jueves, 23 de noviembre de 2023

“Momiji” en el jardín de la Barrosa.

 


Arces y otros arbustos en el macizo central de la Barrosa


Como muchos sabréis el “momiji” es esa celebración que hacen los japoneses del cambio de coloración de las hojas de los árboles en otoño y que, si bien en nuestro país aún no ha calado todavía, sí empieza a ser un reclamo turístico en algunas regiones, y Asturias puede ser uno de los lugares más hermosos para realizar esa actividad recreativa. En la cultura japonesa el momiji es una ocasión para disfrutar de la belleza efímera de la naturaleza y para reflexionar sobre la transitoriedad de la vida. La palabra momiji también está relacionada con un árbol en concreto: el arce japonés que convive en los bosques con otros árboles mucho más poderosos, como los cedros o el pino negro, pero solo este árbol, mucho más humilde, nos regala con esa maravillosa sinfonía de colores dorados y rojos antes de que sus hojas caigan al suelo.

 


Acer palmatum "Osakazuki" hojas grandes y una de las coloraciones rojas más intensas.


Acer palmatum "Sango Kaku" y "redwine"

Durante la época del “momiji” los japoneses inundan los parques y los jardines de los templos y salen a pasear por los senderos de los bosques o reman en barcas a lo largo de los ríos en cuyas laderas crecen los arces. En estos días me he cruzado con cientos de miles de escolares visitando con sus profesores parques y jardines y haciendo picnics bajo los árboles. Sin duda una costumbre muy saludable y que refuerza la cercana relación que los japoneses tiene con la naturaleza, a pesar de vivir en ciudades grandes ciudades, y que ha formado parte de su tradición cultural y religiosa desde casi sus orígenes. Grandes árboles y piedras han sido sagrados en Japón desde hace milenios, ya que creen que en ellos moran los dioses además de las almas de sus antepasados.

 


Los rosales han vuelto a florecer con la lluvia. Rosal arbustivo "Knock out".




Hojas de Acer palmatum Umo Yama.


Hojas de Acer Palmatum "Seiriyu", una preciosidad que cambia del naranja al granate en una semana
.

En el jardín de la Barrosa casi se puede contemplar estos días un “momiji” en miniatura gracias a la decena de arces japoneses que he ido plantando a lo largo de estos años. No es un árbol fácil de cultivar ya que no soporta las temperaturas muy extremas tanto de calor como de frío y es propenso a coger enfermedades pero con un poco de paciencia termina adaptándose bastante bien al clima del norte del país y sin duda merecen la pena, por sus cambio de color no solo en otoño sino también en primavera. Además es un árbol que se puede germinar relativamente bien de semilla y aunque no salen exactamente igual que al árbol original si muestran una coloración otoñal igual de hermosa. Es lo que llevo haciendo todos estos años y regalando alevines a algunos amigos.

 


Esta Hebe ha vuelto a florecer.

Los arces en otoño iluminan el jardín de la Barrosa de unos colores poco comunes en el bosque de los alrededores pero al mismo tiempo son un complemento al amarillo dorado que es el color más común de muchos de los árboles del entorno en estas fechas. Aquí os dejo unas fotos de estos días.

 


 Hojas acer palmatum "Umo Yama" al inicio del cambio. Abajo e mitad de camino. Suelen acabar de un color purpura intenso.



Arces y Salvia Amistad.


Cornus controversa variegata y Gingko bilowa.



Los arbustos de Viburno también tiene una coloración muy hermosa.



Acer Palmatum Seiriyu. Al fondo Parrotia persica.



Acer palamtum Sango Kaku y Bloodgood.


Sango Kaku unos días más tarde.




Varios arces de la Barrosa al atardecer.


Flores de Cridsantemo y Arce .


Hojas de Gingko Bilowa en uno de los parterres circulares.


Arces después de la lluvia.


La ultima adquisición Acer palmatum Ki Hachijo" y al fondo Parrotia pérsica.



Acer palmatum Uno Yama y Parrotia pérsica.



Arce y Salvia Amistad que aún dará flores hasta las primeras heladas.



Hebe andersonii.


Liquidambar styraciflua, otro árbol con una magnífica coloración en otoño


Las hojas del  Cornus florida también tienen un excelente coloración otoñal.


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