martes, 14 de junio de 2016

Elegía pastoral en el siglo XXI: Puerto del Gumial


 

Dice el diccionario que una elegía es una canto o poema de lamento por algo que se pierde. En cuanto a lo de pastoral tiene que ver con esa existencia rural mítica relacionada con la vida de los  pastores.  El puerto del Gumial, más bien “mayau” o braña, representa en este concejo esa vida pastoral que durante siglos formó parte de la tradición y la cultura campesina de estas montañas. El 1 de Junio, haga sol o caigan truenos o relámpagos los pastores se trasladan con su ganado a los puertos y, esas cabañas solitarias que hasta no hace mucho permanecían cubiertas de nieve se llenan de risas, silbidos y del sonido metálico de los cencerros de las vacas. Un olor a humo de “urcia” se expande en la nada del aire  y los mugidos tranquilizantes de los terneros indican que al fin, en la braña “vive gente”. Una canción ancestral de esta zona dice:
Vaqueirinos del Gumial
Que madrugais por la mañana
Y baxais al Camín Real
Antes que los de la Braña
 




           El Puerto del Gumial está a unos 1400 metros de altura y aún hoy en día, al igual que siglos atrás, se llega por un empinado y estrecho camino que atraviesa un espectral bosque de hayas (fagus silvática), el suelo cubierto de musgo y helechos mientras un río saltarín, el río Alba, se despeña en múltiples cascadas o se pierde en gargantas inalcanzables. A tramos el sol apenas logra penetrar las espesas copas de la hayas y la penumbra añade un toque de misterio y desolación.
 
            Valle de Cuevas con la carretera que sube al puerto de San Isidro en la margen derecha.
                                                                                                                                                                    
Aguileña en el borde del camino (Aquilegia vulgaris)+


Cascadas y hayas


 

Helechos y hayas



Musgos en las raíces de una haya caída sobre el sendero.
El camino cubierto de hojarasca y el arroyo en torrentera

 Jacintos y hojarasca
 
Salida del bosque y el camino que conduce a la Braña del Gumial.
Por fin, y después de una hora de sombrío bosque, sales al camino abierto que conduce hasta la braña. Las cabañas se agrupan en torno al riachuelo en medio de un campo de hierba pálida y margaritas blancas Al fondo los picos del Toneo y de Fuentes levantan sus cumbres dentadas de piedra aún con brochazos de nieve. Decenas  de vacas se afanan en engullir la hierba tierna mientras los terneros duermen al sol tibio de la tarde.
 En el pasado los vaqueros residían en las cabañas durante el verano ordeñando las vacas para elaborar la mantequilla y los quesos que bajaban a Felechosa para su venta. Al atardecer se reunían para contar historias o cantar al sonido de la gaita mientras la niebla los envolvía como un sudario. Hoy ya nada queda de lo que fue la vida de esta braña durante generaciones. Tal vez por eso la soledad duele aún más. Pero hoy es primero de Junio y la braña del Gumial parece recobrar, aunque solo sea por unas horas, el sueño de lo que fue y ya nunca más será.
 
 

5 comentarios:

  1. no se que me gusta mas si el praderio silvestre de la braña o el bosque previo... precioso lugar, gracias por compartirlo

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    1. El paisaje de estas brañas es espectacular y hay cientos por toda Asturias.
      Saludos

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    2. https://www.youtube.com/watch?v=EAxmcS6gQzQ

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    3. Mario, gracias por poner un acompañamiento musical a las brañas asturianas. Eres un gran embajador de la cultura asturiana.
      Saludos

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