lunes, 19 de noviembre de 2018

Gloriosos arces japoneses en la Barrosa



El color dorado de las hojas del Acer palmatum "Sango Kaku" es de una belleza sin igual.
Hace dos semanas una nevada, totalmente inusual a principios de Noviembre, estuvo a punto de acabar con mis arces japoneses y con gran parte de los frutales de la Barrosa. La mayoría sobrevivieron después de dejar parte del ramaje por el camino pero alguno no pudo aguantar el peso de la nieve y su tronco se quebró dejándolo totalmente inservible. Los arces rara vez se recuperan de la rotura del tronco principal. En ese caso lo mejor es sustituirlo por otro. No hay otra solución.
 


Los primeros copos de nieve parecen irreales. Dos días después la nieve caída alcanzará los 30 centímetros de espesor.

Semibonsai de semilla de Osakazuki.
Las nevadas a destiempo,  las heladas tardías en primavera y los picos de temperatura por encima de los 30 grados en verano son los principales  enemigos de los arces. Eso sin contar con el hongo Verticilum que puede acabar con ellos de forma silenciosa durante el invierno. ¿Compensa luchar contra tantos contratiempos para tener un arce japonés en tu jardín? Tal vez no. Hay muchos otros árboles y arbustos igual de bonitos, con hojas delicadas y un porte similar. Sin embargo cuando uno contempla la coloración de sus hojas en primavera u otoño por primera vez, entra en una especie de trance y llega a la conclusión de que no hay nada en el mundo vegetal que pueda comparársele. El color amarillo de un Acer palmatum Sango kaku en contraste con sus ramas carmesí no es de este mundo. No hay nada igual en la naturaleza por mucho que uno intente buscarlo. Lo mismo podría decirse del rojo escarlata de un Osakazuki. Estos colores tan intensos no se pueden encontrar en la vieja Europa. Eso es un hecho. Cuando llega el otoño casi todos los árboles europeos se tiñen de dorado y ocre para terminar de un color pardusco, una vez los azucares de las hojas han sido totalmente consumidos por el árbol. Sin embargo en América y Asia, al llegar el otoño, muchos árboles producen una sustancia llamada antocianina que les da ese color rojo y carmín a las hojas y que, según los científicos, sirve como señal de peligro para que muchos insectos se abstengan de poner sus huevos en las ramas. ¿Por qué no hacen lo mismo los árboles europeos? Parece que tiene algo que ver con las glaciaciones y la disposición de las cadenas montañosas. Hay muchas teorías al respecto. Sea como sea ningún árbol o arbusto europeo es capaz de producir esa preciosa coloración otoñal de los Arces japoneses.


Arces en la Barrosa justo antes de que llegara la nieve.
 
 
Cultivar arces japoneses en el norte de España debería ser una tarea relativamente fácil ya que el clima resulta bastante adecuado, sin embargo no abundan demasiado en los jardines ni públicos ni privados. Una de las razones es probablemente su precio. Es un árbol caro debido a su lento crecimiento y a que casi todas las variedades se obtienen mediante injerto. Eso encarece enormemente su cultivo. Sin embargo el Acer Palmatum base, sin injertar, es fácil de reproducir de semilla, crece relativamente rápido y tiene una coloración otoñal muy hermosa. En este caso yo creo que su ausencia de muchos jardines norteños es por puro desconocimiento. Tampoco los viveros en general han hecho mucho esfuerzo por propagarlo y ofrecerlo al público a precios razonables, aunque últimamente las cosas están cambiando y, debido a la venta por Internet, ya se pueden encontrar Arces japoneses a precios muy razonables. En Asturias “Plantas del Sueve” es uno de los mejores sitios para comprar estos arbolillos. En cuanto a la venta por Internet, la empresa holandesa “Plantetuim Esveld” tiene una inmensa colección de arces listos para enviar a cualquier parte del mundo a precios muy razonables. Casi todos mis arces proceden de estos dos lugares.

Espero que al contemplar estas fotos alguno de ustedes decida cultivar un arce japonés. Merece la pena, sin duda.

Inicio de la gran nevada.

Este Arce "Sango kaku" no sobrevivirá a la nieve y se partirá a la mitad.

Arces de semilla en macetas en el patio.


Acer palmatum "Osakazuki" al inicio de la nevada.

Acer palmatum base cubierto de nieve.

Después de la nieve


Acer palmatum "Sango Kaku" cambiando de coloración de amarillo a carmín.


Acer palmatum "Bloodgood"
 


Acer palmatum Sango Kaku y Evonimus alatus.


 



Después de la nevada el Acer palmatum base ha perdido algunas ramas.


Acer palmatum dissectum "Green Globe"


Rama de Acer palmatum "Sango Kaku".





Acer palmatum "Atropurpureum"


Acer palmatum "Osakazuki".


Acer palmatum "Umo Yama"


Acer Palmatum "Redwine"



Acer Palmatum "Seiriyu"


Acer palmatum de semilla de Osakazuki  (2 años)


Hojas de Arce en el estanque.

4 comentarios:

  1. ¡Qué maravilla de colorido!
    Una pena lo de las roturas. Es fácil dar cosejos desde la distancia, pero me acordé de la publicación de "El blog de la tabla" acerca de las técnicas de protección japonesas. (https://www.elblogdelatabla.com/2018/11/yukitsuri-tecnicas-japonesas-proteger-arboles-nieve-invierno.html?m=1)
    No se si serán útiles en el caso de los arces.
    Gracias por compartirlo
    Un saludo
    Raúl

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  2. Gracias, Raul. He leído esa entrada que mencionas del Blog de la Tabla y voy a intentar algo así con los arces más pequeños.
    Saludos

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  3. ¡Me encanta! ¡¡que preciosidad de Arces!! ¡que maravilla de colorido! soy un gran enamorado de tu jardín ¿que daría yo para en esta zona tener algo así? Cada vez que veo tu jardín me gusta un poco más. Y esa estampa con la nieve aunque sea un problema para tus arces no deja de dar un aspecto precioso invernal a todo el jardín. Mi admiración por lo conseguido.
    Un abrazo José

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  4. Gracias, Juan. Cada jardín tiene que adaptarse a su lugar y clima. A mi me encantaría tener naranjos, limoneros y otras plantas mediterráneas, pero es imposible.
    Un abrazo.

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