. Espero que en el futuro se sepan preservar buscando nuevos usos o volviendo a actividades de pastoreo y otras tan beneficiosas para los ecosistemas.
ResponderEliminarUn saludo
Sería fundamental que se preservaran la mayor parte de los prados para el futuro ya que son parte de la cultura y el paisaje pero dada la despoblación del campo la mayoría están condenados a desaparecer.
EliminarSaludos
Un bello reportaje de los prados asturianos amigo mío, toda esa estampa de naturaleza es una maravilla. Como bien dices, es una pena que esos verdes prados vayan desapareciendo poco a poco y con ellos esas imágenes idílicas del norte.
ResponderEliminarEspero te repongas pronto de tu esguince Jose.
Un abrazo y buen mes de agosto.
Gracias Juan. Espero que sigáis disfrutando que aquí en el norte apenas hemos tenido todavía. Al menos el jardín se mantiene verde y forndoso comonunca.
EliminarUn abrazo
me encanta!!!! que praderias! que paisajes!
ResponderEliminarA ver cuando vienes a disfrutar de Asturias entre tanto verde, especialmente este año que todavía no hemos visto el verano.
EliminarUn saludo
Hace unos días que descubrí tu blog y llevo horas leyéndolo desde entonces. Me diste mucha inspiración y muchísimas ideas para mejorar el jardín. Felicidades por hacer un blog tan ameno y didáctico.
ResponderEliminarMe alegro muchísimo de que guste el blog. Espero que sigas visitándolo cuando tengas ganas y tiempo. Seguiré poniendo una entrada nueva casi todas las semanas.
ResponderEliminarSaludos