lunes, 27 de septiembre de 2021

Viajes en el pasado. Islas Andamán, uno de los últimos paraísos naturales del planeta.


Arco de piedra en la costa de Neil island.

Acabado ya el verano, me entra la nostalgia de contemplar fotografías de viaje de hace años, cuando uno podía ir libremente a cualquier parte, sin muchas preocupaciones, ¡Me pregunto si volveremos algún día a viajar a países lejanos con la misma tranquilidad con la que lo hacíamos antes¡. Me da la impresión de que las cosas ya nunca volverán a ser igual. Pienso qué hará la gente de estas islas tan lejanas, a las que el turismo amenazaba con transformarlas para siempre, ahora que ya nadie llega allí.  Tal vez haya sido lo mejor para estos paraísos lejanos. Volverán a su vida de siempre y la naturaleza tendrá un respiro durante unos pocos años.

 


Bicicletas con carros esperan a los viajeros en el espigón del puerto de Neil Island 



Situación de las islas en el mapa.

Es probable que muy poca gente conozca estas islas perdidas en medio del Océano Indico, a mil kilómetros de cualquier otra tierra habitada. Ni siquiera los ingleses consiguieron poner el pie en ellas hasta bien entrada el siglo XIX, y eso para ocupar tan solo un pequeño trozo de costa con el fin de convertirlo en una prisión de máxima seguridad. Los recién llegados morían como moscas por las enfermedades y el acoso de los nativos, extremadamente  fieros y salvajes. Las islas permanecieron relativamente libres de contacto con la civilización hasta no hace mucho, cuando el gobierno indio se propuso ocuparlas con colonos y desarrollarlas de cara al turismo. De las casi mil islas que conforman el Archipiélago Andamán y Nicobar, ya se pueden visitar unas 25. Hay cientos de ellas inhabitadas u ocupadas por tribus nativas protegidas por el gobierno. Algunas de estas tribus no han tenido contacto alguno con la civilización desde el Neolítico, y viven de la caza y la recolección aún, o eso dicen. Poco después de mi visita, un iluminado muchacho ingles que pretendía llevar la “palabra de Dios” a los habitante de la isla North Sentinel fue asesinado en la misma playa por uno de estas tribus. Los periódicos publicaron la noticia con fotografías, desde lejos, de un grupo de nativos con arcos y flechas al lado del cadáver. Sea como sea el plan del gobierno Indio de convertir estas islas en las nuevas Maldivas va avanzando poco a poco. En 2016 medio millón de turistas las visitaron, la mayoría parejas indias de luna de miel. Eso es lo que voy a encontrar en gran parte, además de algunos jubilados ingleses de mediana edad, que han tenido la misma loca idea que yo, en mi primer invierno tras la jubilación.

 


Playa y árboles frente al Emerald Gecko donde me alojo.

A la capital, Port Blair, se llega después de tres horas de avión desde la ciudad de Chennai, en la costa este de la India. Luego, en barco, visito dos pequeñas islas. Havelock es la más desarrollada de todas, con un buen número de pequeños hoteles  en torno a un par de  grandes playas. No hay todavía grandes resorts ni nada parecido. El interior de la isla es bastante rural, con espesos bosques tropicales que llegan hasta las mismas playas. No hay mucha infraestructura y los hoteles comienzan a tener problemas para deshacerse de la basura que se acumula sin tratar en algunas partes. La temperatura y limpieza del agua es magnífica y en algunos sitios se pueden ver buenos fondos de coral, llenos de peces.  La playa de Radhanagar, en la parte norte de la isla, recibió el título de la mejor playa de Asia hace unos años. Paso una semana aquí y luego me traslado a otra isla cercana, Neil Island, en un catamarán. Esta isla es aún más pequeña y rural que la anterior, con un muy escaso número de turistas. Aquí la mayoría somos jubilados europeos y alguna gente joven haciendo un “gap year” (algo parecido a un año sabático), esa costumbre inglesa tan saludable para la gente joven. Aquí la vida discurre con una pasmosa lentitud. Se puede ir a casi todas partes caminando o en bicicleta. Apenas hay coches. El paisaje es tan hermosos que corta la respiración. Las playas y el mar son una delicia interminable. Pocos lugares he visto tan hermosos como este. Ciertamente estas fotos me traen recuerdos de días muy placenteros disfrutando del sol y del mar, sin ninguna preocupación. Espero que os gusten y os animen algún día a viajar a alguno de estos pocos paraísos lejanos antes que desaparezcan definitivamente.

 


El Emerald Gecko es un hotel tranquilo con cabañas de palma y ambiente ecológico.



Restaurante.



La isla de Havelock es casi una playa continua a lo largo de la costa.






Barca al atardecer.



La enorme playa de inmaculada arena blanca de Radhavagar , tiene varios kilómetros de extensión, bordeada de bosque tropical.







Puerto de Neil island.



Entrada a nuestro pequeño hotel con bungalows.









Muchas de las casas en esta isla tiene techos de hoja de palma.



Estatua de una deidad al lado de un gran árbol.


Animales domésticos en torno a las casas.




                                                             Tráfico en una carretera de Neil island.


                                                      Dos muchachos del pueblo en la playa.
 

En la costa hay gigantescos árboles arrancados por la últimas tormentas dicen que por culpa del cambio climático.



Los frutos del Pandanus tectorius parecen piñas tropicales.



La costa cerca del hotel donde me alojo.



                                                                 En otra de las playas de la isla.


Paisaje de manglares y playas a lo largo de toda la isla.





Gigantesco baniano al lado del agua.




Otro gigantesco árbol arrancado de raíz. 


                                                                     Contemplando el atardecer.



Puesta de sol con marea baja.


Cada tarde, la luz es espectacular.

                                                                       Embarcadero al atardecer.





4 comentarios:

  1. Un lugar paradisiaco y de gran belleza sí señor. Probablemente esa gente si echará de menos el turismo lógicamente, con esto de la pandemia más de uno se lo pensará dos veces para hacer un viaje de esas características, aún sin pandemia, probablemente, no serían muchos los aventureros como es tu caso.
    Preciosas imágenes amigo Jose. Gracias por compartir.
    Un abrazo y buen resto de semana.

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    1. Con esto de la pandemia la mayor parte del mundo sigue aún cerrada al turismo y no se como sobrevivirán la gente que vive en islas como estas. Supongo que habrá vuelto a la tierra y a pescar en el mar para ir tirando, hasta que se recupere el turismo, si es que lo hace alguna vez.
      Un abrazo

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  2. Me ha encantado este reportaje de tus vacaciones. Yo creo que nunca iré por esas tierras, no es que no me guste, que me encanta, pero es muy lejano para mí. Besos.

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  3. Gracias Teresa. Hoy no hay nada lejos pero yo tampoco creo que vuelva a hacer viajes tan lejanos,
    Un abrazo

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