El riachuelo que atraviesa la braña del Gumial. |
Llega el otoño y la braña del Gumial se queda vacía. Vacía del tintineo de las esquilas de las vacas, del humo de las chimeneas, de los ladridos de los perros y de las voces de los pastores. Ya solo queda el murmullo del agua y el leve roce en el suelo de las hojas caídas. Quizás sea entonces el mejor momento para caminar por los senderos y contemplar el dorado de los abedules y las rojas bayas de los serbales y sentir el calor del sol antes de que el invierno cubra el paisaje de escarcha !Que tendrá el otoño que nos hace a todos sentirnos poetas!. Ya escribí una entrada sobre este lugar la primavera pasada: Elegía pastoral en el siglo XXI. Lo visité entonces el mismo día en que los pastores suben el ganado a la braña por primera vez, después del invierno. Ahora me impresionó aún más el silencio y la belleza del lugar.
Aquí os dejo un poema de otoño de un poeta de verdad, para celebrarlo y unas fotos de esta semana de uno de los lugares más hermosos de estas montañas de Aller: la braña del Gumial.
OTOÑO
Aprovechemos el otoño
antes de que el invierno nos escombre.
Entremos a codazos en la franja del sol
y admiremos a los pájaros que emigran,
antes de que el invierno nos escombre.
Entremos a codazos en la franja del sol
y admiremos a los pájaros que emigran,
ahora que calienta el corazón
aunque sea de a ratos y de a poco.
Pensemos y sintamos todavía
con el viejo cariño que nos queda.
aunque sea de a ratos y de a poco.
Pensemos y sintamos todavía
con el viejo cariño que nos queda.
Aprovechemos el otoño
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza,
porque el futuro se nos vuelve escarcha.
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza,
porque el futuro se nos vuelve escarcha.
Mario Benedetti: "Insomnio y duermevelas”
Precioso serbal con bayas. Servirán de alimento a los pájaros durante el invierno. |
Abedules y hayas en el camino. |
Los caballos suelen permanecer en las brañas hasta las primeras nieves. |
Serbales y abedules. |
Abedules, hayas y serbales son los protagonistas del otoño a partir de unos mil metros de altura. |
Las cabañas del Gumial y la braña ya vacía. La braña está unos 1.300 metros de altura. |
Arroyo del Alba que cruza la braña del Gumial. |
Tras pasar la braña se puede continuar camino cruzando un espeso bosque de hayas, hasta llegar al caserío de Cuevas, al lado de la carretera a San Isidro. Una hora más de camino. |
A partir de aquí el pequeño río Alba se despeña en múltiples cascadas. |
Bosque de hayas (fagus silvatica) en plena coloración otoñal. |
El sotobosque donde crecen las hayas está cubierto de musgos y helechos. El mantillo de hojas caídas es extremadamente ácido y fértil. |
Una última imagen del bosque de hayas antes de llegar a la carretera de nuevo. |
estas imagenes me hacen pensar siempre cuantas peliculas fantasticas o de época podrían grabarse por aqui... precioso lugar, gracias por compartirlo con nosotros.
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