jueves, 16 de abril de 2020

Plantas silvestres que crecen estos días por los alrededores de la Barrosa.



Las ramas de los manzanos tocando la hierba cubierta de Ranúnculos y Trébol rosado (Trifolium pratense)


Hace días que en el norte no vemos el sol más que a ratos y, casi siempre, seguido de inmediato por chaparrones y tormentas. Eso, unido a unas temperaturas relativamente cálidas, hace que todo crezca con desmesura y sin control. No puedo utilizar mi cortacésped, así que la hierba crece y se llena de flores, al igual que los bordes de los caminos y carreteras. Cuando yo era un muchacho, las primaveras solían ser siempre así. Semana tras semana de lluvia y escasos ratos de sol. También recuerdo el olor intenso de los lilos en flor cuando caminabas cerca de un huerto o de la corralada de alguna casa.


Los prados alrededor de la Barrosa.



De alguna manera este mes de encierro en la Barrosa y esta quincena de lluvias me ha traído recuerdos lejanos que hacía años que no revivía. También es cierto que las cosas se llevan mucho mejor en esta pequeña aldea que en la ciudad. Ganaderos y agricultores continúan con sus rutinas y el cuidado del ganado y los huertos no permite dejarlo para más adelante. Las cosas hay que hacerlas a su tiempo. Los prados se han llenado de vacas que pastan sin descanso en medio de la lluvia y hay que aprovechar los pequeños resquicios de sol para plantar las verduras que se cosecharán durante el verano. En la Comunidad asturiana los agricultores pueden continuar con su actividad habitual, que casi siempre se hace en solitario y sin posibilidad alguna de contagio. En los prados hay que reponer los cierres caídos durante el invierno, podar árboles, abonar la hierba y muchas cosas más que no admiten demora. Yo hago más o menos lo mismo en la Barrosa y llevo mi cámara siempre que puedo para fotografiar las flores que van saliendo entre la hierba o al lado del arroyo.


Lathraea clandestina (Hierba madrona)

Aquilegia vulgaris.

Scilla lilio-hyacinthus.


Esta semana fotografié una Lathraea clandestina (hierba madrona), una de las flores más extrañas que existen ya que las flores salen de la tierra y solo viven unos pocos días. Una vez muertas la planta desaparece de nuevo bajo la tierra.  Suele parasitar troncos caídos al lado de los arroyos. Solo la había visto otra vez hace ya bastantes años. También han florecido la Scilla lilio-hyacinthus (lirio estrellado), que surgen en grupos de unos grandes bulbos enterrados en la arena, al lado de ríos y arroyos.  Tampoco son fáciles de ver ya que apenas florece las hojas, se marchitan y la planta desaparece hasta el año siguiente. También las Aguileñas, Aquilegia vulgaris han comenzado a florecer incluso antes que las de mi jardín, que en su mayoría son hibridos. En el caserío abandonado justo por encima de la Barrosa el suelo se ha cubierto de Ranunculos amarillos y Calendulas naturalizadas, recuerdo de una época en que vivía gente en las casas. Los Dientes de León, Taraxacum officinale, ya empiezan a convertirse en esferas transparentes de semillas que el viento lleva a su antojo de un sitio para otro. En las partes más sombrías de los caminos aún florecen las Primaveras con todo su desparpajo. Mientras la niebla y las nubes van de aquí para allá ensombreciendo las montañas. Os dejo unas fotos para que disfrutéis de este paseo imaginario.

Taraxacum officinale (Dientes de león)

Caléndulas naturalizadas y Dientes de león.

Cerezos en flor en la caserío del Otero.

En el Otero las paredes de las casas amenazan con derrumbarse.

Vista de Cuérigo desde el Otero.

Vista de Collanzo y Santibañez de la Fuente

Campánulas y Lamium maculatum.

Al lado de los troncos caídos crece la Lathraea clandestina como en la foto de abajo.

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Aguileñas.


Orchis mascula, un tipo de orquídea, crece al lado del camino.

Alegres "Primaveras".



Asphodelus albus, Gamón comienzan ya a florecer.

Citysus scoparius ya en flor.

Lamium y Heleboros.

Heleboros y Campanulas.

Flor del Lamium maculatum o Falsa ortiga.

La pared de pìedra seca de este prado cerca de la Barrosa es realmente buena. Ya quedan pocas en pie.

Ajuga reptans, creciendo en la Barrosa.



Trifolium pratense.

Una rama de manzano en flor.


Las nubes sobre el puerto de Vegarada, desde la Barrosa.

5 comentarios:

  1. Precioso paseo amigo Jose, estás rodeado de belleza natural. Si es que en esa bendita tierra crece de todo. Todo un paisaje tan verde y florido es un placer para la vista y los sentidos y encima, tienes un pequeño río o riachuelo que sentado oyendo el murmullo del agua ya es el no va más. Debes mostrarnos esa belleza más a menudo. Qué pena que algunas casas de piedra se encuentren tan deterioradas.
    He disfrutado mucho con ese paseo campero.
    Un abrazo

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    1. Gracias Juan. Tu ya conoces Asturias y sabes lo bonito que es el entorno natural de los pueblos de montaña. Es un privilegio estar aquí mientras mucha gente sufre este confinamiento en las ciudades. Esperemos que pronto todos podamos caminar y acercarnos a los pueblos de nuevo para disfrutar de esta naturaleza.
      Un abrazo.

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  2. En el campo la primavera se hace ver ¡qué bonito este paseo! Me ha gustado mucho y me ha emocionado, ahora que estoy confinada en un piso de ciudad.
    Un abrazo.

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  3. Gracias Montse. Entiendo como te sientes confinada en un piso de ciudad ya que yo también paso mucho tiempo en Oviedo. Tuve la suerte de salir de allí antes del confinamiento y decidí quedarme aquí en la Barrosa ya que en esta época hay mucho trabajo en el jardín y no podía abandonarlo a su suerte durante un largo tiempo. Ya había visto el antecedente en otros países de Asia. Fue una decisión acertada. Me alegra de que disfrutes de este paseo.
    Un abrazo.

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  4. Todas las flores silvestres me gustan y estas se ven preciosas. Besitos y salud.

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