Interior del Gunung Rinjani. La caldera parece un mundo dentro de otro. Isla de Lombok. Indonesia |
Indonesia es uno de los pocos
países que quedan donde viajar aún tiene esa connotación de aventura que
prácticamente ha desaparecido en gran parte del planeta. Es un país enorme con
decenas de islas, algunas casi totalmente desconocidas por el turismo, y una
mezcla de razas y culturas que conviven en una fricción constante. Las numerosas
islas de Indonesia esconden aún algunos de los paisajes más espectaculares del
planeta y si bien es cierto que todo el mundo ha oído hablar de Bali, la
mayoría desconoce el resto de las islas de este enorme país. Yo mismo ni
siquiera había oído que, hacía un año, en la isla de Lombok donde acababa de
llegar, había habido enfrentamientos entre cristianos y musulmanes y se había
tenido que evacuar a todos los extranjeros de la isla. Hubo varios muertos,
aunque no de turistas. Se incendiaron una docena de iglesias y el ejército
había decretado el estado de sitio y pacificado la isla, al menos de momento. Eso
había pasado el año anterior, pero éste todo parecía en calma. Un puñado de
extranjeros habían retornado y los turistas comenzaban a llegar con
cuentagotas.
Bima va hacer de guía, cocinero y guardia de seguridad. |
En Mattaram, la capital todo
parecía normal. Pasé unos días en la playa Sengiggi en un precioso bungaló a
precio de ganga y luego me dirigí hacia las faldas del enorme volcán Rinjani
que domina todo el paisaje de la isla con la intención de subir a la cima. El volcán
Rinjani, el segundo más alto de Indonesia, (3.740 m. de altura) es un volcán todavía
activo y semidormido. En 1258, la gigantesca erupción de este volcán que
esparció cenizas por medio planeta, fue en gran parte el causante de la llamada
“Pequeña Edad del Hielo” del siglo XIV en casi todo el hemisferio norte. Este
mes parece tranquilo, pero a cada poco se cierra por pequeñas erupciones.
Encuentro un pequeño hotel a
medio camino y contrato un diminuto guía en el pueblo que va a hacer de guía,
cocinero y guardia de seguridad (para ello lleva una escopeta de la última guerra
colonial, un gran machete, y cobra el doble que un guía normal). Él se encarga
de comprar todos los pertrechos para tres días y, al día siguiente, salimos al
amanecer. El plan es llegar hasta el borde del volcán y hacer noche en una
tienda de campaña, al día siguiente bajar hasta el lago en el interior del
cráter y al tercer día iniciar el descenso al pueblo.
Hotel de Sengiggii a precio de saldo. |
Cruzamos campos de arroz, luego una
selva húmeda y extenuante y después bosques de rododendros cubiertos de líquenes.
A partir de los 3000 metros desaparece la vegetación y en el mar de nubes
despuntan las cabezas de otros volcanes en la cercana isla de Bali. Llegamos
extenuados a la cima donde colocamos nuestra tienda y cenamos viendo la puesta
de sol más hermosa que haya visto nunca. Al día siguiente descendemos por un
estrecho sendero hasta el lago del interior del volcán. La enorme caldera, de 6
por 8 kilómetros, parece un mundo dentro de otro mundo. Otro pequeño volcán en medio
del gran lago de aguas azules, bosques de pinos y hasta fuentes de aguas
termales donde me baño mientras Bima cocina en un fueguecito de ramas. Parece
nervioso y dice que hay que tener cuidado y no se fía de algunos hombres solos
que hay pescando en el lago. Dice que ya ha habido varios asaltos a turistas
este año. Por si acaso tiene la escopeta a la vista. Todo transcurre sin
novedad y a la tarde iniciamos el camino de regreso a la cima donde pasaremos
la noche en el mismo lugar, esta vez acompañados de otros turistas que acaban
de llegar. Tengo que reconocer que se apaña para hacer una comida deliciosa con
muy pocas cosas. Al día siguiente regresamos al hotel sin ningún contratiempo.
Estoy tan extenuado que no puedo mover los pies, pero el paisaje ha merecido la
pena. Ninguna de estas diapositivas es capaz de transmitir la enorme belleza de
aquél espectacular paisaje. Espero que os gusten.
(Pocos años después Lombok sufrió
un gran terremoto que la dejó de nuevo sin turistas y con las infraestructuras
destrozadas. Murieron varios cientos de personas y hubo miles de heridos. Hay
lugares a los que parece perseguir la desgracia hagan lo que hagan).
El volcan Rinjani de 3726 metros se ve desde cualquier parte de la isla. |
Familias cultivando campos de arroz en la subida al volcán. |
Al fondo el volcán envuelto en nubes. La caldera interior se formó por un hundimiento de casi la mitad de la estructura del volcán. |
Bosques de rododendros. Al fondo sobre las nubes el Gunung Anung de Bali. |
Bima transporta nuestro pertrechos en dos cajas de cartón colgadas de un balancín. |
A la tarde la vegetación queda atrás. Al fondo el mar. Nuestro campamento la primera noche. Puesta de sol sobre el borde del volcan. Mar de nubes y volcanes de Bali. |
Vista del lago según descendemos. |
El lago tiene más de 200 metros de profundidad y han debido introducir peces porque hay varias personas pescando. |
De las paredes del cráter salen varias corrientes de aguas termales. |
Bima cocinando mientras yo me baño en una cascada de agua caliente. |
Yo en la cascada termal. |
Bima en chanclas y con su balancín va ligero como una pluma mientras yo sudo a mares por la altura y el esfuerzo. |
De nuevo en la cima contemplando el atardecer. |
Al fondo se pueden ver las pequeñas islas Gili. |
Esta noche tenemos compañía en el campamento. |
Una última foto de Bima ahora más ligero en el camino de vuelta. |
Otro precioso y bello viaje amigo José de los que, quedan para el recuerdo toda la vida.
ResponderEliminarUn abrazo y buen resto de semana.
Gracias Fernando. Son viajes que no se olvidan.
EliminarUn abrazo
Otro viaje precioso, me encantó verlo. Besos.
ResponderEliminarMuchas Gracias Teresa.
EliminarUn abrazo
Que maravilla de viaje, para no olvidar.
ResponderEliminarMe alegro que te guste la entrada.
ResponderEliminarSaludos
Eres todo un aventurero, Jose Antonio. Cuántos lugares has visitado. A cual más bonito y exótico.
ResponderEliminarEste que nos has enseñado hoy también debió ser apasionante.
Un abrazo!