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Vista reciente de Machu Picchu
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¡Quién no ha oído hablar de Machu
Pichu, la ciudad perdida de los Incas!. Aparece en todas las listas de esos
lugares que uno debe ver una vez en la vida. Sin ninguna duda es uno de los
sitios más hermosos que uno pueda ver. Es como una caligrafía oriental en la
cumbre de una montaña inaccesible. Sus terrazas y edificios imposibles parecen
sostenerse sobre el vacío como si hubieran sido construidos por un mago con
poderes sobrenaturales y no por seres de carne y hueso. Aparece y desaparece entre
la niebla casi como por ensalmo, como si no fuera un lugar real sino más bien
un decorado de ciencia ficción, algo que vaya a esfumarse en un instante, como
un sueño.
Las últimas investigaciones
consideran a Machu Picchu como una especie de ciudad privada o finca personal
del Inca Pachacutec quien debió iniciar su construcción hacia 1440 como ciudad
residencial de descanso y para uso personal de sus numerosas concubinas y
progenie, además de sus dioses y sacerdotes. Era común entre los Incas tener un
lugar así, donde su familia podía residir tras su muerte y honrar a su momia
durante siglos. Lo cierto es que la ciudad no estuvo habitado mucho tiempo y
para cuando llegaron los españoles, poco más de cien años después (1534) la
ciudad ya había caído en el olvido y así permaneció durante siglos. La ciudad fue
“redescubierta” en 1911 por el explorador y aventurero americano Hiran Bingham,
quién fue llevado allí por unos agricultores que utilizaban alguna de las
terrazas como tierras de cultivo. Binghan creyó haber descubierto Vilcabamba, la capital perdida y última ciudad del imperio Inca destruido por los españoles, pero no era así. A pesar de su error Machu Picchu pronto se convirtió en uno de los
mayores descubrimientos arqueológicos del siglo, por su emplazamiento espectacular, por la
belleza de sus construcciones y templos y por la red de caminos y sendas que la
comunicaban con todo el imperio andino.
En 1983 Machu Picchu es declarada
Patrimonio de la humanidad pero justo por esa época aparece Sendero Luminoso,
un grupo guerrillero y terrorista de tendencia maoísta que durante los próximos
diez años causará incontable sufrimiento y terror en amplias partes del país,
especialmente en las zonas montañosas de la cordillera, incluida Machu Picchu.
Se calcula que unas 70.000 personas murieron, de uno y otro lado, durante las reyertas de esos años. En 1992 detienen al cabecilla del grupo, Abimail Guzman, a quien Fujimori hace
llevar a Lima en una jaula de hierro. La foto sale en los periódicos de todo el
mundo. En 1994, cuando yo la visité, el turismo empezaba a regresar con
cuentagotas. Apenas un puñado de personas deambulábamos por Cuzco y viajábamos
en un destartalado tren hasta la base de Machu Picchu. Las ruinas estaban
vacías y algunas terrazas yacían aún cubiertas de maleza, pero era un placer
caminar entre los edificios, subir y bajar escaleras como si fueras tú el que acabara
de descubrirla.
Hoy Machu Picchu es uno de los lugares más visitados del mundo con más más de
un millón de personas al año. Tal cantidad de visitas está causando un deterioro inevitable a la ciudad y lugares de tránsito, hasta el punto de que el gobierno ha puesto un límite de 5.000
personas al día. La ciudad,
tal como se ve en las fotos recientes, está mucho más reconstruida que cuando yo
la visité entonces, pero aún conserva ese deje de misterio y belleza que solo
poseen unos pocos lugares en el mundo.
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La somnolienta Cuzco en 1994, capital del imperio Inca es una típica ciudad colonial con multitud de iglesias, monasterios y plazas. La base de muchos edificios aún conservan los muros de época incaica. |
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Plaza mayor de Cuzco. |
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Una calle de la ciudad. |
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Pared de la fortaleza de Sacsayhuaman, cerca de Cuzco. Aquí se ve la enorme destreza de los constructores Incas. En las juntas de las piedras apenas cabe un alfiler. Difícil imaginar como movieron una piedra de este tamaño. |
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El tren hacia la base de Machu Picchu. Hoy existe una versión mucho más lujosa para turistas. |
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Diminuta carretera hacia las ruinas. |
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Como se ve en la foto aún están limpiando algunas de las terrazas abandonadas. |
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Yo en el dintel de una puerta cubierta de maleza. |
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Descubrí por casualidad estas ruinas bajo una gran roca. |
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Mirando el paisaje.
El pico que aparece detrás es el Huayna Picchu donde también hay terrazas y ruinas.
Los edificios de la ciudad recuerdan cabañas irlandesas con tejados de madera y paja.
Restos de un templo y altar de ofrendas.
Un imponente edificio en forma de castillo.
Yo subido a una loma. Abajo se ve la extensión de la ciudad y las terrazas de cultivo.
Subidos al Huayna Picchu.
Vista desde el Huayna Picchu.
Caminando por los al rededores.
Uno de esos senderos incas que dan auténtico vértigo. Lo he visto reconstruido en fotos recientes.
Dos fotos recientes de Machu Picchu tomadas de Internet.
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Me muero de envidia!!! Es uno de los lugares que me encantaría visitar.
ResponderEliminarGracias por compartir tus fotos. Un abrazo!
Gracias Mónica. A ver si algún día se cumplen tus deseos.
ResponderEliminarSaludos
envidia absoluta!!!!!!!!!!!!!!!!!
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