miércoles, 4 de octubre de 2017

Pueblos y caseríos de Aller: Conforcos

La aldea de Conforcos escondida entre bosques y prados.
La pequeña aldea de Conforcos  a unos pocos kilómetros de la Barrosa es uno de esos lugares donde el tiempo parece haberse detenido y la memoria se pierde, atontecida de belleza. Cuesta trabajo creer que este lugar escondido en el bosque e insignificante ya había entrado en la historia en el año 857 donde aparece citado en el testamento del rey Ordoño II, el documento más antiguo sobre este concejo de Aller: In rivulum qui dicitur Mera Ecclesias Sancti Johannis in Lama et Sancti Michaelis de Conforquos et bustos pernominatos Loarrio et longe branias et arrium et translectum. El documento es real y la iglesia de San Miguel de Conforcos aparece también citada  en documentos algo posteriores. La iglesia actual, construida en 1760 sobre la anterior, fue lugar de hospedaje de peregrinos del Camino de Santiago a través del Puerto de Piedrafita o el de Vegarada como lo atestiguan sus grandes soportales y su afamado Cristo de la Salud. Recientemente se han redescubierto y puesto en valor una docena de reliquias guardadas durante siglos en una arca de madera.
Restos del antiguo camino
que comunicaba Conforcos y Cuérigo, hoy cubierto de maleza.
 
En 1850 y, según el Diccionario Geográfico de Madoz, tenía 47 vecinos y 120 almas. Se describe como un lugar alto y saludable, con buena vega agrícola, ganadería de varios tipos, caza mayor y menor, y abundantes manantiales. Hoy Conforcos es una de tantas aldeas asturianas que se van quedando en el olvido, y donde apenas viven un puñado de ancianos y unas pocas familias de mediana edad. En verano revive un poco con algunos visitantes y sobre todo durante la fiesta del pueblo. Aún acuden algunas personas a pedir favores al Cristo, una interesante talla del XVII. El resto del año es pura melancolía. Conserva un par de casonas de buena piedra tallada, unos pocos hórreos, balcones y solaneras de madera y sobre todo un precioso paisaje rural rodeado de bosque y praderías. Hace unos 30 años había fotografiado algunas partes del pueblo y he escaneado algunas de aquellas fotos para ver el contraste. El resto están hechas hace unas semanas durante las fiestas. espero que os gusten.
 
Hace 30 años:
La casona, casa nobiliaria en completo abandono.
 
La "casa del cura" amenazando ruinas.

Típicas casas con corredor.


Hórreos y casas de piedra.
 


 
Hace unas semanas:
 
La antigua casa parroquial restaurada.


Calles empinadas, casas de piedra y hórreos.


Casa en esquina entre dos calles.

Hórreo con tallas en la casa del cura.

 
Valentín y sus gallinas.
Antiguo bar, hoy cerrado.

Las casas de los corredores han mejorado ostensiblemente.

Gran panera cerca de la Casona.

La iglesia, construida en 1670 sobre la anterior, es recia y tiene soportales cerrados para refugio de peregrinos.



 Entrada a la iglesia y tejo.
 
 

Puerta de un establo.

Decoración de un hórreo.

Interior de la iglesia con retablo barroco y talla de San Miguel sobre el altar.

El Cristo de la Salud es una talla de autor desconocido, del siglo XVI o XVII.

Gaiteros el día de la fiesta.

Ramu de "pan de escanda" para ser subastado en la fiesta

Procesión del Cristo de la Salud.

 
Entrada a la Casona con escudo ya ilegible. Presenta algo mejor aspecto que en la primera fotografía de este reportaje, aunque sigue deshabitada.

 

Una última vista del pueblo.

Caserío de Sorribas cercano al pueblo, hoy ya en ruinas.

 

6 comentarios:

  1. cada vez que nos muestras una de estas entradas atestiguas lo que sucede en muchos lugares de toda la peninsula, pueblos con menos gente, patrimonio en ruinas, maleza que lo invade todo y pese a ello ahi permanecen algunos bien por constumbre, por amor al pueblo o porque no tienen otro lugar mejor donde esperar el fin (el suyo o el del pueblo...)
    Si pasas por castilla la foto será algo menos verde pero igual de deshabitada y ruinosa...
    Lamentablemente muchos de estos pueblos no tendrán punto de retorno, ante la pasividad de los que dicen luchar por ellos... (salvo ideas como repoblar de jubilados estadounidenses o crear guetos de refugiados ultimas ideas de bombero que han aparecido en los medios de mi zona estos dias...)

    Me quedo con el "ramu" y la "pareya" de gaiteru y tamboritera, la fiesta ye la fiesta ohhh.

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    1. Mario siempre tienes la respuesta adecuada para cada entrada que pongo. Es cierto que muchos de estos pueblos ya no tienen vuelta atrás así que de alguna manera quiero dejar su recuerdo en unas pocas imágenes antes de que desaparezcan del todo.
      Saludos

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  2. Que interesante reportaje que nos describes con tus palabras y con imágenes cargadas de historia. Historia de pueblos que aún siguen poblados por gente que ajena a las urbes de asfalto y hormigón, contaminación e incluso puedo decir que llena de gente corriendo a contra reloj. No estoy en contra de la vida en la ciudad pero sueño con esa paz y tranquilidad que se respira en cada rincón de pueblos donde la vecindad convive a diario no individualizada , lo hacen de forma fraterna con lazos muy fuertes ...
    El tiempo sigue y no lo detiene nadie, las ciudades siguen creciendo sin medida , cada vez más ruido y más escaparates . Me quedo con la auténtica esencia de la vida , el sosiego y la tranquilidad, las cosas sencillas , tradiciones , etc. Es un lujo poder disfrutar de lugares como ese. Un saludo

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    1. Gracias Candela. Celebro que te gusten estas pequeñas aldeas de Asturias donde es cierto que aún se respira una tranquilidad y un sosiego que ya hemos perdido en las ciudades.
      Saludos

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  3. Estoy totalmente de acuerdo con vosotros. No entiendo cómo preferimos el ruido y la polución de las ciudades en vez del ambiente puro y la tranquilidad de estas pequeñas aldeas, pero es así. Gracias por compartir esta información y tus fotos tan bonitas.
    Saludos.

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  4. Gracias Mónica. Algún día nos daremos cuenta de que hemos perdido toda esa cultura rural y ya será demasiado tarde.
    Saludos

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