Gran Drago de Icod de los Vinos |
De los muchos cambios que ha
habido en la isla de Tenerife, desde mi primera etapa como profesor en los años
80 hasta ahora, quizás uno de los más importantes ha sido la enorme
recuperación de un árbol endémico de las islas, el drago, que casi estaba a punto de extinción entonces.
Hoy se han plantado tantos dragos en las islas que se ha convertido en una
planta de jardinería casi omnipresente. Todos los viveros y tiendas de plantas
de las islas los venden, y es probable que miles de plantas de drago salgan cada
año en aviones y barcos con destino a cualquier parte del mundo, La mayoría no sobrevivirán.
Lo digo por experiencia. En el 89 yo regresé de Canarias con un drago en el
maletero del coche que malvivió en la Barrosa durante unos pocos años hasta que
acabó con él una fuerte helada. Esta vez he sido más prudente. El pequeño
drago que transporté en mi maleta está en el invernadero y, de momento, está
fuerte y vigoroso, y pronto tendré que cambiarlo a una maceta más grande.
Fotografía de 1980 donde se puede apreciar todavía la carretera a Guía de Isora pasando al lado del drago.
A principios de los ochenta las
cosas eran muy diferentes y el departamento de Biología de la Universidad de la
Laguna había iniciado un gran programa de reproducción de dragos con el fin de
evitar su desaparición. Cuarenta años después los resultados son más que
evidentes para cualquiera que visite las islas Canarias. Miles de dragos nos
sonríen desde cualquier parte. En cuanto al gran Drago de Icod de los vinos, al
que se le calculan entre ochocientos y mil años, muestra con orgullo su extraña
silueta casi metálica, en el mismo lugar donde lo vi por primera vez en 1980, al lado de la carretera en dirección a
Guía de Isora. Por suerte la carretera ya no circunda el drago, ya que en 1984
se trasladó de lugar y, unos años más tarde, se construyó en su entorno un
interesante “Parque del Drago” con flora endémica de las islas. El lugar luce
mucho más hermoso que entonces. La antigua casa Canaria llamada “Casa del drago”,
que entonces estaba bastante abandonada, se ha restaurado y su interior
convertido en tienda restaurante. En cuanto a la Plaza de la Iglesia de San
Marcos que se alza sobre el Drago, continúa siendo el mejor mirador para
contemplarlo y hoy casi parece un jardín botánico, rodeada de vegetación y de
preciosos ejemplares de Jacarandás, Pandanos y Ficus.
Los Dragos (Dracaena dracus)
crecen en riscos, acantilados y laderas de los barrancos, entre los 30 a 800 m
de altura, donde recibe el influjo de los vientos alisios. Se encuentra en las
islas de El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife y Gran Canaria, aunque solo
se considera nativo de las dos últimas, habiendo sido introducido en el resto.
Los grupos más importantes de dragos silvestres que quedan, se localizan en la
isla de Tenerife, en los macizos de Anaga, Teno y Adeje. En Gran Canaria se
considera extinto en estado natural después de que en 2009 muriera el único
ejemplar que se reconocía como silvestre. Los dragos crecen muy lentamente, 1 metro cada década
y comienza a ramificarse después de la primera floración, a los 15 años. Se
suele calcular su edad por el número de ramas, ya que no poseen anillos de
crecimiento. Aunque pueden durar cientos de años, terminan ahuecándose en su
interior y sucumbiendo en alguna tormenta. El gran Drago de Icod, de 18 metros
de altura y 20 de copa, está hueco en su interior durante varios metros, y hasta
tiene una puerta de entrada. En el vacío se ha colocado un ventilador para
evitar la formación de hongos, además de varios marcadores para vigilar su
evolución. Es un ejemplar único y uno de los árboles más longevos del país. Se
han escrito numerosas leyendas sobre los dragos y se les consideró relacionados
con el “Jardín de las Espérides”. Era venerado por los antiguos pobladores de
las islas como un ser vivo de gran poder y su savia, de un extraño color
rojo, se consideraba que tenía propiedades curativas. Es sobre todo un símbolo
de Canarias y uno de los árboles más hermosos que existen en el mundo. No dejéis de visitar estos lugares si vais a Tenerife.
Casonas y conventos en la pequeña ciudad costera de Garachico. |
Ese mismo día visité Garachico, antigua población costera que fue el principal puerto de la isla hasta su destrucción por una erupción volcánica en 1706. De esa rico pasado colonial conserva numerosas casas, conventos e iglesias, además de su castillo. Es un placer caminar por sus calles y bañarse en las pozas y piscinas naturales construidas en su entorno, o comer en algunos de sus numerosos restaurantes.
Drago y palmera canaria. Al fondo la plaza de la Iglesia de San Marcos. |
Paseando por el Parque del Drago. |
El gran Drago, de 18 m. de altura y 20 de copa, tiene en su interior un ventilador y varios artilugios que vigilan sus constantes vitales. |
Copa del gran Drago. Normalmente nace una nueva línea o bifurcación de ramas cada 15 años. |
Parque del Drago y museo. |
Tabaibas y Dragos jóvenes en el parque. |
Dragos jóvenes en proceso de ramificación. |
Cardonales. |
Entorno del Drago. |
Plaza de Andrés Lorenzo Cáceres. |
Pandano en la plaza de la iglesia. |
Antiguas casas canarias en torno a la plaza. |
Gran Pandano en la plaza. |
Calle de Icod de los Vinos. |
Ayuntamiento de Icod. |
Castillo de Garachico. La pequeña ciudad fue fundada por Cristóbal de Ponte en 1496. |
Iglesia matriz de Santa Ana en la plaza de la Libertad. |
Parque de la Puerta de la Tierra, antigua entrada a la ciudad antes de la erupción volcánica. |
Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles y Ayuntamiento. |
Una calle de Garachico. |
Antiguo convento. |
Edificio modernista en Garachico. |
Castillo de San Miguel construido en 1587. |
Vista de Garachico desde el mar. |
Piscinas naturales y antiguo puerto. |
Que bonito todo lo que cuentas de mi pueblo ,Icod de los Vinos,también de Garachico nuestro pueblo vecino.Bonitas fotografías que dan fe de tus palabras. Saludos
ResponderEliminarGracias por el comentario. Me encanta Icod de los vinos, lo mucho que ha cambiado y lo bonito que está con todo lo que han plantado alrededor del drago. El museo estaba cerrado cuando fui así que tendré que hacer otra visita las próximas vacaciones.
EliminarUn saludo